Motherwell: negar la muerte pintando
Recorrer las diferentes salas con las que contaba la exposici¨®n no era sino un renovar, de una a otra, la sorpresa tan s¨®lo momentos antes experimentada. Con todo, la exposici¨®n consegu¨ªa, sin duda alguna, la pretensi¨®n principal de Motherwell: hacer que la pintura nos toque aun cuando nada entendi¨¦ramos de pintura, aun cuando ignorando su nombre y su importancia, le mir¨¢semos sin te?irle de historia.Resulta comprometido escribir sobre Robert Motherwell, sobre su obra, cuando el pintor lo ha hecho ya sobre s¨ª mismo con sorprendente exactitud. Cuando parece, hacerlo mejor que sus cr¨ªticos. Motherwell ha emparejado siempre su actividad pict¨®rica con la de autor y te¨®rico -a ¨¦l se deben un estudio sobre las relaciones de la obra de O'Neill con el sicoan¨¢lisis, una tesis sobre el Diario de Delacroix, la introducci¨®n y traducci¨®n al ingl¨¦s de la obra de Signac De Eugene Delacroix al neoimpresionismo y de la de Mondrian Arte pl¨¢stico y arte pl¨¢stico puro, y es el editor de Pintores y poetas Dada y de Arte nuevo en Am¨¦rica, esta ¨²ltima en colaboraci¨®n con Ad Reinhardt-, aun cuando, como dice, ?no insistir¨¦ jam¨¢s suficientemente sobre el hecho de que, por encima de todo, yo soy un pintor, ante todo, un pintor y al nivel m¨¢s profundo, nada m¨¢s que un pintor; un hombre viejo (62 a?os) obsesionado por el pincel. Todo lo dem¨¢s est¨¢ subordinado a la pintura. Todo lo dem¨¢s deriva de la pintura. La pintura es el centro emocional de mi ser y, en el mejor de los casos, mi expresi¨®n m¨¢s profunda?. A pesar, pues, de la exactitud de su frase, no es menos cierto que los an¨¢lisis que ha realizado sobre su producci¨®n se cuentan entre los m¨¢s intensos que sobre ¨¦l hayamos podido leer.
Los talleres
No es muy dif¨ªcil imaginarse a Robert Motherwell pintando. ?l lo ha descrito ya con todo lujo de detalles:?Por lo general utilizo pocos colores, ocre, bermell¨®n, naranja, verde cadmio, azul ultramar. Generalmente utilizo cada color en forma puramente simb¨®lica, el ocre para la tierra, el verde para la hierba, el azul para el cielo y el mar. El negro y el azul que uso m¨¢s a menudo tienen tendencia a devenir en protagonistas.?
?Comienzo corrientemente pintando en el suelo. La pintura, cuando pinto en vertical, gotea demasiado. Se controla mejor la tela cuando se pinta en horizontal y, al mismo tiempo, se tiene una vista menos restringida. Puedo rodearlo, poir ejemplo.?
?Me cebo sobre la superficie plana y, milagrosamente, el espacio tridimensional tiene existencia por s¨ª mismo. Finalmente acabo la tela en vertical, en pie.?
Su casa de Greenwich tiene nueve talleres, en una curiosa distribuci¨®n espacial, que los convierte en un laberinto de dimensiones humanas -al contrario que otros pintores de su generaci¨®n que fundamentalmente utilizaban grandes naves- por las que el pintor se desplaza, de uno a otro, ?en ese pasaje permanente a trav¨¦s de los diferentes talleres, veo perfectamente, con el rabillo del ojo, de forma inesperada, la soluci¨®n a un antiguo problema, una soluci¨®n que puede surgir del hecho de que, estando enfrentado a otro problema de otro taller, puedo ver el viejo de forma m¨¢s destacada, o, rec¨ªprocamente, estoy, tal vez, sicol¨®gicamente tan libre, que la soluci¨®n puede subir a la superficie desde mi inconsciente como un tibur¨®n desde las profundidades del mar?.
