El hermoso mot¨ªn

A prop¨®sito del hermoso mot¨ªn protagonizado por un buen n¨²mero de los presos denominados comunes, le agradecer¨ªa me concediese un peque?o espacio en su diario para expresar p¨²blicamente, no ya mi parecer sobre la actuaci¨®n de las fuerzas de orden e instituciones oficiales implicadas en el caso, actuaci¨®n ante la que s¨®lo los ingenuos y los hip¨®critas pueden escandalizarse, ni tan siquiera mi civilizada y democr¨¢tica ?comprensi¨®n? por seres tan marginados, sino tan s¨®lo mi m¨¢s profunda identificaci¨®n? admiraci¨®n y simpat¨ªa por unos hombres que, ma?ana a ma?ana, durante cuatro d¨ªas, me han proporcionado la ¨²nica ilusi¨®n que en mis penosos trayectos de autob¨²s hacia mi cotidiana c¨¢rcel... ?perd¨®n!, cotidiano trabajo, me ha acompa?ado. La ilusi¨®n de ver que cada deprimente jornada era embellecida por el ondear de sus rebeldes trapos llenos de inscripciones que no alcanzaba a leer, pero que me gustaba imaginar, sintetizaban impecablemente la expresi¨®n de las, aspiraciones de libertad m¨¢s concretas y generales.