Cleptoman¨ªa
Ted Kotcheff es un realizador canadiense que hace a?os se hizo notar en el Festival de Berl¨ªn con un m¨¢ximo premio concedido a su filme El aprendizaje de Duddy Kravitz, quiz¨¢ por un exceso de generosidad por parte del jurado. En ¨¦l narraba las peripecias de un joven jud¨ªo en Montreal, dentro de una sociedad cerrada donde es preciso, para progresar, cerrar la puerta a familiares y amigos. El filme no era gran cosa, pero revelaba un buen conocimiento del ambiente no ajeno al realizador precisamente y supon¨ªa a la vez un buen recital de ese joven actor simp¨¢tico conocido entre nosotros a trav¨¦s de American graffiti o Tibur¨®n. Adem¨¢s, y es justo reconocerlo, dejaba entrever un estilo f¨¢cil y con miras m¨¢s positivamente comerciales que ahora se concretan en este Roba..., etc¨¦tera, versi¨®n libre del t¨ªtulo original, Divi¨¦rtete con Dicky Jane, que al menos serv¨ªa para prevenir al espectador sobre cualquier tipo de especulaci¨®n de fondo.Ted Kotcheff, a pesar de su origen, no ha seguido como tantos compatriotas el camino franc¨¦s, ese camino que lleva hasta Par¨ªs o Cannes, sino el anglosaj¨®n que acaba a las mismas puertas de Hollywood. Su ¨²ltimo filme tiene poco de ese acento europeo que el cine canadiense se esfuerza por incorporar y busca en cambio un lugar al sol en la pujante industria. Con un tema bastante actual no s¨®lo en Estados Unidos sino en todo el mundo de hoy, el del paro en todos los niveles sociales, se ha urdido una comedia a nivel de altos ejecutivos en la que el humor de mejor o peor ley se asoma a f¨¢bricas de sat¨¦lites artificiales en crisis ocupadas en sobornar clientes en todas latitudes. A pesar de que la s¨¢tira nunca llegue a tocar fondo, a veces llega a rozar a modo de cr¨ªtica risue?a algunos aspectos de la tradicional sociedad americana. As¨ª, los padres de la mujer que esconden su ego¨ªsmo parapetados tras los recuerdos de los grandes hombres y las grandes empresas de Am¨¦rica o el jefe de la compa?¨ªa con sus lamentaciones ante la quiebra de ilusiones y de la misma f¨¢brica.El por qu¨¦ y para qu¨¦ luchar tanto, sacrificarse por algo ajeno al hombre, la injusticia del reparto de tan excesivo bienestar, la pervivencia de castas y clases sociales, se adivina a ratos como en otro rostro menos risue?o de Am¨¦rica, en esas colas de parados que, como en tantos pa¨ªses del mundo, esperan un subsidio o sus bonos de comida, lejos del otro mundo en el que la pareja protagonista lleva a cabo sus atracos inocentes, convencidos como los dem¨¢s de que la justicia social puede llegar para ellos demasiado tarde.
Roba bien sin mirar a qui¨¦n
Direcci¨®n: Ted Kotcheff. Int¨¦rpretes: George Segal, Jane Fonda, Ed Mac Mahon. Estados Unidos. Humor, 1976. Local de estreno: Capitol.
George Segal aparece m¨¢s gestero y teatral de lo habitual en ¨¦l, forzando demasiado su personaje. Jane Fonda se divierte en algo as¨ª como un par¨¦ntesis en sus ¨²ltimos filmes y sus lejanas cruzadas sociales. Junto a los dos y amparados por unos decorados convincentes, van y vienen los actores secundarios tan eficaces como la fotograf¨ªa o la m¨²sica e incluso el propio realizador, que para su debut en el cine americano parece haber renunciado de momento a mayores empe?os pasados.
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