Posible "cumbre" militar latinoamericana en Washington

Con la asistencia del general Augusto Pinochet, presidente de Chile, y del general Jorge Videla, presidente de Argentina, y de, por lo menos, otros doce presidentes latinoamericanos, la firma del nuevo tratado del canal de Panam¨¢ amenaza con convertirse en una cumbre militar latinoamericana.Las invitaciones cursadas por el secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), Alejandro Orfila, a todos los jefes de Estado de la organizaci¨®n para que asistan a la ceremonia de la firma que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 7 de septiembre en la sede de la OEA en Washington, encontraron un eco insospechado en los reg¨ªmenes militares del continente.

El presidente norteamericano, Jimmy Carter, no parece ajeno a este solemne montaje de la ceremonia, ya que el festival de recepciones, ruedas de prensa y manifestaciones de protesta que la cumbre traer¨¢ consigo, le permitir¨¢ colocar el tema del canal en la primera p¨¢gina de los diarios norteamericanos.

La ratificaci¨®n del tratado por el Senado norteamericano es la principal preocupaci¨®n de Carter, que ver¨ªa comprometido su prestigio y su. capacidad para negociar otro acuerdo internacional si los grupos conservadores consiguen bloquear el acuerdo con Panam¨¢.

Dictadores invitados

A cambio, el presidente Carter tal vez tenga que pagar el precio pol¨ªtico de recibir en la Casa Blanca al mayor n¨²mero de dictadores que nunca se haya visto juntos.Pero la ratificaci¨®n del tiratado tal vez le exija este peque?o sacrificio a su imagen p¨²blica, ya que la campa?a contra el acuerdo crece de d¨ªa en d¨ªa.

La ofensiva contra la ratificaci¨®n del tratado cobr¨® nuevas fuerzas con la incorporaci¨®n de Ronald Reagan, ex aspirante del Partido Republicano a la presidencia y l¨ªder de los ultraconservadores norteamericanos.

Con los sondeos de opini¨®n a favor y con una riada de cartas y telegramas invadiendo los despachos de los congresistas, los ultraconservadores norteamericanos intentan convertir el tema del canal de Panam¨¢ en el aglutinante pol¨ªtico que les d¨¦ cohesi¨®n cara a las pr¨®ximas elecciones legislativas.

La cautela de los l¨ªderes conservadores del Partido Dem¨®crata a la hora de apoyar resueltamente el tratado con Panam¨¢ refleja el apasionamiento con que el p¨²blico norteamericano vive el tema del canal.

El l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata del Senado, Robert Byrd, advirti¨® al presidente Carter que el tratado encontrar¨¢ una dura resistencia en el Congreso, y se resisti¨® a apoyar su ratificaci¨®n hasta que el tratado haya sido desmenuzado en los comit¨¦s del Senado.

El miedo de los l¨ªderes dem¨®cratas es perder el voto de los estados del Sur en las elecciones para el Congreso del pr¨®ximo a?o.

La ofensiva montada por los ultraconservadores contra el tratado acude a todos los resortes emocionales de las mejores campa?as de la guerra fr¨ªa: ejemplo del fin de la autoridad norteamericana en el mundo, peligro de un control comunista del canal, debilidad de Washington ante el chantaje del tercer mundo y sacrificio de la propiedad norteamericana. Para contrarrestar esta campa?a, Carter intenta convencer a la opini¨®n p¨²blica de que si el Senado rechaza el tratado, la ofensa no ser¨¢ s¨®lo para Panam¨¢, sino para todos los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina que enviaron a sus jefes de Estado como testigos de honor de la firma del acuerdo.