Los polic¨ªas procesados rechazan la acusaci¨®n
Dos puntos de vista, reiteradamente expuestos a lo largo del interrogatorio de los procesados y de los testigos, as¨ª como de los informes finales del fiscal militar y de los defensores, han constituido el tema central del consejo de guerra celebrado en el d¨ªa de ayer en el Gobierno Militar de Madrid, en el que comparecieron, acusados de sedici¨®n por su participaci¨®n en la manifestaci¨®n del 17 de diciembre pasado, cuatro polic¨ªas armados y cuatro guardias civiles, a saber, el de la acusaci¨®n que pretendi¨® demostrar que la referida manifestaci¨®n fue organizada de antemano al menos por algunos de los procesados y que tuvo como finalidad quebrantar la disciplina militar, y el de los defensores, que mantuvieron que la manifestaci¨®n no fue preparada por ninguno de los encausados, que ¨¦stos acudieron a la misma individualmente y que, en ¨²ltima instancia, fue consentida por los mandos que tuvieron previo conocimiento de que iba a producirse.El consejo de guerra comenz¨® a primeras horas de la ma?ana y finaliz¨®, tras un breve descanso para comer, a ¨²ltimas horas de la tarde. El tribunal estaba formado por el presidente, coronel de la Polic¨ªa Armada Rafael Patero; vocal ponente, comandante auditor Jes¨²s Valenciano Alomyna, que en su d¨ªa fue juez instructor de la causa
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Los polic¨ªas procesados niegan car¨¢cter sedicioso a la manifestaci¨®n del 17 de diciembre
(Viene de la primera p¨¢gina)
seguida contra un jefe y nueve oficiales de la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica (UMD) y los capitanes Jos¨¦ Santiago Manzanares, Saturnino Moreno y Antonio Marcos.
Actu¨® como fiscal el teniente coronel de Artiller¨ªa David M¨¦ndez Mercado, mientras que la defensa corri¨® a cargo del teniente coronel Barja de Quiroga, los comandantes Miguel Delgado Daza y Jos¨¦ Monge Hugarte, y las capitanes Bernardo Vidal, Juan P¨¦rez de la Lastra, Enrique Bobis, Francisco Alvarez y Miguel Caballero. Los cuatro ¨²ltimos, defensores de los guardias civiles procesados, pertenecen a la Guardia Civil y los restantes a diversas Armas del Ej¨¦rcito de Tierra. Al consejo de guerra asistieron, adem¨¢s de varios periodistas nacionales y algunos extranjeros, un centenar de personas, la mayor parte de ellas familiares de los procesados.
Una gran parte de la sesi¨®n de la ma?ana fue empleada en la lectura del apuntamiento de la causa por parte del juez instructor, as¨ª como en la de numerosos folios de la misma, a petici¨®n del fiscal y de los defensores.
El apuntamiento consiste en una breve enumeraci¨®n de los documentos de que consta la causa, dando un breve resumen de los mismos. Por su parte, la lectura de ciertos folios de la causa tiene por objeto exponer detalladamente hechos, datos u opiniones recogidos en el sumario, y que el fiscal o los defensores creen importante exponer a la consideraci¨®n del tribunal con vistas a montar la tesis acusatoria o de defensa.
Tras la lectura del apuntamiento y de los folios se?alados por el fiscal y los defensores, se pas¨® al interrogatorio de lo! procesados, que se prolong¨® hasta el final de la sesi¨®n de la ma?ana.
Vestidos de uniforme, los ocho procesados, siete de los cuales se encuentran en libertad provisional desde hace algunas semanas, mientras que uno de ellos se encuentra en prisi¨®n desde la fecha de los hechos, hace siete meses, fueron exponiendo al fiscal, al ponente y a los defensores su versi¨®n de los hechos. Uno de ellos, Manuel de la Fuente, polic¨ªa armado, para el que el fiscal pide dos a?os, por sedici¨®n, est¨¢ tambi¨¦n procesado por insulto a superior en otra de las causas a que dio lugar la manifestaci¨®n del 17 de diciembre, en la cual se depuran responsabilidades por la agresi¨®n de que fue objeto en el curso de la misma el entonces general subinspector de la Polic¨ªa Armada, se?or Chicharro. En esta causa, cuya vista no ha sido todav¨ªa se?alada, a dicho procesado se le piden veinte a?os de reclusi¨®n menor. Los otros procesados juzgados ayer son los siguientes: Severino Escudero, polic¨ªa armado, al que el fiscal acusa de un protagonismo especial en la manifestaci¨®n y para el que pide diez a?os; Jos¨¦ Garc¨ªa Gra?a, guardia civil, para el que pide seis a?os; Jos¨¦ P¨¦rez P¨¦rez, Francisco Garc¨ªa Hidalgo, Diego Artero y Manuel Rodr¨ªguez, los tres primeros guardias civiles y el cuarto polic¨ªa armado, para los que pide sendas penas de cuatro a?os, y C¨¢ndido Garc¨ªa Gra?a, polic¨ªa armado, para el que pide un a?o y medio de prisi¨®n.
