Defensa de la libre empresa
?Ahora est¨¢n de moda muchas actitudes cr¨ªticas y no se concibe la existencia de un progresismo sin el sacrificio de algunas realidades b¨¢sicas sobra las que se sustentan, precisamente, la libertad, el progreso y el bienestar. Vivimos esta paradoja, acaso por la vieja tendencia pendular de los pueblos. A cuarenta a?os de silencio hay que oponer el contrapunto del grito; a cuarenta a?os de r¨ªgida ordenaci¨®n laboral hay que oponer la repulsa de todo y el inicio -afortunadamente s¨®lo el inicio- de un desorden que se pretende expresi¨®n de presencia reivindicativa y participativa.Es por ello por lo que ahora, en estas l¨ªneas, queremos defender algo que est¨¢ en la base de la avanzada sociedad occidental y que es la garant¨ªa de un vivir estable y en mejora general constante. ( ... )
Nuestra obligaci¨®n, la obligaci¨®n de todos en este momento es salvar la empresa que nos asegura la continuidad del trabajo y del bienestar colectivo, afrontando solidariamente el dif¨ªcil paso que nos toca atravesar. (...)
El momento es grave y no permite frivolidades. No somos de los que creen que no hay otros sistemas econ¨®micos viables, pero el precio que se pagar¨ªa por ellos actualmente es muy alto, insoportable. Nuestra intenci¨®n ha de dirigirse a la salvaci¨®n de la econom¨ªa de mercado, al sostenimiento de la libertad de iniciativa y al fortalecimiento de la libre empresa, para asegurar nuestro nivel de vida, el de la mayor¨ªa de los espa?oles, con la confianza de que los que a¨²n se mantienen dentro de unas estructuras caducas -que desgraciadamente existen- se incorporen con celeridad a la t¨®nica predominante en el pa¨ªs y en Europa.
Comprendemos, naturalmente, que hay muchas cosas que deben mejorarse y no s¨®lo aceptamos, sino que alentar¨ªamos una actitud cr¨ªtica acerca de la empresa privada. (...)
Nos hemos cre¨ªdo obligados a escribir este art¨ªculo porque no ignoramos la importancia que tienen las crisis econ¨®micas en los reg¨ªmenes nacientes, sobre todo si, como ocurre hoy en Espa?a, se vincula el futuro a f¨®rmulas democr¨¢ticas. Hay que velar la fragilidad de la transici¨®n y no es ensayando sistemas nuevos como se consigue la fortaleza. La defensa de la econom¨ªa de mercado, que es adem¨¢s la de los pa¨ªses de Occidente, a los que esperamos unirnos m¨¢s, es una obligaci¨®n de los verdaderos dem¨®cratas, porque necesitamos fortalecer nuestra econom¨ªa, aumentar el bienestar y asegurar la fecunda convivencia.
7 agosto
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