Si en un primer momento podr¨ªa sorprendernos ese plantear la pintura como ?resolver problemas?, ello se desvanece conociendo qu¨¦ es para Motherwell la pintura:
?La pintura es un medio de expresi¨®n que da una forma concreta al pensamiento: es un medio de pensar. De forma que la pintura, como la m¨²sica, tiende a devenir su propio objeto.?
?La pintura es, ante todo, color y espacio ...?
?La pintura es, pues, el acto por el cual el pensamiento se concretiza en el color y en el espacio.?
En Motherwell es imposible hallar figura alguna. Desde sujuventud se orient¨® ¨²nicamente hacia la abstracci¨®n, y aun cuando aceptara la ?escritura autom¨¢tica? de los surrealistas, siempre se sinti¨® alejado de ¨¦stos, ? no aceptaba la significaci¨®n que daban a la imagen?, ya que ?una pintura aut¨¦ntica es mucho m¨¢s que hacer una imagen?.
Su preocupaci¨®n fundamental se concreta progresivamente en los problemas de color, espacio /escala, luz, etc¨¦tera. ?El color es una cuesti¨®n de cantidad, es decir, de extensi¨®n en el espacio. Es la luz quien cuenta por encima de todo. No la luz coloreada, sino el color desprendiendo la luz: ?el resplandor! El don supremo despu¨¦s de la luz es la escala.?
En la soluci¨®n de estos problemas es donde hallaremos lo mejor de la lecci¨®n de Motherwell, unas soluciones que incluso en las obras de los ¨²ltimos a?os sorprenden por la intensidad de sus planteamientos, por su viveza.
?El cuadro es la colaboraci¨®n del artista con la tela. Una pintura es mala cuando ¨¦l artista fuerza su voluntad sin tener en cuenta las sensibilidades de la tela ...?
?Artista es cualquiera que tenga una sensibilidad fuera de lo normal, con relaci¨®n a una media.?
?Lo principal es no estar muerto. Y casi todo el mundo lo est¨¢, pintor o no. S¨®lo una persona viviente puede producir una expresi¨®n viviente. El problema de la inspiraci¨®n es simplemente estar plenamente vivo en un momento dado durante el trabajo.?
Las eleg¨ªas
Dos de los talleres se mantienen dedicados a las dos grandes series de pinturas que Motherwell ha realizado, los open y las eleg¨ªas a la Rep¨²blica espa?ola, una y otra cuentan ya con m¨¢s de cien cuadros.El tema de las eleg¨ªas resulta fundamental en su obra. ?Las eleg¨ªas corresponden a un rasgo profundo de mi car¨¢cter. No dan, posiblemente, cuenta de todo lo que soy, pero me parece haber encontrado, con ellas, una verdadera forma arquet¨ªpica, en el sentido jungiano del t¨¦rmino, pues buen n¨²mero de personas que no conocen nada del arte moderno han sido profundamente tocadas por las eleg¨ªas como se puede ser tocado por Stonehenge o cualquier otra manifestaci¨®n del esp¨ªritu humano.?
Sintom¨¢ticament¨¦ los t¨ªtulos de sus obras que hacen referencia a Espa?a evocan siempre la tragedia: Muerte espa?ola, Peque?a prisi¨®n espa?ola, etc¨¦tera. En ellas, adem¨¢s, el color predominante, casi ¨²nico, es el negro: ?Mi punto de vista es que el negro como color est¨¢ en el car¨¢cter del artista: si lo piensa como tono, de todo su cuerpo, surgir¨¢ como tono; si lo piensa como color, de todo su cuerpo, surgir¨¢ como color. Este ¨²ltimo caso es, salvo en Jap¨®n, de los m¨¢s raros.?
En otro lugar, como si describiera la raz¨®n de las pinturas citadas, escribe: ?No se olvide que pinto directamente o intuitivamente como un ni?o, pero que pienso en forma compleja; en cierio sentido, la pintura es la explosi¨®n de una tensi¨®n acumulada por el pensamiento confuso.?
A fin de cuentas, s¨®lo se pinta cuando se est¨¢ realmente vivo. S¨®lo se pinta cuando ?se puede expresar la realidad sentida?.
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