Lauda gan¨® en Hockenheim y destaca en el Mundial

El largo y r¨¢pido circuito de Hockenheim caus¨® estragos en los motores de la f¨®rmula 1. S¨®lo ocho monoplazas terminaron el Gran Premio de Alemania. Emilio de Villota, convertido en primer reserva por ausencia del belga Neve, no consigui¨® estar a tiempo en la parrilla de salida. Sus mec¨¢nicos encontraron defectos en el motor cuando, una vez montado, intentaron arrancarlo una hora antes de la carrera. El tercer reserva, el alem¨¢n Hans Eleyer, que estaba preparado en el momento de darse la salida, parti¨® al quedar parado por accidente el Shadow de Alan Jones. Su incorporaci¨®n a la carrera fue ilegal, pero los jueces alemanes no le mostraron la bandera negra.

El coraje, el valor sereno y la tenacidad de Lauda, le han permitido ganar limpiamente una carrera que no dudar¨ªamos en asegurar le ha proporcionado la satisfacci¨®n m¨¢s grande de su vida.Pero, con todo lo que de rom¨¢ntico y meritorio tiene la victoria del piloto, ¨¦sta no llega nunca si no se dispone del mejor coche y el mejor coche en Hockenheim ha sido el Ferrari (Carlos Reutemann, con el Ferrari n¨²mero dos, ha terminado en cuarta posici¨®n). Antes de comenzar la carrera, y en los entrenamientos oficiales, pod¨ªa afirmarse que las largas rectas y la longitud total del circuito eran te¨®rica ventaja para los doce cilindros. El resultado de la carrera ha confirmado la teor¨ªa, ya que los cuatro primeros puestos, con la excepci¨®n del Wolf-Ford de Scheckter, han sido dos Ferraris y un Brabham, los tres de doce cilindros, y con m¨¢s de quinientos caballos.

El desarrollo de la carrera

Se arranca a la hora prevista y no hay sorpresas en los primeros puestos, a la primera curva se llega por el orden de parrilla de salida, nadie ha perdido un cent¨ªmetro, cosa rara, en la arrancada.En la vuelta ocho rompe Watson. En la trece, Lauda, que est¨¢ segundo, aparece en el estadio delante de Scheckter entre el clamor de la muchedumbre. El alem¨¢n Stuck ocupa la cuarta posici¨®n, con el contento de sus compatriotas. La carrera se estabiliza hacia la vuelta veinticinco. Scheckter hace un esfuerzo desesperado por acercarse a Lauda, pero el austr¨ªaco, con un ritmo preciso y r¨¢pido, le hace desistir de su intento. En la vuelta 31, James Hunt, que espera una ocasi¨®n favorable en el tercer puesto, detr¨¢s de Scheckter, rompe el motor y abandona. Van transcurridos dos tercios de la prueba cuando los motores de los Lotus de Andretti y Nilsson ceden. La carrera se queda en cuadro. Lauda, brillant¨ªsimo vencedor, cruza la meta.