Moratalaz: "Nos niegan el derecho a ser una parroquia"
La parroquia de Nuestra Se?ora de la Monta?a, en Moratalaz, dirigida durante varios a?os por Mariano Gamo, est¨¢ a punto de cambiar de l¨ªnea pastoral y de equipo dirigente.? La jerarqu¨ªa lo que pretende es catalogar la parroquia como una comunidad de base y negarnos el derecho a- ser una parroquia. Es una manera de desligarnos de la Iglesia oficial. ? As¨ª se expresa Juan Fern¨¢ndez Poncini, coadjutor de Nuestra Se?ora de la Monta?a.
La parroquia se fund¨® en el verano del a?o 1964, abarcando una demarcaci¨®n de 5.000 habitantes -el pol¨ªgono E del barrio de Moratalaz- Siendo p¨¢rroco Mariano Gamo, en el a?o 1971 fue restituido a su puesto despu¨¦s de haber sido encarcelado. Esto supon¨ªa, seg¨²n Poncini, un acto de ?inteligente visi¨®n pastoral del nuevo cardenal de Madrid, don Vicente Enrique Taranc¨®n, quien, a pesar de la negativa gubernamental, vislumbrando ya por las grandes presiones del pueblo una etapa de la historia espa?ola, opt¨® decididamente en favor de Mariano, que sal¨ªa de la c¨¢rcel?.
?Desde entonces -prosigue- y por espacio de m¨¢s de seis a?os esta parroquia, con otras m¨¢s de la Di¨®cesis de Madrid y de toda Espa?a, van a ser casa de Dios, porque son precisamente casa del pueblo o refugios para los trabajadores que se encerraron en ellos demandando los abusos del poder. Los sermones en esta iglesia son una clara denuncia de las injusticias. No se habla de Dios sin vincularlo a las causas populares. Los sacerdotes de la parroquia pagan unas veces con la c¨¢rcel las multas gubernamentales y otras es el mismo pueblo quien les rescata... Semejante parroquia viene a constituir una peque?a realidad de lo que podr¨ªa ser la Iglesia en la sociedad socialista. Para los otros, esta parroquia resulta molesta y desentona con el conjunto de la Iglesia concordataria.?
Razones
Ah¨ª est¨¢n las razones, seg¨²n Fern¨¢ndez Poncini, de los ataques a la l¨ªnea pastoral:?La dimisi¨®n de Mariano Gamo como p¨¢rroco el pasado mes de junio podr¨ªa suponer para la di¨®cesis verse libre de semejante parroquia discordante... Se habla de cinco curas dispuestos a aportar sangre nueva al barrio, atendiendo ¨¦sta y otra parroquia m¨¢s. Alguien ya conoce incluso sus nombres y el estilo que van a ofrecer. En su d¨ªa se presentar¨ªan a la comunidad, pero no a los curas que hasta ahora han llevado la parroquia, pues piden v¨ªa libre a sus iniciativas. La gente ha mostrado, en reciente asamblea, su temor a que esta parroquia se convierta -es su expresi¨®n- en una parroquia de se?oritos del barrio y as¨ª han manifestado al se?or vicario, presente en dicha asamblea, y al estilo como el pueblo lo hace: primero, la necesidad de que sea respetada la l¨ªnea pastoral que ellos, junto a sus curas, han vivido. Y, segundo, que estos sacerdotes y compa?eros sean debidamente respetados, permaneciendo en la parroquia, si bien no con un cargo pastoral, al menos como int¨¦rpretes de lo que ah¨ª se ha hecho.?
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