En resumen, los procesados declararon que el objeto de la manifestaci¨®n fue entregar al ministro de, la Gobernaci¨®n (ahora del Interior) un documento con varias reivindicaciones laborales y profesionales que ellos consideraban b¨¢sicas: subida lineal del sueldo en 10.000 pesetas; ser incluidos en la Seguridad Social; igualdad en la base de los trienios; jubilaci¨®n al cien por cien y abono de las horas trabajadas fuera de servicio. Los procesados, seg¨²n manifestaron, tuvieron conocimiento de la manifestaci¨®n que se preparaba a trav¨¦s de los rumores que corr¨ªan en sus unidades y por medio de la radio de los coches-patrulla, que de vez en cuando convocaban a la misma. Dos de los procesados, concretamente Jos¨¦ Garc¨ªa Mac¨ªas y Severino Escudero, asistieron el d¨ªa 12 con unos sesenta o setenta compa?eros a la plaza de Oriente, pero finalmente decidieron reunirse en la Casa de Campo para tratar de sus reivindicaciones. Estos dos procesados se refirieron a dos personas que, seg¨²n ellos, llevaron la voz cantante en la reuni¨®n y parec¨ªan ser los autores de la convocatoria, pero, de los que no supieron dar ning¨²n dato sobre su personalidad. Cuando el ponente pregunt¨®, al procesado Jos¨¦ Garc¨ªa Mac¨ªas qui¨¦nes eran estos personajes desconocidos, aqu¨¦l contest¨®: ?No lo s¨¦, pero iban bien vestidos. Supuse que eran mandos de la Polic¨ªa Armada y de la Guardia Civil.? Por su parte, a Severino Escudero tampoco le pas¨® inadvertida la vestimenta elegante de los se?ores desconocidos, a los que ninguno de los procesados volvi¨® a ver ni en la plaza de Oriente ni frente al entonces Ministerio de la Gobernaci¨®n. Otro de los puntos que se toc¨® en el interrogatorio de los procesados fue el de la intervenci¨®n en la concentraci¨®n de la plaza de Oriente del secretario del Partido Agrario, que, seg¨²n la tesis mantenida por el fiscal en el informe final, pasaba circunstancialmente por la zona y dirigi¨® unas palabras a los concentrados. La intervenci¨®n del citado secretario fue interrumpida por algunos de los presentes, entre ellos por el procesado Manuel Rodr¨ªguez Mart¨ªnez, quien le recrimin¨® su actitud, dici¨¦ndole que ?ellos eran apol¨ªticos y que s¨®lo planteaban reivindicaciones profesionales?.
El procesado C¨¢ndido Garc¨ªa Gra?a declar¨® que habl¨® con el teniente coronel Alcal¨¢-Galiano, que ten¨ªa bajo su mando la zona de la plaza de Oriente, a requerimiento de ¨¦ste, manifest¨¢ndole dicho teniente coronel que los problemas que planteaban en el documento se deber¨ªan discutir en otro sitio. El procesado expuso a los concentrados la propuesta del teniente coronel, pero una parte de aqu¨¦llos no la acept¨®. Los procesados Diego Artero y Manuel Rodr¨ªguez fueron elegidos para entregar el documento al ministro de Gobernaci¨®n, pero declararon que, una vez entregado al teniente coronel Antonio Eletas en el Ministerio de la Gobernaci¨®n, recomendaron a sus compa?eros que se dispersasen. Manuel de la Fuente por su parte, manifest¨® que en la manifestaci¨®n hubo oficiales de paisano, que en ning¨²n momento dieron orden de disoluci¨®n.
