La antirreglamentaria lidia del toro in¨²til
Un toro cojo no debe ser admitido para la lidia bajo ning¨²n concepto. En el reconocimiento, los veterinarios detectan estos defectos f¨ªsicos y por tal motivo echan para atr¨¢s numerosas reses -seg¨²n nos dicen- pero siempre cabe la posibilidad que la anomal¨ªa pase inadvertida, o que el toro se produzca la lesi¨®n despu¨¦s de enchiquerado.Pero cuando sale a la plaza, si la cojera (a veces no es cojera sino falta total de fuerzas, etc¨¦tera) resulta evidente, y el p¨²blico protesta, al presidente no le cabe otra opci¨®n que ordenar la sustituci¨®n del animal. Protesta que no es forzoso alcance magnitudes de esc¨¢ndalo. Muchos presidentes, ellos sabr¨¢n por qu¨¦, le van cogiendo el pulso al p¨²blico y retrasan la orden de devoluci¨®n, con lo que se conceden un margen para que la bronca amaine, lo cual puede ocurrir por cualquier lance que se produzca en el ruedo u otras circunstancias. De todos modos, siempre queda una minor¨ªa de aficionados que persiste en sus gritos y en sus palmas de tango; mas como no hacen n¨²mero, queda en franqu¨ªa la lidia del toro inv¨¢lido y por tanto antirreglamentario.
El domingo, en Las Ventas, el primer toro de Albarr¨¢n fue devuelto al corral por evidente inutilidad, pero los restantes -todos salvo uno- tambi¨¦n eran cojos y el se?or Santa Olalla, que presid¨ªa, dej¨® discurrir las protestas que, como antes apunt¨¢bamos, acababan por quedar diluidas, generalmente, en la desmoralizaci¨®n que produc¨ªa la actitud de la autoridad. La gente tambi¨¦n se cansa de chillar; se cansa de que el chillido, el alboroto, sea el ¨²nico cauce mediante el que puede defender sus derechos. Un toro -ocurri¨® el domingo con varios- que nada m¨¢s entrar al caballo y sentir el hierro se derrumba, debiera inducir al presidente a sacar el pa?uelo verde, aunque no hubiera sonado ni una voz en los tendidos. Y as¨ª ocurrir¨ªa siempre si los presidentes tuvieran afici¨®n.
M¨¢s no les culpemos si no la tienen. Son funcionarios del Cuerpo General de Polic¨ªa, y en las oposiciones al mismo no se exige afici¨®n a los toros ni conocimientos sobre el toreo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.