Humanismo y nihilismo rusos
El autor, novelista, ensayista, cr¨ªtico literario y especializado en literaturas eslavas, prueba una vez m¨¢s las condiciones de agudo y penetrante narrador que posee. Su realismo sicol¨®gico y anal¨ªtico profundiza y diseca el alma compleja de Turgu¨¦niev. Jam¨¢s idealiza su personaje ni tampoco le entenebrece. Desde el comienzo describe una realidad social y familiar condicionante del personaje y su obra. Toda ¨¦lite, aun la m¨¢s refinada y culta, es perversa, cruel por su disfrute ilimitado del poder. Tambi¨¦n lo era la, nobleza rusa, a la que pertenec¨ªa el gran novelista. La madre, desp¨®tica y autoritaria, ejercer¨¢ una influencia decisiva en su hijo, y el. padre era un hermoso par¨¢sito que vegetaba en la ignominia y pereza voluptuosa. De aqu¨ª nacen dos caracter¨ªsticas de Turgu¨¦niev: el odio a la opresi¨®n y la pasividad so?adora. Sin embargo, no ser¨¢ nunca un revolucionario. Se limitar¨¢ a manifestar su protesta, quiz¨¢ su dolor por los oprimidos. Pero el genio novel¨ªstico de Turgu¨¦niev convierte su sicolog¨ªa ¨ªntima en s¨ªmbolo trascendente de un mundo hist¨®rico, elevando a categor¨ªa ? universal. las vivencias personales.En su primera novela larga, Dimitri R¨²din, refleja las vacilaciones amorosas de unjoven sin voluntad, sometido al destino. Este personaje tiene mucho de un Hamlet discursivo, como lo define acertadamente Z¨²?iga. Eran muchos, en la Rusia de entonces, estos hombres occidentalistas, democr¨¢ticos, v¨ªctimas de la atindsfera presiva de su ¨¦poca, pero ini¨¢tiles por su incapacidad de una acci¨®n transformadora. En el ensayo Hamlet y Don Quijote, Turgu¨¦niev explica, la antinomia dram¨¢tica entre la reflexi¨®n inactiva y la acci¨®n idealista y pr¨¢ctica. El novelista ruso, en Diario de un hombre in¨²til, nospinta un personaje equivalente: el melanc¨®lico par¨¢sito de la contemplaci¨®n ociosa.
Los imposibles afectos de Ivan Turgu¨¦niev
Juan Eduardo Z¨²?iga. Editorial Nacional. Madrid, 1977.
El gigante eslavo viaja a Alemania, estudia, se germaniza, traba amistad con Bakunin, a cuya hermana conquista y luego abandona. Llega a Par¨ªs y se enamora de una cantante espa?ola, Paulina Garc¨ªa. Z¨²?iga analiza este amor, eterno y ambiguo, con verdadera maestr¨ªa sicol¨®gica. Es un amor definitivo, pero quiz¨¢ plat¨®nico, una pasi¨®n intelectual. ?Los amores puros y desinteresados -dice Z¨²?iga- reflejan una ¨ªntima frustraci¨®n, una incapacidad de pasi¨®n.? La sombra de la madre cohibe su energ¨ªa instintiva y medra su impetuosidad. Y este destino implacable pesa sobre toda su obra, constituyendo el n¨²cleo central de Nido de nobles, Humo, Un mes en el campo. La ausencia de energ¨ªa y pasi¨®n es propia de una clase condenada a perecer como la nobleza rusa. Nido de nobles, constituye la eleg¨ªa de unos hombres ?aprisionados y cohibidos por s¨ª mismos?. Como demuestra Z¨²?iga, Turgu¨¦niev, aunque critica su clase, enercita los privilegios crueles de la nobleza. De sus amores con una sierva tiene una hija, y en su destierro siberiano compra una amante por setecientos rublos. Sin embargo, en toda su obra se compadece del dolor humilde de los siervos. Y escribe el maravilloso libro Memorias de un cazador, que sublima y ennoblece el sufrimiento del pueblo ruso. ?Cada campesino ruso -dec¨ªa Rilke- tiene un alma que canta?, porque est¨¢n prendados de la naturaleza y viven sumergidos en ella con una visi¨®n del paisaje absoluta, espinosista. Este sentimiento l¨ªrico del mundo natural es una constante en la literatura rusa que contin¨²a, hasta nuestros d¨ªas, en la obra Historia de una vida, de Constantin Paoustovski.
