Se proponen hacer actos de amor en p¨²blico
?Conseguir amar con placer es tan importante como lograr mejoras en el salario.? As¨ª reza uno de los esl¨®ganes de los Comandos de la guerra del amor por la democracia moral, grupo que ha empezado ya a actuar en Espa?a, despu¨¦s de recoger ¨¦xitos en otros pa¨ªses.
Al igual que las viejas letan¨ªas, el programa de actos incluye el lugar y el porqu¨¦: acto de amor en p¨²blico, en el Ateneo de Madrid, ?para que los intelectuales y artistas espa?oles tomen conciencia de la verdadera noci¨®n de democracia. La noci¨®n actual de democracia es insuficiente y caduca?.Acto de amor en p¨²blico en la Puerta del Sol ?para que todo el mundo contemple el acto del amor, los ni?os incluidos. El esc¨¢ndalo de los adultos constituye la ¨²nica realidad escandalosa de un acto de amor en p¨²blico. Este esc¨¢ndalo es igualmente el ¨²nico medio de escandalizar a un ni?o. El acto de amor no es escandaloso por s¨ª mismo?.
Acto de amor en la iglesia de San Francisco el Grande, que ?ser¨¢ un acto dirigido contra el recurso a la fuerza de la ley de los moralistas del pecado y del infierno, a fin de hacer respetar los principios que predican. Por una moral sin religi¨®n y sin ley. Por el pluralismo moral. Por la coexistencia de las distintas morales individuales. Por la difusi¨®n de principios morales que se apoyen en la fe y la convicci¨®n de los individuos y no la c¨¢rcel, el infierno moderno?.
Estos fines son perseguidos por esta instituci¨®n, que lleva ya alg¨²n tiempo trabajando en Francia contra la represi¨®n existente en todas partes. Su jefe de estado mayor, precisamente un espa?ol, Andr¨¦s Mediavilla, diplomado en el Instituto de Estudios Pol¨ªticos de Madrid, licenciado en Sicolog¨ªa y Econom¨ªa Pol¨ªtica, asegura en uno de sus libros que ?es preciso luchar para que la ley hip¨®crita no nos siga imponiendo el amor en la clandestinidad.
Los objetivos del grupo, la guerra que intentan esos Comandos del amor que piensan actuar en el verano madrile?o, son los de plantear p¨²blicamente el problema de la democracia moral y ?por consiguiente de la democracia en tanto que sistema de organizaci¨®n social?, seg¨²n aseguran. Afirman que cuando se ejerce sobre el individuo la violencia del infierno o de la c¨¢rcel, se traiciona la moral, lo cual es un hecho evidente, probado por la sicolog¨ªa y pedagog¨ªa actuales.
Se sabe desde los or¨ªgenes del sicoan¨¢lisis y desde experiencias como las del pedagogo brit¨¢nico Neil, creador de Summerhill, que una moral compulsiva, producto del miedo, s¨®lo es capaz de desarrollar sentimientos de p¨¢nico ante los dem¨¢s sentimientos, m¨¢s o menos solapados bajo un comportamiento aparentemente educado y sereno. Pero esa moral no es capaz de producir sentimientos creadores o profundamente solidarios.
Parad¨®jicamente, las grandes realizaciones de nuestra cultura son el resultado de individuos que retaron a esa cultura, trascendieron su moral y establecieron relaciones afectivas en profundidad, m¨¢s all¨¢ del miedo y del concepto de pecado.
Todo esto, en versi¨®n pop y veraniega, parece ser el objetivo de los Comandos del amor. ?Luchan -seg¨²n dicen- por una moral independiente, por una moral rica en principios diferentes, por una moral aut¨®noma, por una moral en la que se pueda crear; por una sociedad organizada por la moral en lo que se refiere al amor, es decir, por el orden moral; por la moral al poder.? Pues, nada, a ver si lo consiguen por esa v¨ªa. Al menos, los madrile?os at¨®nitos que no veraneen tendr¨¢n ocasi¨®n de desreprimirse un poco viendo c¨®mo se hace el amor el p¨²blico. Todo ello si el tiempo lo permite y la autoridad no lo impide.
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