Los empresarios de Centro Arg¨¹elles urgen la "pacificaci¨®n" de la zona
Los patios del complejo comercial de Arg¨¹elles -267 locales- se han convertido durante los ¨²ltimos meses en un escenario de duros enfrentamientos entre pandillas rivales que hacen uso frecuente de cualquier tipo de arma a la hora de resolver sus diferencias.
?El hecho de que durante el pasado verano resultase muerto un joven y otro fuera apu?alado en los patios parece, no haber sido suficiente para que las autoridades locales hayan adoptado una actitud capaz de frenar los enfrentamientos?, dicen los empresarios.Hace dos meses 34 propietarios de locales comerciales de la zona formaron una asociaci¨®n con el fin de acabar con los des¨®rdenes de los patios. Para ello anunciaron tener la intenci¨®n de mantener una serie de conversaciones con las autoridades locales para que ¨¦stas tomaran cartas en el asunto. La Asociaci¨®n de Propietarios cuenta con el apoyo de los vecinos de la zona y de la Asociaci¨®n de Amas de Casa. Una de las gestiones que la asociaci¨®n proyectaba realizar era aclarar en el Gobierno Civil de Madrid cu¨¢les eran los locales en los que se sol¨ªan -originar los disturbios, siete especialmente, aunque de momento parece que esa reunion no se ha celebrado.
Seg¨²n losabogados de la asociaci¨®n, el que los conflictos arranquen de estos bares, en concreto, se deb¨¦ a que en algunos de ellos se vende vino por botellas y los clientes de estos centros salen con las botellas a los patios. ?Una vez agotado el vino, y con los ¨¢nimos templados, suelen empezar las peleas.? Los mismos abogados afirmaron que los problemas se produc¨ªan por los grupos de ?macarras y horteras que, procedentes de barrios perif¨¦ricos, vienen a provocar peleas en los bares?.
Delincuencia juvenil y tr¨¢fico de drogas
Un grupo de camareros de los bares de la zona explic¨® a EL PAIS que los enfrentamientos en los patios no se producen exclusivamente en el reducido grupo de bares del que hablan los abogados de la asociaci¨®n, sino que ?el malestar se da en los patios en general?.?Adem¨¢s, habr¨ªa que distinguir, por un lado, el grado de delincuencia juvenil que se da en estos sitios, y por otro, el hecho de que muchos de estos j¨®venes acuden atra¨ªdos por la posibilidad de conseguir unos gramos de marihuana o hach¨ªs. En este sentido, creemos que los enfrentamientos se producen por lapresencia de ciertas bandas, muchas veces implicadas en la distribuci¨®n de-la hierba, siempre dispuestas a imponer sus criterios a base de golpes?
Respecto al papel que los propietarios de los locales comerciales pudieran tener en la participaci¨®n o consentimiento de la venta de hierba, los camareros aseguraron a EL PAIS que, generalmente, ninguno de los propietarios est¨¢ implicado en el tema, pero tampoco cuentan con fuerza suficiente como para impedir el tr¨¢fico en sus locales.
En cuanto a las posibles soluciones de cara a frenar los altercados, el grupo de camareros en contacto con EL PAIS manifest¨® que lo fundamental era impedir que el tr¨¢fico de hierba se produzca en bares y patios, ?aunque, de momento -a?adieron-, creemos que nadie est¨¢ realmente interesado en el tema. A los propietarios les interesa que los locales se llenen diariamente, y un control seno, capaz de cortar de ra¨ªz el,tr¨¢fico, har¨ªa disminuir fuertemente el n¨²mero de clientes?.
A finales de esta semana es posible que se tomen algunas medidas sobre el tema, medidas que ser¨ªan acordadas entre la Asociaci¨®n de, Propietarios, Gobierno Civil y Ayuntamiento, tras una serie de entrevistas que se celebrar¨¢n.
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