I?igo Cavero: "Quiero sentirme lo menos ministro posible"
Poco despu¨¦s de conocer oficialmente su nombramiento, el ministro de Educaci¨®n, I?igo Cavero, casado con Bel¨¦n Mart¨ªnez de Campos, con ocho hijos -?comprender¨¢ que el tema de la educaci¨®n me preocupe?-, se encontraba en su casa del parque del Conde de Orgaz corrigiendo ex¨¢menes de los dos primeros cursos de la facultad de Derecho de la Universidad Complutense, donde imparte Derecho Pol¨ªtico: ?Me va a coger el toro, porque la gente quiere las papeletas y tengo alrededor de seiscientos ejercicios para ver?.Alrededor del nuevo miembro del Gabinete se mov¨ªan sus hijos, su esposa y algunas personas cercanas a ¨¦l, que hab¨ªan acudido a felicitarle. ?No obstante -comentaba el se?or Cavero-, los miembros de un Gobierno en una situaci¨®n democr¨¢tica han de saber que lo que interesa es el buen funcionamiento de una coalici¨®n. A los cargos se va con provisionalidad y yo tratar¨¦ de que mi funci¨®n no me cambie, de sentirme lo menos ministro posible?.
Pregunta.: De usted se ha dicho que es m¨¢s bien un hombre de segunda fila, un operador en la sombra. Ante esto, ?c¨®mo puede iriterpretarse su nombramiento?
Respuesta: Ni me creo una mano maestra ni, por supuesto, me veo en la sombra. En los sitios en que he estado se ha notado mi presencia. He pas¨¢do m¨¢s de diez a?os dando Derecho Pol¨ªtico efl¨¢ Universidad y en el CEU y combinando mi actividad docente con la experiencia¨ª profesional en la empresa privada, en el ¨¢rea de la automoci¨®n. He sido secretario general de,Barreiros y de Chrysler, con 11.000 hombres. bajo mi responsabilidad.
P.: Dentro de la Democracia Cristiana, usted ha ido desliz¨¢ndose hacia la derecha. ?Qu¨¦ sentido puede tener esto a la hora de afrontar la pol¨ªtica educativa espa?ola?
R Si algo me caracteriza es que siempre. he mantenido la misma l¨ªnea. Pero la oposici¨®n moderada de la Democracia Cristiana en los a?os cincuenta y tantos se interpretaba como una oposici¨®n casi radical por los sectores que monopolizaban el poder. Yo sigo en el mismo lugar, pero al ser desplazados los anteriores sectores del poder quedaban unos vac¨ªos que alguien deb¨ªa ocupar.
P.: ?Cu¨¢les van a ser los sectores educativos a los que se preste ayuda prioritaria? ?C¨®mo puede abordarse, por ejemplo, la escolarizaci¨®n total?
R M¨¢s que de sectores hablar¨ªa de elementos. Y el elemento humano, los cuerpos ense?antes, son para m¨ª fundamentales. Estabilidad, promoci¨®n y retribuci¨®n adecuada ser¨ªan los t¨¦rminos que tendr¨ªan que caracterizar la nueva situaci¨®n.
P.: Usted lleg¨® desde la oligarqu¨ªa financiera a la oposici¨®n moderada al franquismo dentro de la Universidad. ?En qu¨¦ grado la Universidad ha dejado de ser franquista?
R Yo no creo que la Universidad sea franquista, porque la integran ense?antes, alumnos y medios diversos. Nuestra Universidad no es diametralmente diferente a la de otros pa¨ªses occidentales que no han soportado la etapa franquista. Tiene que ser m¨¢s participativa, pero no creo que sea retr¨®grada. No hay que olvidar que nuestra Universidad ha sido uno de los estamentos m¨¢s cr¨ªticos en la etapa franquista y no s¨®lo por parte de los alumnos, sino tambi¨¦n de los ense?antes.
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