La inconmoble fe de los intetelectuales
La abrumadora masa de testimonios sobre el genocidio estalinista y la persistencia de los procesos, la censura, los campos, las autocr¨ªticas, los asilos siqui¨¢tricos no conmueven la fe, del carbonero de numerosos intelectuales de Europa y Am¨¦rica Latina para quienes, seg¨²n declarara Julio Cort¨¢zar en una memorable entrevista a EL PAIS, existe ?una diferencia esencial entre los errores e incluso los cr¨ªmenes, que se pueden producir dentro de un concepto socialista y los errores y los cr¨ªmenes equivalentes que se pueden producir en un contexto capitalista o imperialista?. La antigua distinci¨®n teol¨®gica entre sustancia y accidente como nos recuerda Paz, opera en los creyentes de nuestro -siglo con la misma eficacia que en la edad media: para los nuevos creyentes el modelo sovi¨¦tico es sustancialmente bueno, pese a los errores accidentales en que ha incurrido y, provisionalmente, todav¨ªa incurre. Pero dejemos la palabra a Julio Cort¨¢zar en la mencionada entrevista: ?Yo tengo la impresi¨®n deque la Uni¨®n Sovi¨¦tica est¨¢ pasando por una etapa (los subrayados son nuestros), por unafase en donde hay elementos negativos graves, pero la diferencia esencial es que yo veo que, dado el contexto, es decir, el fondo, el fondo ideol¨®gico, la finalidad de un r¨¦gimen como el de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, yo llamar¨ªa a esta fase negativa lo que los franceses llaman incident de parcoursi es decir, un momento en una evoluci¨®n hist¨®rica, momento en el que se cometen equivocaciones, porque la gente que est¨¢ a. la cabeza del equipo dirigente no esi¨¢ a la altura de lo que corresponder¨ªa dentro de la evoluci¨®n socialista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.? El Gulag, las purgas, el poder omn¨ªmodo de la burocracia son as¨ª, para el escritor argentino, ?accidentes de ruta, momentos negativos en un avance que responde a una idea, la idea socialista, la idea marxista, es decir, la idea liberadora hacia un estado social del presente y sobre todo. del futuro?.Sobreponi¨¦ndose del asombro que tan extraordinaria lectura provoca, el lector -cuando menos aquel que no forma parte de la congregaci¨®n- de los creyentes- se maravillar¨¢ sin duda, como me maravillo yo, de que esas fases, etapas, momentos, incidents de parcours, puedan prolongarse durante decenios y decenios sin perder nunca su ¨ªndole puramente accidental. Pero la diferencia trazada por el novelista entre los millones de v¨ªctimas del Gulag -entre las que figuran, no, lo olvidemos, las vanguardias revolucionarias de la URSS y otros pa¨ªses ocupados por ella- y el genocidio de la.Junta chilena o la feroz represi¨®n del Gobierno militar de Argentina es todav¨ªa m¨¢s sobrecogedora. ?Los ejecutados, torturados, perseguidos en nombre del "socialismo" son sustancialinente distintos de las v¨ªctimas de la triple ?A? y del pinochetazo? ?Hay torturas y torturas, cad¨¢veres y cad¨¢veres? El pensamiento marxista ?implica una concepci¨®n global del ser humano o se define tan solo a nivel de fines pol¨ªticos y de instituciones? La postura de Cort¨¢zar, como la de Corval¨¢n despu¨¦s de su, canje con Bukovski, e inclina, lamentablemente, hacia la segunda hip¨®tesis. Pero es alentador comprobar que, incluso en un partido en donde la tradici¨®n estalinista, sigue pesando tan fuerte como el PC franc¨¦s, la primera concepci¨®n gana paulatinamente terreno, como nos muestra su participaci¨®n reciente en un acto conjunto en favor de las v¨ªctimas de Pinochet y de Brejnev. La contradicci¨®n insoluble en. que incurr¨ªa la socialdemocracia, cuando preconizaba una pol¨ªtica de progreso social en Francia e Inglaterra, pero manten¨ªa a los pueblos africanos y asi¨¢ticos bajo el b¨¢rbaro yugo colonial, part¨ªa igualmente del abandono de. los principios humanistas que inspiraron la acci¨®n de los fundadores del socialismo en favor de una concepci¨®n mezquina y fragmentaria de ¨¦ste, en t¨¦rminos de instituciones y leyes aplicables solamente a un determinado sector de la poblaci¨®n mundial. La exclusi¨®n de las masas explotadas del Tercer Mundo de los programas de bienestar y justicia de la socialdem¨®cracia no debe repetirse hoy respecto a los pa¨ªses en donde te¨®ricamente existe la dictadura del proletariado- en el seno. del movimiento comunista con el argumento falaz de la independencia de los partidos y el derecho de cada uno de ¨¦stos a seguir su propio sendero. Aceptar dicha compartimentaci¨®n -no hablo aqu¨ª, claro est¨¢, de las l¨®gicas diferencias que existen entre los distintos pa¨ªses y su diversogrado de desarrollo pol¨ªtico y social- contradice la universalidad de la aspiraci¨®n revolucionaria captada y expresada por Marx. No hay ni puede haber diferencias esenciales entre las aspiraciones de la clase obrera espa?ola, francesa o italiana y la sovi¨¦tica, polaca o checoslovaca. Lo que es bueno y deseable para unas debe serlo igualmente para otras.
No hay un socialismo ¨®ptimo desarrollado y maduro para nosotros y otro miserable, raqu¨ªtico, embrutecedor para ellos. La libertad, el progreso, la democracia son nociones indivisibles y v¨¢lidas a escala mundial o se convierten en una gigantesca mistificaci¨®n.
La burgues¨ªa y las fuerzas reaccionarias son los primeros interesados en perpetuar la impostura ? que el sisiema que hoy impera en Mosc¨², Praga, Varsovia, etc¨¦tera, es el socialismo y alejar as¨ª ¨¦ste a las masas y grupo que aspiran a una mayor libertad y justicia social. Pero los partidos y fomaciones marxistas no deben caer en la trampa y corroborar con doble patr¨®n de conducta la propaganda contrarrevolucionaria. Abandonar la perspectiva unitaria y universal de las aspiraciones humanas equivale a caer en una concepci¨®n restrictiva, meramente formal del,marxismo, aceptar las consideraciones pragm¨¢ticas del lenguaje c¨ªnico ?de los hechos? como nos muestra el ejemplo de Cort¨¢zar, transformar los postulados del socialismo en art¨ªculo de fe tanto m¨¢s alejados de la dial¨¦ctica marxista cuanto m¨¢s pr¨®ximas a la nueva teolog¨ªa elaborada conforme a la interpretaci¨®n de alguno de los m¨²ltiples y contradictorios vicarios de Lenin y de Marx.
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