La alternativa nuclear, clave de la sustituci¨®n del petr¨®leo
Por muchos a?os, hasta el 1990 o 2000, Italia depender¨¢ en el consumo energ¨¦tico del petr¨®leo. La energ¨ªa nuclear se encuentra por hoy en mantillas. El 1977, no obstante, deber¨ªa ser el a?o del lanzamiento de las casi treinta empresas p¨²blicas y privadas que trabajan en el sector, dando ocupaci¨®n a unos 33.000 trabajadores.
Italia, al inicio de los a?os sesenta, se encontraba en posici¨®n de vanguardia, mientras hoy va a remolque, en particular, de las patentes americanas. A diferencia de Inglaterra, Francia y Alemania e incluso B¨¦lgica, Italia est¨¢ definiendo un plan nacional energ¨¦tico. Para comenzar, el Parlamento tendr¨¢ que pronunciarse sobre un proyecto de construcciones de centrales nucleares. Hasta ahora, la energ¨ªa necesaria a la industria (70.000 millones de kilowatios en 1976) y para usos dom¨¦sticos (unos 30.000 millones) viene b¨¢sicamente del petr¨®leo. El a?o pasado Italia import¨® cien millones de toneladas de petr¨®leo, cantidad que en la balanza de pagos provoca un ?deficit? de siete billones de liras en divisas.De todos modos, la comisi¨®n de industria de la C¨¢mara, presidida por el diputado socialista Lorsi Fortuna, famoso por la ley sobre el divorcio, acaba de perfeccionar una encuesta sobre la situaci¨®n energ¨¦tica del pa¨ªs. Se trata de una plataforma seria de discusi¨®n. Las centrales nucleares italianas eran tres hace unos diez a?os, con un potencial de medio mill¨®n de kilowatios/hora, que han contribuido con apenas un 3% a la producci¨®n energ¨¦tica nacional. Al inicio del verano, las centrales son cuatro, al entrar en funcionamiento la de Caorso, en la provincia de Piacenza, con potencia superior a la suma de las tres existentes (840.000 kilowatios/hora).
El plan energ¨¦tico preparado por el ministro de la Industria, Carlo Donat Cattin, contempla la construcci¨®n de veinte centrales antes de 1985. Los comunistas a Fines de diciembre pasado solicitaban solamente 12.
Tras muchas pol¨¦micas, Italia ha elegido el camino ya iniciado por los dem¨¢s pa¨ªses industrializados. Un barril de petr¨®leo que en los a?os sesenta costaba menos de dos d¨®lares, hoy alcanza los trece d¨®lares. Simplemente ¨¦ste hecho ha impuesto la energ¨ªa nuclear como fuente alternativa al petr¨®leo. Las cuatrocientas centrales en construcci¨®n o ya programadas en occidente multiplicar¨¢n por cinco los ochenta millones de kilowatios (dos veces y media la actual potencia el¨¦ctrica italiana), que representan el potencial electronuclear en ejercicio en 1976. Quienes se han opuesto a la energ¨ªa nuclear como el profesor Giorgio Nebbia, de la Universidad de Bari, han objetado que, sustituyendo el petr¨®leo con el uranio, Italia continuar¨¢ siendo tributar¨ªa del extranjero. Italia no tendr¨ªa ni reservas ni todav¨ªa contratos de compra. Est¨¢, adem¨¢s, el problema de la eliminaci¨®n de los residuos radiactivos. Construyendo pantanos y m¨¢s centrales de tipo convencional se podr¨ªan obtener 50.000 millones de kilowatios/hora adicionales. Se podr¨ªan tambi¨¦n explotar los lignitos del Sulcis. Se podr¨ªa utilizar el agua caliente de las centrales, quemar el alcohol et¨ªlico que se podr¨ªa sacar de los cuatro millones de toneladas de paja que Italia produce anualmente y desperdicia. Se podr¨ªa, por ¨²ltimo, explotar la energ¨ªa solar.
Todos estos argumentos no han impedido que el plan de energ¨ªa nuclear vaya adelante. El ?Ente Nacional de la Electricidad (Enel), el comit¨¦ para la energ¨ªa nuclear (CNEN) y los ambientes industriales proyectan, en primer lugar, concurrir con capitales del Ente Nacional de Hidrocarburos y del CNEN a las plantas "Eurodif" y "Coredif" para la producci¨®n de uranio enriquecido?.
Cuando se nacionaliz¨® la energ¨ªa el¨¦ctrica, la sociedad ?Edison? construy¨® en Trino Vercelles la primera central nuclear. El ENI, la segunda en Latina, y el IRI, la tercera a orillas del Garigliano, en la provincia de Casrta. Estas tres centrales pasaron luego al ?Enel?.
Se trata ahora de modernizarlas y poner en marcha el plan de las nuevas. Las resistencias son todav¨ªa enormes. La regi¨®n Molise, por ejemplo, se neg¨® a acoger dos centrales previstas en sus costas. Acaba de comenzar la construcci¨®n de otra en Montalto de Castro, en el Lazio, entre grandes protestas. La regi¨®n piamontesa ha propuesto Trino Vercellese o Alejandr¨ªa como sedes.
Algunas regiones avanzan su candidatura con el prop¨®sito de hacer m¨¦ritos, cuando se trate de construir la segunda planta de enriquecimiento de uranio por la sociedad Coredif, cuyo 10% del capital es italiano. Italia ha propuesto ya su candidatura, pues se trata de un negocio de 10.000 millones de liras y es casi seguro que Andreotti le habl¨® de ello a Giscard d'Estaing en la reciente cumbre de San Rossore, cerca de Pisa.
En medio de estas discusiones no se olvida una llamada ?filosof¨ªa del ahorro? que toca tambi¨¦n a las plantas termoel¨¦ctricas -convencionales existentes, los empleos civiles y otras fuentes alternativas. En 1975 la red el¨¦ctrica italiana perdi¨® 12.000 millones de kilowatios/hora en un consumo interior bruto de 150 millones de calor¨ªas.
Por otra parte, se siente la necesidad de adoptar nuevos ?standars? y nuevos tipos de construcci¨®n residencial. La tecnolog¨ªa de producci¨®n de agua caliente por energ¨ªa solar est¨¢ a punto de ser cornercial izada. En cuanto a la geotermoelectricidad en Italia no existen programas serios de potenciaci¨®n. En vez de crear grandes cuencas, se habla de ?estacIones de bombeo? con empleo m¨²ltiple, agua potable, energ¨ªa, agricultura. En un sistema integrado de servicios energ¨¦ticos el aprovechamiento de los ?detritus? urbanos desarrollar¨ªa tambi¨¦n una industria peque?a y media termomec¨¢nica.
Ahora bien, diversificar las fuentes comporta diversificar las inversiones y coordinar, en resumidas cuentas, varias pol¨ªticas: del territorio, ecolog¨ªa, urbanizaci¨®n, etc¨¦tera, con leyes inexistentes o en v¨ªas de perfeccionamiento en una fase en que la autonom¨ªa regional est¨¢ adquiriendo cuerpo real respecto a un estado centralista del siglo XIX que se est¨¢ quedando viejo.
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