Vigencia de la m¨²sica antigua

Un aspecto de gran inter¨¦s del Primer Encuentro sobre m¨²sica antigua instrumental espa?o la celebrado en Zaragoza y en Daroca, lo constituyeron las diferentes comunicaciones de music¨®logos, int¨¦rpretes y constructores, suscitando a su vez nuevas cuestiones.

El flautista catal¨¢n Rom¨¢ Escalas, director del conjunto Ars Musicas, hab¨® de la flauta dulce en la m¨²sica espa?ola renacentista y su proyecci¨®n en la pedagog¨ªa actual; el profesor Antonio Gallego, del Real Conservatorio de Madrid, se ocup¨® de un tema tan poco estudiado como es el de las revistas musicales madrile?as publicadas en el siglo XIX; el organista valenciano Vicente Ros se ci?¨® al tema de la registraci¨®n en la Salmodia org¨¢nica valenciana; don Josep Mar¨ªa Mas i Bonet llam¨® la atenci¨®n sobre la compra de viejos ¨®rganos hist¨®ricos de la Pen¨ªnsula por extranjeros aprovechados de la ignorancia y desinter¨¦s de los responsables de su cuidado, proponiendo medidas como su inventario y control. Don Jos¨¦ Santos de la Iglesia present¨® un documentadisimo ensayo sociol¨®gico sobre los ¨®rganos existentes en la Rioja alavesa, la mayor¨ªa en lamentable abandono, no por falta de sensibilidad popular, sino por unos procedimientos pol¨ªticos claramente opuestos a ella. Do?a Micheline Mas aludi¨® al intrusismo de organistas aficionados cuando los hay con carrera completa que todav¨ªa no han encontrado puesto. El music¨®logo e hispanista franc¨¦s Louis Jambou hizo una serie de reflexione s acerca del delicado tema de las restauraciones y renovaciones de ¨®rganos antiguos, exponiendo sus apreciaciones a trav¨¦s de casos concretos en las provincias de Madrid y Guadalajara. El padre Dionisio Preciado insisti¨® en un tema ampliamente estudiado por ¨¦l sobre ciertos aspectos t¨¦cnicos y estil¨ªsticos de Ja m¨²sica del dompositor del siglo XVI Francisco Correa de Arauxo, Por su parte, el joven music¨®logo madrile?o Jacinto Torres, contrarrestando el predominio de las comunicaciones sobre la m¨²sica para teclado (en las que intervinieron personalidades tan destacadas como L¨®pez Calo, Genoveva G¨¢lvez y Rafael Puyana), habl¨® documentadamente y exhibi¨® un instrumento casi desconocido utilizado en la llemada m¨²sica alta de los siglos XV y XVI como es el mirlit¨®n. El profesor Mart¨ªn Moreno, de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, recalc¨® la necesidad de conocer y publicar la obra de nuestros te¨®ricos.Especialmente pol¨¦mico ha sido el tema planteado por la gran organista Montserrat Torrent sobre las proporciones r¨ªtmicas, dif¨ªcil y equ¨ªvoco, claro ejemplo de llpecesidad que siente un int¨¦rprete de recibir soluciones pr¨¢cticas por parte del music¨®logo, cuesti¨®n abordada ya en la intervenci¨®n de Lothar Siemens.

Muy aleccionadora result¨® la ponencia desarrollada en Daroca por el ilustre organero Jos¨¦ Mar¨ªa Arrizabalaga, quien hizo historia de nuestra organer¨ªa y de sus desmanes, congratul¨¢ndose de la escasez de restauraciones organ¨ªsticas en Espa?a, ya que ello ha hecho posible un patrimonio de instrumentos en buen estado, aun sin tocar, al contrario de otros pa¨ªses como Alemania, donde el n¨²mero de ¨®rganos malos, a causa de las reconstrucciones, es verdaderamente aterrador.

En el viaje de Zaragoza a Daruca, los participantes en el Encuentro pudimos contemplar los ¨®rganos de Longares y de Cari?ena, dos maravillas dignas de verse y de escucharse. Ya en la hist¨®rica villa de Daroca, la hospitalaria acogida del Ayuntamiento, el homenaje de todos a Pedro Calahorra y a Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Uriol, impulsores del Encuentro, y el concierto en esa joya del patrimonio musical espa?ol que es el ¨®rgano construido a fines del siglo XVI en la Colegial de Santa Mar¨ªa por Guillaume de Lupe.

El padre L¨®pez Calo comunic¨® la feliz noticia: ha sido aprobada la Sociedad Espa?ola de Musicolog¨ªa. Las conclusiones son claras: hay que fomen¨¢r esta nueva sociedad, perfectamente conciliable con el Instituto que preside el profesor Querol.

Los encuentros deben continuar y, posiblemente, su pr¨®xima sede sea Coimbra. El estudio de la musicolog¨ªa debe ir con el Conservatorio, a la Universidad. Tal vez se cree una nueva revista musicol¨®gica o se potencie la ya existente, Tesoro Sacro Musical. Estamos, pues, ante un momento esperanzador para la m¨²sica espa?ola.