Provocaciones de la extrema derecha en el funeral de Guernica
Varios miles de personas asistieron en la tarde del domingo, en Guernica, al funeral de cuerpo presente en memoria de Augusto Unceta y los dos guardias civiles de su escolta, Antonio Hem¨¢ndez Fern¨¢ndez y Angel Rivera, asesinados el s¨¢bado por un comando de ETA militar.
Desde una hora antes, el templo de Santa Mar¨ªa aparec¨ªa abarrotado de p¨²blico, en su mayor¨ªa habitantes de Guernica y localidades vecinas. Fuera, y ante la imposibilidad de acceder a la iglesia, se hab¨ªa reunido una enorme masa de gente, entre, la que se destacaba un grupo compuesto por unas doscientas personas pertenecientes a Fuerza Nueva y Alianza Popular, que protagonizaron los ¨²nicos incidentes ocurridos en el acto, y al t¨¦rmino del mismo.Antes y durante la celebraci¨®n de la ceremonia, estos grupos que mostraban pegatinas de FN, AP y m¨¢s de Espa?a con la leyenda Bat (una), no cesaron de proferir consignas contra ETA Su¨¢rez, Mart¨ªn Villa y el Gobierno en general. Los gritos m¨¢s repetidos fueron ?Su¨¢rez, canalla has traicionado a Espa?a?, ?Para Villa y Apala, tenemos una bala?, ?Ej¨¦rcito al poder?, ?Blas Pi?ar al poder? y ?Viva la Rep¨²blica? Ni estas frases ni el Cara al sol, cantado antes y despu¨¦s del funeral, fueron generalmente coreados por el resto de los asistentes, entre los que se contaban nu merosos militantes del PNV o personas cercanas a este partido.
Coches oficiales golpeados
Los gritos se intensificaron cuando, a partir de las cinco menos cuarto de la tarde llegaban a la iglesia lag autoridades que asist¨ªan al acto. Algunos coches oficiales fueron golpeados por los citados grupos, que al igual quela mayor¨ªa de los asistentes prorrumpieron en aplausos a la llegada de los f¨¦retros.En las primeras filas, junto a los familiares de las v¨ªctimas, ocuparon lugares destacados el subsecretario del Ministerio del Interior, Eduardo Navarro, que ostentaba la representaci¨®n de Mart¨ªn Villa, cuya ausencia fue criticada repetidamente. Junto a ¨¦l estaban presentes el director general de la Guardia Civil, el capit¨¢n general de la Sexta Regi¨®n Militar y los cuatro presidentes de las diputaciones vascas. Se observ¨® tambi¨¦n la presencia de una representaci¨®n del PNV, Democracia Cristiana Vasca y UCD (?aqu¨ª no se ve la gente de UCD?, gritaban fuera del templo los militantes, de Fuerza Nueva)? el senador feal Luis Olarra, Juan Antonio deYbarra y Blas Pi?ar.
Homil¨ªa del obispo
El funeral fue oficiado por el obispo auxiliar de Bilbao, Manuel Mar¨ªa Uriarte, aunque la homil¨ªa fue pronunciada por el titular, monse?or Afloveros, que dijo, entre otras cosas: ?La raz¨®n humana rechaza la violencia, nuestro pueblo quiere la paz verdadera, la justicia.?Tras afirmar que disponer de la vida humana es competencia ¨²nica de Dios, y la muerte violenta de un ser humano es un fratricidio en la familia cristiana, se?al¨®: ?No m¨¢s ultrajes a la presencia de Dios en sus criaturas. La mejor parte de nuestro pueblo est¨¢ dispuesta a construir con respeto a otras ideolog¨ªas.?
Fuera, grupos de Fuerza Nueva repet¨ªan frases de ?Ej¨¦rcito al poder?, ?Amnist¨ªa para la Guardia Civil?, ?Con la amnist¨ªa se mata a la polic¨ªa?, al tiempo que se intensificaban los ataques a Su¨¢rez y Mart¨ªn Villa.
Al t¨¦rmino de la ceremonia, los f¨¦retros fueron sacados a hombros entre ovaciones, el del presidente de la Diputaci¨®n de Vizcaya fue trasladado al cementerio de Guernica, donde recibi¨® se pultura, milIntras que los de los guardias civiles eran conducidos por carretera a sus pueblos natales, Ba?os de Gaena (Granada) y Socu¨¦llamos (Ciudad Real).
Manifestaci¨®n
Blas Pi?ar abandon¨® la localidad guerniquesa sin hacer ninguna decaraci¨®n y acompanado por una nu erosa escolta. Cuando los asistentes al acto hab¨ªan dejado el lugar, los grupos de Fuerza Nueva y AP llevaron a cabo una manifestaci¨®n por las calles de Guernica, haciendo ondear banderas espa?olas y repitiendo consignas contra el Gobierho. En algunos puntos del recorrido se registraron algunos conatos de enfrentamiento entre los manifestantes y grupos de guerniquenses, sin que llegaran a revestir gravedad. No se ha confirmado la versi¨®n que imputaba a los manifestantes el desalojo violento del algunos bares y la colocaci¨®n de coches en la calzada.
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