La amnist¨ªa militar
Ex comandante y ex militante de la UMD
Como resultado de varios d¨ªas de tensas y apretadas negociaciones en la comisi¨®n parlamentaria nombrada al efecto, se ha obtenido un proyecto de ley conjunto de amnist¨ªa, con el consenso final de todos los grupos parlamentarios a excepci¨®n de Alianza Popular que no quiso participar en el debate. As¨ª, pues, al fin tendremos la tan esperada e imprescindible amnist¨ªa que los representantes del pueblo, en las Cortes democr¨¢ticas, sancionar¨¢n para cerrar un per¨ªodo de enfrentamientos y de injusticias motivados por la dictadura. En ella se recoger¨¢n todos los casos, aspectos y matices que se han producido en los a?os pasados (penales, laborales, civiles, etc¨¦tera), todos... excepto los de los militares dem¨®cratas que fueron sancionados por serio, tanto al principio (guerra civil) como al final del r¨¦gimen desaparecido. Porque, y parece importante se?alarlo, aunque se habla de excluir tambi¨¦n a ciertos grupos terroristas, estos no figuran expl¨ªcitamente en el proyecto de ley, por lo que su exclusi¨®n o no, depender¨¢ de la interpretaci¨®n de los jueces, mientras que de los militares separados del servicio se dice, expresa y terminantemente, que continuar¨¢n en la misma situaci¨®n.
Creo que es tambi¨¦n necesario aclarar que, para esos militares (entre los que me cuento), el proyecto de ley no es de amnist¨ªa sino en realidad de sanci¨®n. Efectivamente, los efectos de recuperaci¨®n de libertad o de concesi¨®n de derechos pasivos a los que no los tuvieran por la ley ordinaria, ya hab¨ªan sido concedidos por el decreto ley de julio de 1976, por lo que, el nuevo proyecto de ley s¨®lo a?ade la ratificaci¨®n de un castigo: la separaci¨®n del servicio. Dicho de otra manera, los militares sancionados nos quedaremos como est¨¢bamos, pero con una trascendental diferencia: hasta ahora esper¨¢bamos, luchando por ello junto a otros muchos espa?oles, que llegara la verdadera amnist¨ªa, ya que todo lo anterior s¨®lo hab¨ªan sido concesiones parciales de los gobiernos de transici¨®n, mientras que ahora ?qu¨¦ podemos esperar si los representantes del pueblo soberano ratifican nuestra definitiva separaci¨®n del Ej¨¦rcito?
Como dem¨®cratas de aut¨¦ntica convicci¨®n no nos quedar¨¢ en consecuencia m¨¢s posibilidad que acatar la decisi¨®n parlamentaria, si la ley es aprobada, pero, por lo,mismo creo que tenemos, derecho a pedir que se nos expliquen las razones de ella. Sabemos que su origen ha estado en UCD, partido gubernamental. que s¨¦ ha mantenido irreductible durante las negociaciones, y tambi¨¦n se ha dicho reiteradamente, incluso en la prensa, que la verdadera causa de todo ello era la presi¨®n ejercida por las Fuerzas Armadas contra cualquier posibilidad de reintegraci¨®n en sus filas, de los militares condenados por sus ideas democr¨¢ticas. Sin embargo, esto ha sido desmentido categ¨®ricamente, por el se?or Su¨¢rez, que ha afirmado que a ¨¦l no le ha llegado ninguna presi¨®n militar y que, en cualquier caso, nunca admite ninguna clase de presiones. Ante estas manifestaciones, por las que- nos felicitamos, sabiendo que nuestro poder ejecutivo es tan independiente en sus decisiones, no podemos, sin embargo, por menos que pedirle al se?or presidente del Gobierno (que tambi¨¦n lo es de UCD e inspirador, por tanto, de su pol¨ªtica), que explique ante todo el pa¨ªs, las razones, sin duda objetivas y de justicia, pero desconocidas, por las que, es preciso discriminar en la amnist¨ªa a los funcionarios militares castigados.
Porque sinceramente, a mi no se me alcanzan ninguna de esas razones a pesar del detenido an¨¢lisis que he hecho del caso. Para facilitar y simplificar la esperada aclaraci¨®n de las causas excluyentes, enumerar¨¦ r¨¢pidamente las que aparentemente podr¨ªan ofrecerse, junto con los razonamientos que las invalidan.