Un fen¨®meno universal
Turgu¨¦niev tuvo siempre el poder de expresar estados de alma colectivos e individualizarlos universalizando. En una de sus obras decisivas, Padre e hijos, describe un fen¨®meno ruso y universal: el nihilismo. El protagonista, Bazarov, se enfrenta a su padre, un d¨¦spota ilustrado, pero el hijo no cree en nada, de aqu¨ª la palabra nihilista, es a lo sumo un empirista utilitario, un c¨ªnico moral, un positivista l¨ªrico. Bazarov no combate contra el viejo mundo, sino que muere en su cama, v¨ªctima de un amor fugaz. Esta novela es el primer esbozo de lo que se ha llamado la rebeli¨®n juvenil y nos da la clave para comprender el origen del nihilismo contempor¨¢neo. Nihilista es el rebelde puro, inocente, descabellado, el que dice un ?no! col¨¦rico a una sciciedad injusta y tambi¨¦n a un mundo de valores fantasmag¨®ricos. Pero es, al mismo tiempo, un frustrado, porque la negatividad de su pasi¨®n no la sustituye la positividad de una acci¨®n o de una idea. Es la afirmaci¨®n verbal de su propia nada interior. De aqu¨ª el esc¨¢ndalo que suscit¨® esta obra y dio origen al ?cisma de los nihilistas?. Chernishevski le da la r¨¦plica en su novela ?Qu¨¦ hacer?, cuyos personajes son nihilistas activos y revolucionarios positivos. Sin embargo, activos o pasivos, los nihilistas rusos fueron almas oscuras, tr¨¢gicas, endemoniadas, aunque dotados de una energ¨ªa sublime. Hasta que lleg¨® Lenin y racionaliz¨® este bosque sombr¨ªo.Muy distinto es el nihilismo contempor¨¢neo de los nuevos fili¨¢sofos franceses, pues nace de la desesperaci¨®n ante el fracaso inmediato de una utop¨ªa de felicidad terrestre. Al no ver realizados sus sue?os, impacientes, niegan la ideolog¨ªa y la realidad de la historia para refugiarse en el jard¨ªn dom¨¦stico de la personalidad. Si hubiesen le¨ªdo mejor a Heidegger, comprendler¨ªan que la nada es la sombra ocultadora de la presencia del Ser. Turgu¨¦niev, en Tierras v¨ªrgenes, intuy¨® tambi¨¦n otro aspecto del nihilismo: el factor temperamental. As¨ª los nihilistas rusos necesitaban entregarse, sacrificarse a un Dios desconocido, morirse a s¨ª mismos para ofrendarse. El novelista ruso sinti¨® una profunda admiraci¨®n por esta generosidad de sentimientos de la juventud nihilista.
Z¨²?iga nos pinta con fidelidad los ¨²ltimos a?os del escritor ruso en Par¨ªs, con la familia Viardot, y junto a Paulina, su amor imposible. En una de sus ¨²ltimas obras, Clara Milich, ahonda sobre dos temas: el amor y la muerte, que constituyen la unidad y sentido de su creaci¨®n. El amor se frustra porque es un sue?o vac¨ªo y perenne. Toda pasi¨®n busca realizarse, es decir, consumir, agotar el amor. Solamente si no se consuma nunca, nos consuela como una eternidad vac¨ªa. Y puede durar sin fin, como el de Turgu¨¦niev por Paulina. La muerte, para el novelista ruso, es la madre y el destino, la nada. Miguel de Molinos nos ense?¨® m¨ªsticamente a vivir de la nada para llegar al todo. La vida de Turgueniev, como demuestra sutilmente Z¨²?iga, est¨¢ dominada por esa sombra invisible del desamor de la madre y por ello el amor solamente se puede realizar en la muerte.
Babelia
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