La izquierda gallega no se pone de acuerdo

No habr¨¢ definitivamente D¨ªa da, Patria Galega, celebrado conjuntamente por los partidos y organizaciones pol¨ªticas de la Oposici¨®n. La ¨²ltima reuni¨®n, a la que asistieron representantes de diecis¨¦is de estos grupos, termin¨® sin acuerdo, y cada una de las fuerzas pol¨ªticas gallegas se dispone ahora a celebrar el 25 de julio a su aire y como pueda.Si bien se pudo creer hace algunos d¨ªas que ser¨ªa posible una convocatoria conjunta, a ¨²ltima hora el D¨ªa da Patria Galega se vio, un a?o m¨¢s, disgregado entre fuerzas pol¨ªticas muy diversas, que siguen sin ser capaces de ponerse de acuerdo sobre bases minimas de una movilizaci¨®n popular. Lo que pas¨® en Xove, con la manifestaci¨®n antinuclear, a nivel de pr¨¢ctica yolvi¨® a pasar ahora, m¨¢s o menos a nivel te¨®rico, y menos mal que la izquierda gallega pudo acordar, por lo menos, no entorpecerse y agredirse mutuamente en las distintas acciones que cada grupo pueda programar para el 25 de julio.

Las principales dificultades estuvieron en la intransigencia de la Uni¨®n do Pobo Galego para renunciar a la convocatoria que hab¨ªa lanzado ya a trav¨¦s del Bloque Nacional Popular Galego, y en el empe?o del Partido Comunista de Galicia en reivindicar una xurita provisional de Galicia y el estatuto de autonom¨ªa, tal y como lo viene entendiendo este grupo.

Esta celebraci¨®n se viene haciendo bajo distintas maneras, y siempre con escasa incidencia popular desde hace varios a?os. Antes de la guerra tuvo lugar alguna vez el llamado D¨ªa de Galicia, y en la d¨¦cada del sesenta fue la Uni¨®n do Pobo Galego quien convoc¨® lo que entonces se llamaba Concentraci¨®n Nacional Galega. Tradicionalmente, el galleguismo cl¨¢sico se re¨²ne ese d¨ªa en una misa por el alma de Rosal¨ªa de Castro, que fue duramente reprimida varias veces durante el mandato de Franco.

En general, y dentro de las bases de los respectivos grupos exist¨ªa el convencimiento de que Galicia deber¨ªa presentar ahora una alternativa unitaria que llegase a unos puntos m¨ªnimos, como sucede en Catalu?a con la Diada, o en Euskadi con el Aberri Eguna. Galicia, sin embargo, sigue siendo tambi¨¦n en esto una excepci¨®n, por ahora.