En primer lugar, podr¨ªa pensarse en la falta de antecedentes hist¨®ricos de casos similares. En absoluto es as¨ª, pues, sin pretender ser exhaustivos, en nuestro propio pa¨ªs podernos citar multitud de situaciones, en los dos ¨²ltimos siglos, de militares,combatientes,en guerras civiles o protagonistas de sublevaciones armadas, integrados posteriormente en los ej¨¦rcitos contrarios: carlistas de las guerras civiles, artilleros enfrentados con el, general. Primo de Rivera, companeros de pronunciamiento del general Sanjurjo contra la Segunda Rep¨²blica, etc¨¦tera, y no digamos nada de los m¨²ltiples casos de militares separados del servicio por discrepancias pol¨ªticas o profesionales y reintegrados despu¨¦s en sus puestos, como por ejemplo, con motivo de las Juntas de Defensa. Y todo esto sin cambio de r¨¦gimen pol¨ªtico, pues los reingresos producidos, entre otros casos que se podr¨ªan citar, al proclamarse la Rep¨²blica, de los militares encarcelados y exiliados por sus ideas republicanas, se realizaron de forma p¨²blica y notoria.
Otro motivo que podr¨ªa aducirse, quiz¨¢ fuera el problema de acoger en escalafones cerrados a un cierto n¨²mero de funcionarios a los que ser¨ªa dif¨ªcil acoplar por falta de destinos. Nada, m¨¢s falso. El grupo de militares separados m¨¢s numeroso, es el de los que, sirvieron lealmente a la Rep¨²blica y ninguno de ellos, por razones de edad, quedar¨ªa en situaci¨®n de actividad, sino en la de retirado, reflej¨¢ndose, por tanto, el reingreso ¨²nicamente en los aspectos morales, econ¨®micos (tri¨¦nios, empleos reconocidos, etc¨¦tera) y asistenciales. El n¨²mero del resto, formado por once miembros de UMD, cuatro alf¨¦reces expulsados de la Academia de Infanter¨ªa, y alg¨²n otro caso, aislado, dif¨ªcilmente podr¨ªa ser considerado como un problema, cuando el total de generales, jefes y oficiales en activo supera, con mucho, los. 20.000. Pudiera tambi¨¦n pensarse que el tiempo de apartarmiento del servicio activo hubiera mermado la capacidad y el h¨¢bito profesional, dificultando su identificaci¨®n con el trabajo a realizar. En primer lugar, este no ha sido, obst¨¢culo para la reincorporaci¨®n a sus puestos de los funcionarios civiles amnistiados el pasado a?o, y como ya hemos visto por otra parte, los militares republicanos no plantear¨ªan siquiera el problema; por lo que respecta, al resto (UMD y otros), su separaci¨®n del Ej¨¦rcito es reciente, de pocos a?os, por lo que ninguna capacidad han podido perder,y como es l¨®gico, cualquiera de ellos estar¨ªa dispuesto a someterse a las eventuales pruebas que sus compa?eros en activo pudieran haber sufrido en este espacio de tiempo (terminaci¨®n de estudios para los alf¨¦reces expuIsados de la Academia, cursos,de ascenso, etc¨¦tera). Recu¨¦rdese que entre las situaciones legalmente posibles para un militar est¨¢ la de supernumerario, que consiste, en el alej¨¢miento total del servicio activo durante varios a?os para dedicarse a actividades civiles, y, desde, la cual puede recuperar su situaci¨®n de destino militar sin m¨¢s requisito que solicitarlo.
?Acaso el motivo estar¨ªa en que los delitos a amnistiar fueron de car¨¢cter vengonzoso, nefando, criminal? ?Quiz¨¢ produjeron da?os a terceros, supusieron, enfrentamientos violentos, cuestiones personales? En absoluto, pues aunque la calificaci¨®n jur¨ªdica en casi todos los casos fue de rebeli¨®n, en la realidad pr¨¢ctica la -acci¨®n condenada, fue para los militares republicanos permanecer fieles, a su Gobierno, elegido democr¨¢ticamente, y cumplir sus obligaciones profesionales; y para el otro grupo de militares, tener la idea de que el sistema pol¨ªtico m¨¢s adecuado es la democracia y procurar, difundirla por m¨¦dios pac¨ªficosent¨²e sus compa?eros
?Qu¨¦ queda por anilizar para encontrar razones, de tan visible discriminaci¨®n? ?Los m¨®viles quiz¨¢, del compromiso de todos estos hombres sinceramente dem¨®cratas? Pura y simplemente, defender la democracia amenazada o esforzarse en conseguirla. ?Se puede entender entonces que sean apartados por el ¨®rgano representativo de ella, las Cortes? Pienso que no es una exigencia desmedida pedir al presidente del Gobierno, una explicaci¨®n convincente de la inflexible actitud que los representantes su partido han mantenido en la comisi¨®n negociadora. Si a fortunadamente no ha sido motivada por presiones ajenas al Gobierno y a las Cortes, entiendo que la credibilidad, en sus prop¨®sitos democratizadores ganar¨¢ sensiblemente con una exposici¨®n di¨¢fana y objetiva de las causas que limitan el alcance de una amnist¨ªa tan largamente esperada.
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