Signos de deshielo en las relaciones entre Venezuela y Brasil
La sorprendente y repentina visita del ministro brasile?o de Asuntos Exteriores, Antonio Azevedo al palacio presidencial de Miraflores y la entrevista mantenida por el canciller con el presidente P¨¦rez, parece marcar el comienzo de una nueva etapa en las relaciones entre Venezuela y Brasil, gravemente deterioradas desde hace meses. En los medios pol¨ªticos de Caracas se interpreta que el presidente de Estados Unidos no es en absoluto ajeno a este inicio de la distensi¨®n y que el primer mandatario norteamericano quiere realizar su anunciada visita a ambas naciones -a partir del 22 del pr¨®ximo noviembre-, en un clima mucho m¨¢s amistoso que el existente en la actualidad.
El canciller brasile?o traslad¨® al presidente venezolano una propuesta para la celebraci¨®n de una entrevista entre Carlos Andr¨¦s P¨¦rez y el jefe del Estado brasile?o, general Ernesto Geisel. La entrevista podr¨ªa celebrarse en Caracas, una vez finalizada la visita de Carter.
La cuesti¨®n nuclear
Las ra¨ªces profundas de los recelos que actualmente presiden las relaciones entre Brasil y Venezuela deben buscarse en la supremac¨ªa regional que ambos pa¨ªses se disputan. Tradicionalmente, Brasil hab¨ªa sido el l¨ªder indiscutible del grupo de pa¨ªses de esta parte del continente americano, liderazgo que dej¨® de ser tan claro desde la asunci¨®n de la presidencia de Venezuela por Carlos Andr¨¦s P¨¦rez.A principios de este a?o, cuando Brasil ya hab¨ªa anunciado prop¨®sitos de iniciar su carrera nuclear, el presidente venezolano formul¨® unas declaraciones abiertamente favorables a la desnuclearizaci¨®n de Am¨¦rica Latina, que produjeron gran disgusto a los dirigentes brasile?os.
Las declaraciones del presidente P¨¦rez fueron consideradas en Brasil como una injerencia en los asuntos internos de dicho pa¨ªs, y una proyectada visita a Caracas del ministro brasile?o de Asuntos Exteriores fue suspendida. Despu¨¦s de la visita de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez a Estados Unidos, y de las manifestaciones de amistad de Carter hacia aqu¨¦l, la posici¨®n venezolana en la zona qued¨® muy reforzada y esta circunstancia agrav¨® a¨²n m¨¢s los recelos brasile?os con respecto a la supremac¨ªa regional de Venezuela.
El apoyo de Carter
El abierto respaldo de Carter a Venezuela, en general, y al presidente P¨¦rez, en particular, la importancia econ¨®mica adquirida por este pa¨ªs en pocos a?os, en virtud de su producci¨®n y exportaci¨®n petrol¨ªfera, y la estabilidad que la democracia ha alcanzado aqu¨ª, ha desplazado de Brasilia a Caracas el centro de gravedad del conjunto de pa¨ªses de esta zona. Y este hecho parece ser aceptado ahora por Brasil, aunque sea a rega?adientes, con la indudable tutela de Estados Unidos que, seg¨²n palabras de su presidente, considera a Brasil el ?amigo tradicional?, mientras que califican a Venezuela de ?principal colaborador? en esta zona continental.Este papel preponderante de Venezuela en el concierto latinoamericano, auspiciado por Washington, no deja, sin embargo, de producir suspicacias en determinados sectores sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos de este pa¨ªs, que se preguntan cu¨¢l es el precio que Venezuela ha de pagar al poderoso vecino del Norte por tan alto padrinazgo. Cuando estos recelos se manifiestan inevitablemente surge el fantasma de las multinacionales y, sobre todo, el de las multinacionales del petr¨®leo. Y m¨¢s concretamente sale a relucir el tema de la franja del Orinoco, en la que Venezuela tiene las m¨¢s importantes reservas de petr¨®leo de todo Occidente. Aqu¨ª existe una aut¨¦ntica hipersensibilidad sobre este asunto, y de ah¨ª que surja permanentemente la pregunta de si Venezuela no est¨¢r¨¢ hipotecando su soberan¨ªa petrol¨ªfera en favor de una supremac¨ªa pol¨ªtica.
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