la evoluci¨®n de la trova cubana
La nueva m¨²sica no es s¨®lo un cha-cha-ch¨¢
La canci¨®n, mejor dicho trova cubana, naci¨® hace ya bastante tiempo. Tanto, que es posible hablar ya de una nueva trova que viene a modernizar, complement¨¢ndola a aquella otra. Aqu¨ª hemos tenido dos representaciones de ese fen¨®meno. Por un lado, Carlos Puebla, inefable, un jolgorio de exaltaci¨®n revolucionaria; por el otro, gentes, que como Pablo Milanes o Silvio Rodr¨ªguez nos han servido otras formas, otra poes¨ªa.
Todo comenz¨® hace a?os, cuando cantantes del pueblo, que no dispon¨ªan de los medios necesarios para hacerse con un piano (instrumento dominante en la ¨¦poca), fabricaban sus propias guitarras, partiendo muchas veces de elementos tan prosaicos como cajas de embalar bacalao. Esta gente, personajes como Sindo o Matamoros, pasaban hambre o la inventaban para sacar algo de dinero y no tener luego que cantar su verdad. Iban de pueblo en pueblo, como verdaderos trovadores, inventando una canci¨®n a cada recodo del camino, utilizando los materiales y los temas propios de los lugares por los que pasaban. Su m¨²sica era una mezcla de la africana que se import¨® con la esclavitud y los ritmos espa?oles (sobre todo todo andaluces), que llegaron con la colonizaci¨®n.Estos primeros trovadores no ten¨ªan ninguna forma de acceder al gran p¨²blico, que se encontraba bajo los efectos demoledores de las melodram¨¢ticas canciones que compon¨ªan Orlando de la Rosa, Bobby Collazo, Mario Fern¨¢ndez Porta y otros elementos que amenizaban las noches del lupanar de Am¨¦rica, como era denominada La Habana. Pero, a pesar de ello, los primeros trovadores introdujeron nuevas formas de hacer. Aunque alguno de ellos trabaj¨® tambi¨¦n ritmo conocidos, como el cha-cha-cha o el son, su aportaci¨®n b¨¢sica fue el filin (degeneraci¨®n de la palabra inglesa feeling= sentimiento). El filin estaba marcado por el lenguaje popular y tard¨® en ser aceptado por los cantantes de moda. Pero s¨®lo cuando alguno de ellos lo tom¨® en sus manos (el caso de Lucho Gatica) pudo cosechar algo parecido al ¨¦xito, aunque ya era una versi¨®n adulterada.
Y en eso lleg¨® Fidel
Con el triunfo de la revoluci¨®n cambian muchas cosas. Y tal vez sea en el terreno cultural donde los avances fueran m¨¢s espectaculares. Por un lado, las campanas de alfabetizaci¨®n hicieron que el pueblo cubano lograra algo tan simple como es el acceso a la lectura. Por otra, las editoriales se dispararon proporcionando libros a esa nueva y enorme masa de lectores. Adem¨¢s de ello, los cantantes, al igual que otras ramas art¨ªsticas pasaron a ser considerados como elementos de dinamizaci¨®n cultural, recibiendo un sueldo fijo y teniendo acceso a los grandes medios de comunicaci¨®n. Muchos trovadores se aplicaron entonces a cantar a la revoluci¨®n, a sus logros. Si no todos (pues algunos permanecieron en sus canciones de amor), la gran mayor¨ªa se lanz¨® a este nuevo trabajo, utilizando en ¨¦l las mismas expresiones coloquiales, la misma simplicidad expresiva de siempre. Sus canciones se convert¨ªan as¨ª en elementos ¨²tiles para la lucha, pero comportaban (y a¨²n lo hacen) un didactismo y un voluntarismo b¨¢sicos que tarde o temprano hab¨ªan de ser superados.
La nueva Trova
En el a?o 1967 se da en La Habana un important¨ªsimo festival, en el cual lo peor era el nombre: Encuentro de la canci¨®n protesta. A ¨¦l acuden cantantes populares de todos los rincones del mundo y a partir de all¨ª nace el movimiento de j¨®venes autores y cantantes cubanos, que se habr¨ªa de llamar nueva trova. Al principio dicho movimiento estaba totalmente desorganizado y la direcci¨®n venia dada por algunas caracter¨ªsticas renovadoras, que se daban en casi todos sus miembros. Por un lado, esos nuevos trovadores no se atienen a formas preestablecidas, y su lenguaje puede pasar del m¨¢s oscuro simbolismo a las expresiones de andar por casa la tem¨¢tica es variada, lo mismo canciones de amor, que eleg¨ªas a los revolucionarios ca¨ªdos, que temas de contenido propagand¨ªstico. Su m¨²sica se ve asimismo influida por los nuevos medios intelectuales y materiales que pueden obtener. El contacto de los Silvio Rodr¨ªguez, Noel Nicola, Sara Gonz¨¢lez o Vicente Feli¨², con las nuevas corrientes de la canci¨®n suramericana, e incluso con el jazz o el rock es estrech¨ªsimo. Las influencias existen, son conscientemente asumidas e integradas al acerbo de la m¨²sica aut¨®ctona cubana que no es sino, la fusi¨®n de otras influencias. Entre las posibilidades materiales, pueden contarse un mayor y m¨¢s variado n¨²mero de instrumentos, la facilidad para disponer de estudios (precarios, pero estudios al fin) y de una continua colaboraci¨®n con grupos de experimentaci¨®n sonora como el del ICAIC (Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematogr¨¢ficas). Grupos como Moncada o Manguar¨¦; cantantes como los arriba mencionados, Arnaury P¨¦rez, Enrique N¨²?ez, Virulo o Belinda Rom¨¦u, junto a muchos otros han elevado as¨ª el contenido de la trova, tanto musical como literariarnente, hasta llegar a convertirla en un ente de una riqueza y una variedad creativa impensables hace s¨®lo unos a?os.
Babelia
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