Katayama, primer japon¨¦s que gana un t¨ªtulo mundial

Por primera vez en la historia del motociclismo un piloto japon¨¦s, Katayama, ha conseguido alzarse con un Campeonato del Mundo. Hasta ahora, y pese al claro dominio de las m¨¢quinas japonesas en el mundial, los triunfos siempre hablan ido a parar a pilotos occidentales. Este a?o, el t¨ªtulo de 350 cc. ha sido conquistado por el nip¨®n, rompiendo una tradici¨®n que se remonta al a?o 1949.

La pol¨ªtica seguida por los directivos de las f¨¢bricas de motocicletas japonesas, formando equipos con un piloto occidental y otro nip¨®n que hubiera despuntado en la temporada anterior en los campeonatos nacionales, para retirar la temporada siguiente al ?kamikaze? de turno, cambi¨¢ndolo por otro, hab¨ªa sido la principal raz¨®n de que ninguno de ellos hubiera tenido el tiempo suficiente para adquirir la experiencia necesaria para adjudicarse un Campeonato del Mundo.El caso del japon¨¦s Katayama ha sido algo diferente. Despu¨¦s de haber realizado la cl¨¢sica temporada enrolado en el equipo oficial Yamaha, la firma decid¨ªa retirar por completo su equipo, optando por vender m¨¢quinas iguales a todos los pilotos que las solicitasen. El japon¨¦s, atra¨ªdo por el particular mundo de los circuitos europeos y, tambi¨¦n, c¨®mo no, por las cifras de dinero que se barajan en el viejo continente -muy superiores, sin duda, a las que se obtienen en el pa¨ªs oriental-, opt¨® por adquirir una de las m¨¢quinas que le ofrec¨ªan sus antiguos mentores, para, con cierta ayuda t¨¦cnica por parte de los ingenieros de su antiguo equipo, lanzarse a la disputa del Campeonato del Mundo.

El conseguir el t¨ªtulo ha sido un justo, premio a su dedicaci¨®n, as¨ª como a su indudable calidad t¨¦cnica. Sin embargo, este extra?o personaje no est¨¢ demasiado bien considerado entre el resto de los pilotos que componen el Continental Circus. Con una personalidad y un car¨¢cter un tanto singulares, que le llevaban a ser guitarrista de un conjunto japon¨¦s de rock-and-roll antes de piloto de motos de carreras, y que a¨²n le mantiene normalmente recluido en su tienda pese a ser, normalmente, el primero que llega a los circuitos, y al hecho de que lleva ya un par de temporadas corriendo siempre frente a los mismos rivales, Katayama sigue siendo rechazado por la gran mayor¨ªa de ¨¦stos. Pero este distanciamiento no se debe a razones de car¨¢cter extradeportivo, sino, m¨¢s bien, a su conducta dentro de la pista. Pues, aunque nadie pone en duda su calidad, las quejas de codazos y patadas dadas de su m¨¢quina a otros rivales -por dif¨ªcil que ello parezca- son comentario general despu¨¦s de much¨ªsimas carreras, por lo que el japon¨¦s se ha ganado, por m¨¦rito propio, fama de excesivamente ?kamikaze? y antideportivo.