Una Constituci¨®n mon¨¢rquica
Si Espa?a es una Monarqu¨ªa, es evidente que la Jefatura del Estado est¨¢ sujeta a la ley de la Herencia. No entiendo, pues, c¨®mo puede dejarse de lado esta cuesti¨®n, por mucho que se empe?en en ello el PSOE y el PCE.El fundamento y clave de nuestro fluir hist¨®rico en el ¨²ltimo cuarto de siglo pasa, necesariamente, por la Corona. No reconocerlo expl¨ªcitamente as¨ª en nuestro primer texto legal es una hipocres¨ªa adobada de ingratitud. Peor a¨²n, demuestra torpeza, cerrilismo y aun falta de sentido hist¨®rico en aquellos que se dicen celosos guardadores del bien del pueblo. Porque ese pueblo, el nuestro, sabe que es la Corona en quien puede esperar su solidaria integraci¨®n y la estabilizaci¨®n de la paz.
Es, pues, llegada la hora de llamar a las cosas por su nombre. Y quienes eludan u omitan el car¨¢cter mon¨¢rquico de nuestro Estado deber¨ªan, si quieren ser honrados, ofrecer otras f¨®rmulas que, de seguro, tendr¨ªan tan escasa vigencia y aceptaci¨®n social que sus propugnadores llegar¨ªan a estrepitosos fracasos.
21 agosto.
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