"Aguaviva" present¨® su "No hay derecho"
Buena m¨²sica y desacompasado mensaje
Cuando el viernes, d¨ªa 8, el grupo Aguaviva finaliz¨® la primera representaci¨®n de su espect¨¢culo No hay derecho, el p¨²blico, puesto en pie, les dedic¨® una ovaci¨®n de gran gala.
Y es que el espect¨¢culo est¨¢ bien. Bien desde el punto de vista musical, pasable desde el de montaje y discutible desde el ideol¨®gico. Pero vayamos por partes. La calidad musical de Aguaviva no es ning¨²n secreto. Durante muchos a?os han estado inmersos en una l¨ªnea un si es no es eleg¨ªaca (en el tono), seria, tal vez un poco ¨¢rida, al no contener las concesiones que suelen convertirse en palanca de la comercialidad. El horno no estaba para bollos y los trabajos de Aguaviva reflejaban ese sentimiento. Fue, sin embargo, con un poema de su primera ¨¦poca, el dram¨¢tico Poetas andaluces, como se convirtieron en una entidad capaz de alcanzar altos puestos en las listas de ventas y popularidad. En su ¨²ltimo LP, Aguaviva ha preferido no encerrarse en esa imagen de seriedad a ultranza y a intentado, recorrer g¨¦nero que, como la zarzuela o el pasodoble, son mucho m¨¢s susceptibles de provocar una sonrisa cr¨ªtica. Los temas de este nuevo LP son variados y amenos, pero no fr¨ªvolos. Musicalmente, insisto, el ¨¢lbum No hay derecho me parece fresco bien concebido, magn¨ªficamente arreglado y bien cantado. ?Hay quien desee m¨¢s?Tal vez s¨ª, porque lo que muchos estaban esperando eran dos partes bien diferenciadas, una primera en la cual el grupo volviera sobre te mas antiguos y otra, la segunda, en a que presentaran la totalidad del nuevo LP. Sin embargo, Aguaviva, creo que d¨¢ndose cuenta de la endeblez ideol¨®gica de No hay derecho (sobre cuyas causas hablar¨¦ m¨¢s adelante), prefirieron mezclarlo todo, lo cual explicaba mejor a coherencia interna del grupo pero resultaba negativa para la del espect¨¢culo. A trav¨¦s de este montaje entre, dos formas de hacer se pud¨ªa un tanto el ritmo, ya que no resulta f¨¢cil pasar de la risa a la meditaci¨®n sin soluci¨®n de continuidad. Llegamos as¨ª a la sencilla conclusi¨®n de que lo que se presentaba en el Valle Incl¨¢n era un grupo, Aguaviva, con una muestra representativa de su trabajo de dos a?os, muestra a la cual se hab¨ªan a?adido las canciones de su ¨²ltimo disco.
En lo que respecta a ¨¦ste (la novedad del momento) he de decir que es un disco diacr¨®nico m¨¢s que anacr¨®nico. Esto es as¨ª ya que en ¨¦l se satirizan situaciones dictatoriales que ya parecen superadas. No hay derecho hubiera estado muy bien hace dos a?os, pero entonces, con absoluta seguridad, no hubiera estado. De todas formas, y en justicia, hemos de decir que el LP se encuentra grabado desde hace unos, dos meses (antes del 15 de junio, desde luego), y que no pudo estarlo antes debido a los cuidadosos impedimentos de la censura y a la huelga de m¨²sicos de grabaci¨®n que Aguaviva respet¨®, escrupulosamente. Sabiendo esto, lo que podr¨ªa parecer oportun¨ªsta, esto es: hacer astillas del ¨¢rbol ca¨ªdo, se convierte en una inadecuaci¨®n involuntaria a los tiempos que corren. Sin embargo, los tiempos que retrata no se encuentran tan lejanos como para que, haciendo un esfuerzo, no podamos situarnos en ellos sin mayores dificultades. En resumidas cuentas, Aguaviva, con el trabajo inapreciable de Vladimiro Bas a los vientos y el de Pepe Nieto. como arreglador, ha conseguido un trabajo enormemente digno y que merece la pena. Su validez es otro cantar, pero ni ellos ni nosotros tenemos la culpa de la vertiginosa velocidad a que se suceden los hechos en un pa¨ªs que ha funcionado al ralenti durante casi cuarenta a?os.
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