El "M¨²sica pr¨¢ctica", de Ramos Pareja, traducido al castellano
Cuando van a cumplirse pronto cinco siglos de su publicaci¨®n, aparece la traducci¨®n castellana del c¨¦lebre tratado M¨²sica pr¨¢ctica, escrito en lat¨ªn por el m¨²sico espa?ol Ramos de Pareja. Quiz¨¢ sea este el mejor momento para su difusi¨®n, pues nunca hubo tanto inter¨¦s por la m¨²sica antigua.Bartolom¨¦ Ramos de Pareja, compositor y te¨®rico andaluz, representa en alto grado el esp¨ªritu innovador y cientifista del hombre espa?ol del renacimiento.
Seg¨²n Saldoni, aunque los documentos de donde pudo extraer el compositor catal¨¢n tales datos no han sido hallados, Ramos de Pareja, naci¨® en Baeza, el 25 de enero de 1440. Fue disc¨ªpulo de Johannes de Monte, probablemente el mismo que figura como cantor de la capilla vaticana de Roma, a quien el propio Ramos pone al lado de m¨²sicos tan eminentes como Ockeghem, Busnois y Dufay. Por ¨¦l sabemos tambi¨¦n que fue catedr¨¢tico de M¨²sica en Salamanca, sosteniendo una pol¨¦mica con cierto maestro de Osma, consecuencia de la cual escribi¨® un tratado en lengua castellana que no ha podido ser hallado.
El caso es que, a principios del a?o 1482 encontramos al artista hispano en Italia, explicando sus lecciones p¨²blicamente, con gran asombro de los auditorios por lo avanzado de sus teor¨ªas. Ese mismo a?o, el maestro impresor Baltasar de Hiriberia publica en Bolonia De m¨²sica tractatus, sive m¨²sica pr¨¢ctica, al que pronto sigui¨® otra edici¨®n, casi id¨¦ntica a la primera.
Es una de las obras te¨®ricas m¨¢s importantes del siglo XV y, por ella, alcanz¨® el m¨²sico andaluz fama europea.
Con un conocimiento exhaustivo de la m¨²sica antigua y medieval, Ramos elabora una teor¨ªa clara, sencilla, realmente pr¨¢ctica.
?Yo siempre he tenido m¨¢s inter¨¦s por la verdad que por la facundia?, nos dice Ramos. Tal vez por ello intentara, de modo conciso, facilitar a los incultos cantores de la ¨¦poca la comprensi¨®n de los problemas musicales sin perderse en la farragosa teor¨ªa de Boecio y otros tratadistas medievales. Teor¨ªas respetadas durante siglos, pero casi nunca bien entendidas.
Esta aportaci¨®n, como era de esperar, levant¨® r¨¦plicas de los partidarios del viejo sistema hexacordal atribuido a Guido d'Arezzo. La pol¨¦mica entre ¨¦stos y los disc¨ªpulos y seguidores del espa?ol no se hizo esperar. Por supuesto, el sistema del jiennense tuvo defectos, y uno de ellos, el de no llevar a sus ¨²ltimas consecuencias sus descubrimientos en lo referente a la evaluaci¨®n interv¨¢lica, ha sido se?alado por Le¨®n Tello en su libro Estudios de historia de teor¨ªa musical. Sin embargo, hay que reconocer en ¨¦l un vivo acicate de procedimientos, hasta ese momento ignorados, para determinar los valores ac¨²sticos.
En 1521 pueden seguirse todav¨ªa las huellas de la existencia del maestro. Quiz¨¢ cansado de los ataques de sus detractores dej¨® Bolonia por Roma, donde se propuso completar, con un nuevo libro, sus doctrinas musicales. Un disc¨ªpulo suyo, Giovanni Spataro, en carta del a?o 1532, confirma que no lleg¨® a terminarlo nunca, pues ¨¦l se cuidaba de cierto modo suyo de vivir lascivo, el cual fue la causa de su muerte.
Es un libro m¨¢s apto para profesionales que para aficionados, si bien ¨¦stos se sorprender¨ªan ante las afirmaciones de un hombre del siglo XV. No hay duda que la m¨²sica causa efectos admirables. El ardor de la sangre se extingue con la m¨²sica, o tambi¨¦n esto otro: sin duda alguna tiene la m¨²sica una enorme energ¨ªa y gran influencia sobre los esp¨ªritus humanos, ya quiera calmarlos o excitarlos.
M¨²sica pr¨¢ctica (1482), en traducci¨®n de Jos¨¦ Luis Moralejo, ha sido publicado por la Editorial Alpuerto, con una introducci¨®n de Enrique S¨¢nchez Pedrote.
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