Severino Escudero, el procesado al que se piden diez a?os al ser acusado de preparar el documento y de leerlo en la plaza de Oriente fue ampliamente interrogado por el ponente sobre la preparaci¨®n dese escrito y sobre los motivos y circunstancias de su lectura. El procesado declar¨® que resumi¨® en su casa en un papel, que luego rompi¨®, lo tratado en la reuni¨®n de la Casa, de Campo, y que ley¨® el documento en la plaza de Oriente, porque los all¨ª concentrados quer¨ªan tener conocimiento exacto de su contenido. El procesado precis¨® que el documento lleg¨® a sus manos a trav¨¦s de un sobre que le entreg¨® all¨ª mismo una persona desconocida.
Declaran los mandos
Tras el interrogatorio de los procesados, se procedi¨® en la sesi¨®n de la tarde a interrogar a los testigos, m¨¢s de veinte, en su gran mayor¨ªa jefes y oficiales de la Polic¨ªa Armada, que tuvieron a su cargo el mando en la jornada de la manifestaci¨®n. Entre ellos, declararon el capit¨¢n Jos¨¦ D¨ªaz de Tuesta, con destino en el Ministerio de la Gobernaci¨®n; el teniente coronel Alcal¨¢ Galiano; capit¨¢n Saturnino de Miguel; capit¨¢n Mart¨ªn S¨¢nchez Mimosa; teniente-coronel Antonio Eletas, jefe de Estado Mayor de la Inspecci¨®n General de la Polic¨ªa Armada, y teniente coronel Leonardo Sevilla.
El capit¨¢n D¨ªaz de Tuesta declar¨® que los dos portavoces de los manifestantes se comportaron con correcci¨®n frente al Ministerio de la Gobernaci¨®n y que, una vez que entregaron el documento, hicieron todo lo posible para que la manifestaci¨®n se disolviese. El teniente coronel Alcal¨¢-Galiano manifest¨®, a preguntas de la defensa, que rumores de manifestaci¨®n de polic¨ªas los ven¨ªa habiendo desde hac¨ªa tiempo, de la misma forma qu ven¨ªa apareciendo tambi¨¦n desde hac¨ªa tiempo una voz misteriosa en la radio de la polic¨ªa que preguntaba, por ejemplo, ?qu¨¦ pasa de las dietas?, o anunciaba ?que a tal hora, en tal sitio?. Declar¨® que dio un plazo de diez minutos, para disolverse a los concentrados en la plaza de Oriente para disolverse, pero que no tuvo necesidad porque se marcharon, aunque ¨¦l no supon que hacia el Ministerio de la Gobernaci¨®n. Mientras que el testigo teniente coronel Antonio Elet explic¨® c¨®mo se hizo cargo, en representaci¨®n del general inspector, del documento que llevaron los manifestantes hasta el Ministerio de la Gobernaci¨®n, el tambi¨¦n testigo teniente coronel Sevilla declar¨® que el d¨ªa anterior estuvo reunido con sus oficiales para estudiar las medidas a adoptar ante la posibilidad de llevarse a cabo manifestaci¨®n anunciada. Seg¨²n testigo, en dicha reuni¨®n se valor¨® la situaci¨®n y se decidi¨® adoptar medidas de inteligencia pero no de fuerza, consistentes en que mandos, vestidos de paisano, acercasen hasta los manifestantes para disuadirles de llevar adelante la manifestaci¨®n. Reconoci¨® que no dio orden concreta de disoluci¨®n de los manifestantes y que mantuvo a las fuerzas fuera de contacto directo con los manifestantes por razones de prudencia. Otros jefes y oficiales testigos reconocieron, a preguntas de la defensa, que tambi¨¦n tuvieron la misi¨®n de vigilar e informar sobre lo q pasaba en la manifestaci¨®n. El fiscal militar, tras la declaraci¨®n los testigos, ley¨® su informe fin elevando a definitivas sus conclusiones provisionales. Por su parte, los defensores solicitaron la absoluci¨®n de los procesados, llamando la atenci¨®n sobre el hecho de que s¨®lo ocho personas, de varios cientos que se manifestaron se encontraban hoy en el banquillo. Uno de los defensores declar¨®, por su parte, que la manifestaci¨®n era conocida por los mandos, no fue reprimida ni disuelta en ning¨²n momento, y que la misma ten¨ªa car¨¢cter civil, dado el tipo de reivindicaciones que se planteaban.
Hoy se conocer¨¢ el fallo que adopte sobre el caso el consejo guerra.
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