Los derechos obreros no son "utilizables" por el capital
Si el recurso a la huelga es un derecho l¨ªcito e irrenunciable por parte de los trabajadores, como defensa de sus intereses ante el capital, no es honesto la utilizaci¨®n de las reivindicaciones obreras por parte del capital para obtener mayores beneficios. La amenaza de huelga con que los trabajadores de las gasolineras han apoyado sus peticiones salariales ha sido utilizada por los empresarios del sector ante la Administraci¨®n para conseguir de ¨¦sta unas mayores comisiones por la venta de los productos del monopolio de petr¨®leos (CAMPSA).En la negociaci¨®n del convenio colectivo para las estaciones de servicio, la postura intransigente de la patronal motiv¨® la decisi¨®n obrera de dejar sin gasolina al pa¨ªs a partir de ma?ana, si antes -como afortunadamente ha ocurrido- no eran atendidas sus reivindicaciones. Durante casi un mes, este conflicto ha sido objeto de atenci¨®n por parte de los 35millones de espa?oles que habr¨ªan resultado afectados por la anunciada huelga.Finalmente, la huelga se ha evitado con la firma de un convenio que establece un aumento salarial superior al 45 %. Si las empresas pueden ahora pagar un salario diario de setecientas pesetas -lo que supone elcitado porcentaje de incremento sobre las 480 que antes percib¨ªan los empleados de gasolineras-, ?c¨®mo se explica la intransigencia patronal de hace tan s¨®lo cuatro d¨ªas?
El argumento patronal para no atender las peticiones de Ios trabajadores se centraba en las reducidas comisiones que perciben de CAMPSA por la venta de sus productos. Estas comisiones no se han variado en los ¨²ltimos cuatro d¨ªas, si bien. el monopolio ha contra¨ªdo con los empresarios el compromiso de revisar su cuant¨ªa y la f¨®rmula de aplicaci¨®n.
Parece claro que ¨¦ste era el objetivo de los propietarios de gasolineras. La actitud de CAMPSA no parece tan clara. Si el compromiso ahora contra¨ªdo con los expendedores no responde tan s¨®lo a la amenaza de huelga, sino que, en justicia, la exigencia de los empresarios deb¨ªa ser atendida, no parece serio el comportamiento de CAMPSA, fomentando, de esta manera, la conflictividad laboral.
Si, por el contrario, tan s¨®lo el temor a la huelga ha inspirado la reconsideraci¨®n del tema de las comisiones y, en consecuencia, la satisfacci¨®n de las reivindicaciones obreras por parte de los empresarios, la utilizaci¨®n que ¨¦stos ha hecho de sus, trabajadores aparece a todas luces censurable.
En cualquier caso, este conflicto pone una vez m¨¢s de manifiesto la necesidad de una clarificaci¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica de las empresas, ¨²nica soluci¨®n para que los trabajadores -y las centrales sindicales que los representan- no puedan ser utilizados en el ejercicio de su derecho a reclamar las condiciones laborales que su condici¨®n de tales exigen.
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