Los peligros de la interinidad
?CUANTO SE tarda en elaborar una Constituci¨®n? Esta pregunta no tiene sentido, a no ser que lo tenga para aqu¨¦l que pretenda gozar de un plazo para consolidar sus propios intereses. Es est¨¦ril la pol¨¦mica al respecto, como la que parece abrirse paso en algunos sectores de parlamentarios. No se puede decir que la Constituci¨®n estar¨¢ ya elaborada en el plazo de seis meses porque no lo sabemos; pero mucho menos que hacen falta dos a?os para hacerla, como. ha afirmado el presidente del Congreso, se?or Alvarez de Miranda, porque no es deseable. Tardar dos a?os para elaborar la Constituci¨®n prolongar¨ªa in¨²tilmente un per¨ªodo de provisionalidad jur¨ªdico-pol¨ªtica a todas luces peligroso.Ni la ley de reforma pol¨ªtica; ni siquiera la celebraci¨®n de las elecciones el pasado 15 de junio pueden fundamentar jur¨ªdicamente la existencia de una democracia que hasta ahora se ha apoyado m¨¢s en la discrecionalidad del poder ejecutivo que en la proclamaci¨®n jur¨ªdica de unos principios de convivencia pol¨ªtica a los que todos incluido el propio ejecutivo deben quedar sujetos. La tolerancia de los Gobiernos del se?or Su¨¢rez ha suplido la carencia de una norma constitucional. Pero esto s¨®lo es admisible desde el punto de vista de que el pa¨ªs se halla en un per¨ªodo provisional. Prolongar m¨¢s all¨¢ de lo debido esta situaci¨®n es correr el peligro de caer en la inestabilidad pol¨ªtica. Y pedir dos a?os para elaborar la Constituci¨®n equivale as¨ª a recabar un cheque en blanco durante veinticuatro meses para el actual Gobierno. Del reconocido talante democr¨¢tico del se?or Alvarez de Miranda no se debe sospechar tama?a pretensi¨®n. Es preferible entonces achacar sus declaraciones a sus deseos de perfeccionismo. Pero este perfeccionismo no puede desembocar en un dilatado per¨ªodo de provisionalidad legal que podr¨ªa hacer pensar que el grupo parlamentario de la UCD -que no es mayoritario en las Cortes- estuviera buscando sostener a su Gobierno monocolor durante dos a?os a costa de lo que fuere. Hace falta tiempo para elaborar una Constituci¨®n, pero no m¨¢s del necesario. No se puede decir que haya que terminar el trabajo en seis meses, como si fuera un principio inalterable. Pero s¨ª es de desear que los trabajos al respecto vayan r¨¢pido y que est¨¦n terminados cuanto antes. Adem¨¢s, hay que desechar cualquier tentaci¨®n de prolijidad y prescindir de profesoralismos est¨¦riles. Una Constituci¨®n, hoy, para Espa?a, debe ser corta, ¨²til y moderna. Un texto claro e inequ¨ªvoco que recoja los aspectos del momento actual espa?ol: una Constituci¨®n de 1977, que probablemente deber¨¢ abordar puntos in¨¦ditos en los textos constitucionales tradicionales, que responda a la realidad del momento espa?ol. En resumidas cuentas, que no sea un texto de laboratorio, apto para intelectuales, donde se desahoguen los doctrinarismos tanto tiempo latentes.
Deber¨¢ ser un texto simple y claro, que conceda seguridad jur¨ªdica a todos los ciudadanos y devuelva a los espa?oles la confianza en las leyes y en el sistema pol¨ªtico que les rige. Frente a la jungla legal de cuarenta a?os de proclamaciones solemnes, que han producido en el ciudadano espa?ol un ?saludable? escepticismo ante la ley, lo que Espa?a necesita hoy son formulaciones claras, que regulen la convivencia pol¨ªtica de todos, sin excepci¨®n.
Es impensable que se pueda someter a un pa¨ªs, en una grave situaci¨®n econ¨®mica, adem¨¢s a la incertidumbre a?adida de una prolongada interinidad pol¨ªtica. Los legisladores elegidos el 15 de junio deben movilizar: la originalidad y la imaginaci¨®n para hacer frente a los problemas actuales, desde las autonom¨ªas hasta la nueva estructura de un Estado moderno. Sin olvidar tampoco que los esquemas t¨¦cnicos de la democracia occidental ya est¨¢n escritos e inventados.
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