La iglesia critica los m¨¦todos del r¨¦gimen militar peruano
La Iglesia cat¨®lica ha advertido al r¨¦gimen militar peruano que no trate de resolver la grav¨ªsima crisis econ¨®mica por la que atraviesa el pa¨ªs, usando m¨¦todos represivos de ?odio y violencia? para defenderse de las protestas de los trabajadores.Desde la huelga general del 19 de julio, en la que murieron seis personas a manos de las fuerzas de seguridad, m¨¢s de trescientos l¨ªderes y enlaces sindicales han sido arrestados. Tambi¨¦n son muchos los obreros despedidos sin ninguna compensaci¨®n econ¨®mica, por haber participado en las huelgas.
El r¨¦gimen militar peruano, en el poder desde hace nueve a?os, se enfrenta actualmente con una huelga de mineros que ha paralizado varias explotaciones propiedad del Estado en la zona de La Orova y parece decidido a eliminar el sindicato de izquierdas, organizado por el clandestino Partido Comunista.
El cardenal Juan Landzuri Ricketts, en la celebraci¨®n del veinticinco aniversario de su nombramiento como arzobispo de Lima, declar¨® el pasado martes: ?La crisis econ¨®mica por la que atraviesa nuestro pa¨ªs debe ser resuelta mediante la cooperaci¨®n de todos, pero sin odios ni violencia.
Despidos
Seg¨²n fuentes de la Iglesia cat¨®lica, el primado eclesi¨¢stico de Per¨² hab¨ªa expresado a las autoridades militares su gran preocupaci¨®n por los numerosos despidos, tanto en empresas privadas como en estatales.Las empresas privadas se han apresurado a acogerse a un decreto gubernamental, elaborado despu¨¦s de la huelga general, que suspendi¨® las cl¨¢usulas referentes a la estabilidad de los puestos de trabajo, las cuales dificultaban la expulsi¨®n de trabajadores que ten¨ªan cierta antig¨¹edad.
?Durante diez a?os he estado esperando la oportunidad de deshacerme de m¨¢s de una docena de agitadores?, ha declarado un ejecutivo del Banco Comercial, que ha despedido a 40 empleados, entre ellos a la mayor¨ªa de los l¨ªderes sindicales.
Los militares peruanos, despu¨¦s de la ca¨ªda del presidente Fernando Bela¨²nde Terry en 1968, alentaron la formaci¨®n de la Confederaci¨®n Nacional del Trabajo, de tendencia izquierdista, que contaba con el apoyo de los comunistas, al mismo tiempo que iniciaban un r¨¦gimen revolucionario nacional-populista. La confederaci¨®n izquierdista estaba destinada a neutralizar a la poderosa Confederaci¨®n de Trabajadores de Per¨², controlada por el APRA, partido nucionalista, opuesto al r¨¦gimen militar.
Descontento popular
Desde que el primer presidente del r¨¦gimen militar, Juan Velasco Alvarado, fue reemplazado en agosto de 1975, los elementos de la izquierda socialista en el Gobierno han sido eliminados por el presidente Francisco Morales Bermudez, y los militares han recuperado la confianza del capital privado y de los acreedores extranjeros.Este cambio tuvo lugar cuando la deuda exterior sobrepas¨® los cuatro mil millones de d¨®lares, los precios de los productos peruanos, especialmente los agr¨ªcolas y minerales, bajaron, y la inflaci¨®n elev¨® el coste de vida, el a?o pasado, en un 45 por ciento. El Gobierno ha congelado los salarios durante los dos ¨²ltimos a?os, principalmente de los funcionarios p¨²blicos y trabajadores de las empresas privadas permiti¨¦ndose solamente ciertos incrementos de salarios, que siempre han sido inferiores al aumento real de los precios.
Los aumentos salariales otorgados a las fuerzas armadas y la polic¨ªa durante este per¨ªodo han sido superiores a los de los profesores, empleados municipales o empleados estatales. Esto ha contribuido a acentuar el descontento laboral. El obispo de Cuzco, Luis Vallejos, y otros cuatro obispos del pa¨ªs protestaron contra la pol¨ªtica de precios y los salarios oficiales cuando el ej¨¦rcito prohibi¨® las manifestaciones en la regi¨®n. En su declaraci¨®n p¨²blica los obispos denunciaron el hecho de que una minor¨ªa privilegiada estuviera cargando el peso de la crisis econ¨®mica en los hombros del sector obrero.
Protesta
En los suburbios de Comas, al norte de la capital, el ej¨¦rcito dispar¨® contra una multitud de manifestantes el d¨ªa de la huelga general, matando a seis personas e hiriendo a veintiuna. Entonces, una declaraci¨®n de protesta fue le¨ªda en las parroquias de la zona durante la misa del domingo. De acuerdo con esta declaraci¨®n, la huelga estaba apoyada por la mayor¨ªa de los trabajadores. ?Los pobres no toman parte en las decisiones pol¨ªticas y econ¨®micas, en un pa¨ªs donde no se permiten los derechos tan fundamentales de reuni¨®n y di¨¢logo con las autoridades, mientras esta sociedad de consumo concentra el poder y el dinero en una minor¨ªa?, dice tambi¨¦n la declaraci¨®n.
?Una de las v¨ªctimas de los disparos de la polic¨ªa era un empleado municipal que ganaba 2.300 soles (2.550 pesetas) al mes. Otra fue una viuda, vendedora de peri¨®dicos, con cuatro hijos, que ganaba mensualmente 2.125 pesetas?, recalca un sacerdote cat¨®lico.
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