Importante aportaci¨®n a la m¨²sica espa?ola para teclado
Casi doscientas obras incluye esta Nueva biblioteca espa?ola de m¨²sica de teclado recopilada, revisada y transcrita por el pianista espa?ol Antonio Baciero, cuyo primer volumen acaba de lanzarse al mercado.?Doscientas obras in¨¦ditas? Parece casi imposible a estas alturas de la labor editorial y de la musicolog¨ªa espa?ola, pero as¨ª es. Al menos, en cuanto a fuentes, es absolutamente cierto.
Nos hallamos pues, ante una aportaci¨®n de gran peso para la historiograf¨ªa espa?ola a la hora de valorar el material disponible de m¨²sica para tecla.
La colecci¨®n es muy significativa, no s¨®lo por su n¨²mero y extensi¨®n, sino por, la alta calidad de la mayor¨ªa de las piezas contenidas en ella. Aqu¨ª se pone en evidencia, una vez m¨¢s, la magnitud espiritual de nuestra vieja m¨²sica, la parcela m¨¢s v¨¢lida, tal vez a causa de su intocable abstracci¨®n, para la sensibilidad actual, de todo el que hacer hist¨®rico del arte espa?ol.
Nueva biblioteca espa?ola de m¨²sica de teclado
Siglos XVI al XVIll. Revisi¨®n y transcripci¨®n de Antonio Baciero. Volumen I. Uni¨®n Musical Espa?ola. Madrid,1977.
Antonio Baciero nos presenta una serie de piezas desconocidas, pues incluso aquellas obras editadas anteriormente, lo fueron seg¨²n la notaci¨®n gr¨¢fica antigua, y seg¨²n fuentes manuscritas plagadas de errores e inexactitudes.
Y ya que no se trata de una edici¨®n musicol¨®gica sino accesible al pianista, organista o clavecinista de hoy, Baciero ha incluido una gran diversidad de autores, y, por tanto, de estilos, que van desde comienzos del siglo XVI con Bermudo, Tom¨¢s de Santa Mar¨ªa y Cabez¨®n (este ¨²ltimo seg¨²n una fuente nueva, el Pensil deleitoso de suaves flores de m¨²sica, de Mart¨ªn y Coll, 1707) hasta los albores del siglo XIX, con piezas de F¨¦lix M¨¢ximo L¨®pez (1742-182 l), y Juli¨¢n Prieto (1765-1844).
Quisi¨¦ramos finalmente decir algo sobre los autores representados en esta Nueva biblioteca. Excusado es hablar de las maravillas contenidas en las obras para teclado del siglo XVI. Es terreno suficientemente cultivado como para venir ahora a descubrirlo.
Del siglo XVIII encontramos una serie de danzas an¨®nimas, que Baciero ha agrupado en suites, muy interesantes para corroborar el car¨¢cter internacional de una parte de nuestra m¨²sica en esta ¨¦poca.
Hay tambi¨¦n an¨®nimos de la escuela del gran Correa de Arauxo y una buena representaci¨®n del organista tudelano Joseph Ximenez, sucesor de Aguilera de Heredia en el ¨®rgano de la Seo de Zaragoza. Encontramos, entre otros autores del XVII, como Pablo Bruna y Fray Pedro de Tafalla, catorce versos de Cabanilles (1644-1712) raros ejemplos de formas breves cultivadas tambi¨¦n por el c¨¦lebre autor de tientos y batallas.
M¨²sica vocal
Sabemos que el barroco y el clasicismo espa?ol son etapas de nuestra historia musical muy imperfectamente conocidas y, por varias razones, minusvaloradas. Esto se hace patente en la m¨²sica vocal, instrumental y l¨ªrica, cuyo olvido pone de manifiesto una pobr¨ªsima discograf¨ªa. Sin embargo, no ha sido tan hiriente el poco aprecio en la m¨²sica para teclado de esta ¨¦poca que, en sus varias facetas, ha conocido m¨²ltiples ediciones. Por eso es m¨¢s sorprendente el contenido de la recopilaci¨®n de Baciero, ya que en ella se recogen, por ejemplo, siete sonatas de Domenico Scarlatti -quiz¨¢ junto a El Greco, el artista extranjero m¨¢s identificado con el arte espa?ol, y tambi¨¦n uno de los m¨¢s excelsosJunto a obras in¨¦ditas del padre Soler, de Anselmo Viola o F¨¦lix M¨¢ximo L¨®pez, autores m¨¢s o menos difundidos, encontramos unas bellas sonatas de corte haydiano cuyo autor, Juli¨¢n Prieto, natural de Santo Domingo de la Calzada y maestro de capilla de la catedral de Pamplona, estaba totalmente olvidado.
El inter¨¦s m¨¢ximo de esta Nueva biblioteca reside en la publicaci¨®n integral del manuscrito que se halla en el Real Conservatorio de Madrid (y qu¨¦ perteneci¨® al compositor Julio G¨®mez) conteniendo las seis Becercadas, fugas y sonatas, de Sebasti¨¢n Albero.
El examen de esta colecci¨®n de Albero, su completa interpretaci¨®n sobre el piano, causar¨¢n asombro en los medios musicales verdaderamente enterados. Estamos ante un artista de primera magnitud, tal vez junto a Antonio Soler el m¨¢s grande -y m¨¢s original- del teclado espa?ol de su siglo.
Sebasti¨¢n Ram¨®n Albero A?anos naci¨® en la villa de Roncal el 14 de junio de 1722, seg¨²n datos que me suministr¨® don Alfredo Al¨²stiza Zubiri, p¨¢rroco de aquella loca lidad navarra. Su muerte ocurri¨® en Madrid el 30 de marzo de 1756, fecha que me facilit¨® la elavecinista Genoveva G¨¢lvez, primera int¨¦r prete de este olvidado compositor. La originalidad de Albero, tan pr¨®ximo a Bach en la recercata y a Beethoven en sus grandiosas fugas, de virtuosismo casi sinf¨®nico, nos admira m¨¢s en un artista que no alcanz¨® a cumplir los 34 a?os.
Cada uno de los tomos de la Nueva biblioteca lleva como suplemento una obra de autor extranjero encontrada manuscrita en las propias fuentes espa?olas manejadas para esta publicaci¨®n. As¨ª aparecen obras muy interesantes de autores de la fama de Pergolesi, Juan Christian Bach, Haydri, y otros, cuyas obras llegaron en su tiempo a nuestros archivos. En resumen, hay que acoger con alborozo esta muestra del viejo arte hisp¨¢nico.
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