En Espa?a existen tres millones de alcoh¨®licos
Quinientos alcoh¨®licos rehabilitados se han reunido en Elche (Alicante) en el VI de los congresos por ellos celebrados hasta ahora para tratar de los problemas que plantea el alcoholismo. Entre las ponencias figuran dos elaboradas por AIcoh¨®licos An¨®nimos (AA) de Barcelona en colaboraci¨®n con otros grupos: Aspectos m¨¦dicos del alcoholismo y Sociolog¨ªa del alcoholismo resumen parte del trabajo realizado por esta Asociaci¨®n, la m¨¢s extendida en el mundo, para combatir desde un punto, de vista extracient¨ªfico los males del alcohol. Dos miembros de AA exponen a Lola Gal¨¢n sus opiniones sobre la enfermedad, que seg¨²n las estad¨ªsticas ocupar¨¢ el tercer lugar entre las causas de mortandad para 1980.
Tres millones de alcoh¨®licos oficiales, y muchos m¨¢s a t¨ªtulo privado, desconocidos. Un tercer puesto en la clasificaci¨®n mundial de alcoholismo para un pa¨ªs que ha representado la reserva espiritual de Europa durante muchos a?os. Donde las drogas menores, tipo marihuana o hachis se abren paso a ritmo acelerado levantando oleadas de indignaci¨®n y miedo, olvidando tal vez que estamos en un pa¨ªs de alcoh¨®licos.?Espa?a es en esto como cualquier otro pa¨ªs, porque no hay que olvidar que el alcoholismo es, una enfermedad. La sociedad nada tiene que ver en el hecho de que yo, Paco, me convirtiera en un alcoh¨®lico. Su ¨²nico pecado ha sido no saber que yo era un enfermo. ?
De Ohio a Espa?a, AIcoh¨®licos An¨®nimos cuenta aproximadamente con 29.352 grupos en el mundo entero. En nuestro pa¨ªs las cifras se reducen modestamente, ?somos unos 1.200 sin recibir apoyo de ninguna clase y teniendo que afrontar bastantes gastos. Nos basamos en la voluntad real de dejar de beber y nuestro ¨²nico sistema, que se desarrolla en doce puntos, es la terapia de grupo, intercambiar experiencias unos con otros y comprendernos, porque ya se sabe que a un alcoh¨®lico s¨®lo le entiende otro alcoh¨®lico?.
Alcoh¨®licos An¨®nimos asegura haber conseguido esta rehabilitaci¨®n en m¨¢s de medio mill¨®n de enfermos repartidos por 92 pa¨ªses. ?Como Espa?a no es Estados Unidos, aqu¨ª las cifras son otras. Nos es imposible atender los problemas de los enfermos que se encuentran en prisi¨®n, y yo le aseguro que entre los delincuentes hay un elevad¨ªsimo n¨²mero de alcoh¨®licos. Tampoco las cl¨ªnicas privadas nos permiten la asistencia a enfermos de este tipo, sin embargo colaboramos aqu¨ª en Madrid con los m¨¦dicos en la Ciudad Sanitaria Francisco Franco y con el Hospital Cl¨ªnico.?
Ning¨²n signo exterior de rebeld¨ªa en AA. A lo sumo una cr¨ªtica a la Seguridad Social ?que no nos reconoce como enfermos?. Pero ni la extracci¨®n social, ni la injusticia, ni las dificultades de una vida que no se ofrece tan dura para todos, superan el leve calificativo de motivos para estos hombres: ?Motivos, hay millones, mi historia concreta me ofrece muchos. Un d¨ªa descubr¨ª que era m¨¢s simp¨¢tico, m¨¢s ¨¢gil, m¨¢s listo y eficaz en mi trabajo de vendedor y empec¨¦ a beber. Despu¨¦s me encontr¨¦ en un callej¨®n sin salida hasta que di con AA y vi que otros hombres, alcoh¨®licos como yo, eran capaces de no beber. ?
Beber, adem¨¢s de un h¨¢bito nacional, puede convertirse en una obsesi¨®n, un perfecto refugio para los que se enfrentan con demasiados problemas de lo que su car¨¢cter puede afrontar.
Mujeres alcoh¨®licas
Seg¨²n las dudosas estad¨ªsticas, la mujer estar¨ªa m¨¢s resguardada del alcoholismo. Una mujer por cada tres hombres es alcoh¨®lica, aunque se ha registrado un cierto aumento en los ¨²ltimos a?os. Los j¨®venes se aficionan cada vez m¨¢s la las bebidas, que simultanean con el uso de drogas, pero en general es mucho m¨¢s f¨¢cil y accesible el alcohol. ?La publicidad es culpable en este sentido, porque incita de una manera deshonesta a los j¨®venes. El alcohol es demasiado peligroso para que no se hagan campa?as de prevenci¨®n entre la juventud, se puede empezar bebiendo por snobismo y terminar siendo un alcoh¨®lico. ?Ocho mil muertes al a?o. Veinte mil jornadas laborales perdidas son un buen motivo para buscar la reinserci¨®n de estos hombres. ?Es verdad que mujeres vienen menos, pasan en un n¨²mero muy inferior por los centros de desintoxicaci¨®n, pero yo no creo que haya menos alcoh¨®licas, las mujeres beben muchas veces a escondidas.?
El precio de las bebidas alcoh¨®licas es efectivamente bajo en Espa?a con relaci¨®n a otros pa¨ªses, la accesibilidad es enorme, incluso para los menores de edad y, socialmente, beber est¨¢ bien visto porque forma parte de los mecanismos de comunicaci¨®n con los dem¨¢s, ?pero para muchas personas es imposible volverse atr¨¢s, la bebida se convierte en una obsesi¨®n, su dependencia de ella les lleva en muchos casos a la delincuencia y acaba por destruir su vida?.
La cifra de alcoh¨®licos que se integran en una asociaci¨®n como AA o la Asociaci¨®n de Ex-alcoh¨®licos, creada en 1967 y ampliamente representada en Elche, es todav¨ªa muy baja. ?Existe una evidente resistencia a reconocerse como alcoh¨®lico, a verse en el papel de enfermo necesitado de ayuda. Y si es dif¨ªcil convencer al enfermo, a las familias es muchas veces imposible.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.