Respuesta al se?or Garc¨ªa
Repase usted la historia de Espa?a de los siglos XIX y XX y ver¨¢ como ha habido varios intentos de democracia, algunos hasta brillantes, entusi¨¢sticos muchos, pero siempre, a las primeras de cambio, hay quienes salen diciendo, poco m¨¢s o menos como usted, ?si no es esto?, ?as¨ª no puede ser?, ?decididamente, no sabemos vivir en libertad?. Piden estos tales que volvamos a las andadas de siempre, o casi siempre, es decir, a la tiran¨ªa pura y simple.Se olvida, por pura ignorancia o crasa maldad, que vivir en democracia es m¨¢s dif¨ªcil, que es m¨¢s complicado ser ciudadano responsable que simple borrego. Que el civilizado ejercicio de la libertad necesita un aprendizaje, un tiempo para adquirir unos h¨¢bitos y unos modos, muchos m¨¢s avanzados, m¨¢s cultos, m¨¢s civilizados, en suma, que los impuestos por las dictaduras.
No olvide que todos los pueblos que han realizado algo importante en el decurso de la civilizaci¨®n, desde la Grecia y la Roma cl¨¢sicas, hasta nuestros d¨ªas, lo han hecho en democracia.
Dejemos, pues, de insultar a Espa?a, asegurando que somos un pueblo incapacitado para la libertad (insulto que suelen lanzar los m¨¢s ?patriotas?) y seamos, de una vez por todas, capaces de con vivir con el que disiente, de considerar a los que no piensan como nosotros, como adversarios, no como enemigos a muerte. Pero, por favor, denos el tiempo indispensable para ejerciendo la libertad, aprender a ser hombres libres, que, dicho seade paso, es la ¨²nica forma digna de ser hombre.
Por ¨²ltimo, no olvide que el m¨¢s abyecto, el m¨¢s inmoral de los libertinajes, se da precisamente en los reg¨ªmenes dictatoriales, que es el libertinaje ejercido en la m¨¢s total y desvergonzada impunidad, por un grupo o por una clase, siempre muy minoritaria, que maneja a su capricho los intereses del pa¨ªs en su beneficio, no siempre confesable, y tapa toda esa podredumbre con las bambalinas huecas de unos s¨ªmbolos y unos conceptos, muchas veces merecedores de un mayor respeto y de mejor uso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.