La polic¨ªa de NuevaYork captura al "hijo de Sam"
Despu¨¦s de una de las m¨¢s gigantescas operaciones de ?caza del hombre? que se recuerdan en Estados Unidos, la polic¨ªa de Nueva York arrest¨® ayer a David Berkowitz, un empleado de Correos de veinticuatro a?os de edad, y le acus¨® de ser el hijo de Sam, un misterioso asesino que, armado con un revolver de calibre 44, aterroriz¨® durante m¨¢s de un a?o a los neoyorquinos. Seis muertos y siete heridos fueron el tr¨¢gico balance de las ocho actuaciones del asesino, que se llamaba a s¨ª mismo el hijo de Sam.
M¨¢s de quinientos detectives de la polic¨ªa de Nueva York trabajaban en los ¨²ltimos d¨ªas en el caso del ?asesino del calibre 44?. Otros muchos se ofrecieron voluntarios para dedicar sus horas libres a la b¨²squeda del misterioso criminal, que se dedic¨® esencialmente a disparar desde la oscuridad contra autom¨®viles estacionados en lugares solitarios, con una pareja en su interior. El 29 de julio del a?o pasado cometi¨® el hijo de Sam su primer asesinato. El ¨²ltimo tuvo lugar hace s¨®lo once d¨ªas, y en esta ocasi¨®n mat¨® a una joven de veinte a?os y dej¨® ciego de un disparo en la cabeza a su novio, de la misma edad.
Los populosos barrios de Brooklyn, Bronx y Queens fueron el campo de actuaci¨®n del asesino, que en la mayor parte de los casos se acercaba sigilosamente a los coches estacionados y disparaba siempre cuatro veces por la ventanilla del asiento contiguo al del conductor. Las mujeres morenas con pelo largo fueron al principio sus v¨ªctimas, lo que hizo pensar a los investigadores que podr¨ªa tratarse de un sic¨®pata que quer¨ªa vengarse de alg¨²n desaire amoroso en mujeres de aspecto similar a la que odiaba. Sin embargo, la ¨²ltima v¨ªctima del hijo de Sam fue una joven rubia, de pelo corto, asesinada el pasado 31 de julio. En total, el perturbado, que fue identificado presuntamente como David Berkowitz, asesin¨® a cinco mujeres y un hombre, e hiri¨® de diversa consideraci¨®n a tres hombres y cuatro mujeres. Trece v¨ªctimas en total, entre ellas una chica de dieciocho a?os que quedar¨¢ paral¨ªtica para siempre y un joven de veinte a?os que quiz¨¢ quede ciego.
Una multa de tr¨¢fico llev¨® a su detenci¨®n
Una multa por estacionamiento indebido fue la pista que llev¨® a la polic¨ªa a capturar al presunto asesino. La noche del ¨²ltimo crimen, una anciana vio un coche Ford, modelo Galaxy, aparcado cerca de una bomba de agua y multado con un ticket de 35 d¨®lares. Un joven que ?llevaba algo oscuro en su mano derecha? se acerc¨® al autom¨®vil mir¨® a la anciana y se dio media vuelta, desapareciendo en la oscuridad. Poco despu¨¦s sonaban los cuatro disparos en un lugar cercano. La se?ora comunic¨® sus sospechas a la polic¨ªa y ¨¦sta investig¨® todas y cada una de las multas por aparcamiento puestas esa noche.Cuando un nutrido grupo de agentes rode¨® el edificio de apartamentos donde viv¨ªa David Berkowitz, en el suburbio de Yonkers, ¨¦ste sali¨® sin ofrecer resistencia y se limit¨® a decir: ?Bueno, ya me han cogido?. En su coche se encontr¨® un rev¨®lver del calibre 44 que parece ser el mismo con el que se cometieron los cr¨ªmenes, un mont¨®n de recortes de peri¨®dicos sobre el hijo de Sam y una metralleta del calibre 45. En el piso de Berkowitz, que viv¨ªa s¨®lo y fue definido como un ?buen chico, pero algo solitario y extra?o?, se encontr¨® otra ametralladora.
Estaba preparando una masacre
El jefe de detectives de la Brigada Criminal de Nueva York, John Keenan, declar¨® que exist¨ªan pruebas suficientes para realizar la acusaci¨®n formal de asesinato, Keenan a?adi¨® que ten¨ªa tambi¨¦n indicios de que el presunto hijo de Sam estaba preparando un nuevo golpe que habr¨ªa sido una masacre: irrumpir en una discoteca armado con la ametralladora y disparar contra todo el mundo que se encontrara en el interior.Otros polic¨ªas, que interrogaron al detenido, aclararon el misterio de la denominaci¨®n de hijo de Sam, con que el asesino escribi¨® dos cartas a los peri¨®dicos. Seg¨²n la polic¨ªa, Sam es un perro. Un perro de un vecino de la casa de apartamentos donde vive Berkowitz. Este declar¨® que pod¨ªa entenderse con el perro, y que era ¨¦l quien le ordenaba matar. ?Sam es muy poderoso y yo le obedec¨ªa?, aseguran que declar¨® el presunto asesino, quien a?adi¨® que las ¨®rdenes del perro le llegaban muy espor¨¢dicamente, y siempre de forma repentina. Ocho veces en un a?o recibi¨® tales ¨®rdenes, y armado con su rev¨®lver bulldog calibre 44 de la marca Charter Arms sali¨® a sembrar el terror en la noche de Nueva York.
Nueva York respir¨® aliviada tras la detenci¨®n
La ciudad entera respir¨® con alivio cuando los boletines de noticias de las radios locales anunciaron la detenci¨®n del presunto asesino. Las ediciones especiales de los diarios se agotaron en breves minutos. Durante las ¨²ltimas semanas, la polic¨ªa hab¨ªa aconsejado a las parejas que no estacionaran sus coches en lugares oscuros y a las muchachas que no caminaran solas por las calles de Bronx o Brooklyn. Miles de mujeres modificaron su peinado, se cortaron o incluso se ti?eron el cabello cuando se pensaba que el asesino eleg¨ªa sus v¨ªctimas entre las chicas de pelo largo y moreno. Una casa de cosm¨¦ticos lanz¨® un desafortunado anuncio en el que dec¨ªa ?esta ciudad es demasiado peligrosa para una cara tan bonita ?, y en los alrededores de Central Park, en el centro de Manhattan, pod¨ªa comprarse una camiseta con el retrato-robot del asesino y la leyenda: ? El hijo de Sam: c¨®gele antes de que ¨¦l te coja a ti.?El alcalde de Nueva York, Abraham Beame, declar¨® recientemente que era partidario de la reinstauraci¨®n de la pena de muerte en el Estado para aplic¨¢rsela al hijo de Sam. Cuando hace unos meses la polic¨ªa detuvo a un sospechoso, una multitud airada intent¨® asaltar la comisar¨ªa y linchar al detenido, que luego result¨® ser inocente. Ahora, David Berkowitz, un empleado de Correos solitario y de car¨¢cter t¨ªmido, est¨¢ siendo interrogado por la polic¨ªa y protagonizar¨¢ uno de los juicios criminales m¨¢s famosos del siglo. Seg¨²n un diario neoyorquino, Berkowitz, si es declarado culpable, pasar¨¢ al ranking de los criminales famosos, inmediatamente detr¨¢s de Jack el destripador, que asesinaba prostitutas en el Londres de finales de siglo y que nunca fue detenido, y por encima del estrangulador de Boston, otro personaje tristemente c¨¦lebre que fue internado en un hospital siqui¨¢trico.
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