Detalles desconcertantes en el suicidio de los tres dirigentes del grupo Baader-Meinhof
Los alemanes han despertado aliviados ayer al conocer el desenlace del secuestro del avi¨®n de Lufthansa, en poder de cuatro terroristas, dos hombres y dos mujeres. El alivio ha sido a¨²n mayor cuando, a primera hora del martes, fue conocida la noticia de que los m¨¢ximos dirigentes de la organizaci¨®n Fracci¨®n del Ej¨¦rcito Rojo se hab¨ªan suicidado en sus celdas de la c¨¢rcel de Stamheing, en circunstancias misteriosas: Andre¨¢s Baader, de 34 a?os de edad; Gudrun Enssling, de 37, Jan Carl Raspe, de 33. La mujer de este ¨²ltimo, Irmgard Moeller, se encuentra en grav¨ªsimo estado tras intentar quitarse la vida seccion¨¢ndose la yugular con un cuchillo de cocina. Resulta sorprendente que los reclusos tuviesen dichas armas en sus celdas, en las que estaban totalmente incomunicados y que eran registradas constantemente.
Baader y Raspe se quitaron la vida utilizando sendas pistolas, seg¨²n ha afirmado el m¨¦dico de la prisi¨®n, Helmuth Henck, que dij¨® ignorar c¨®mo hab¨ªan llegado las armas a manos de los encarcelados. Baader muri¨® en el acto en su celda, mientras Raspe, que se dispar¨® varios tiros en la cabeza, falleci¨® poco despu¨¦s en la enfermer¨ªa. Gudrun Erisslin se ahorc¨® colg¨¢ndose de uno de los barrotes de la celda.La se?ora Moeller fue condenada a cuatro a?os y medio de c¨¢rcel, y los dem¨¢s, a cadena perpetua en un largo y escabroso proceso que termin¨® en el pasado abril, por hab¨¦rseles juzgado culpables de cinco asesinatos y otros 59 intentos dematar, adem¨¢s por formar una organ¨ªzaci¨®n con prop¨®sitos criminales. Durante el proceso murieron otros dos dirigentes de la organizaci¨®n: Ulnke Meinhof, que apareci¨® ahorcada e su celda, en circunstancias no suficientemente aclaradas, y Hoiger Meins, que falleci¨® a consecuencia de una huelga de hambre.
Por el momento se desconoce la situaci¨®n en que se encuentran los otros siete presos de la Fracci¨®n del Ej¨¦rcito Rojo, cuya puesta en libertad, junto con la de Baader Enssing, Raspe y Moeller, exigian los secuestradores del presidente de la patronal alemana, Martin Schleyer, del avi¨®n de Lufthansa.
El alivio de los alemanes. que no es menor que el que sentir¨¢ el canciller Helmuth Schmldt. da paso a una nueva etapa de tensi¨®n: la de la b¨²squeda de las causas del terrorismo, de alcance ilimitado.
Detalles desconcertantes
En la muerte de los. tres presos hay detalles desconcertantes. Raspe se dispar¨® con una pistola de calibre nueve. seg¨²n los expertos. Baader con una del 7.5. ?C¨®mo entraron las armas en unas celdas registradas constantemente y adem¨¢s armas de grueso calibre v dimensiones no peque?as" ?C¨®mo lleg¨® hasta los prisioneros la noticia del fracaso de la operaci¨®n del avi¨®n secuestrado, si en la actualidad se hallaban sometidos a una absoluta incomunicaci¨®n? Seg¨²n parece, un vigilante escuch¨® un disparo y se precipit¨® a la celda de Raspe al que encontr¨® en el suelo en medio de un charco de sanre. Poco despu¨¦s comprobaba que se trataba de un suicidio colectivo siempre seg¨²n la informaci¨®n oficial. La autopsia de los cad¨¢veres se ha encomendado a un equipo de forenses alemanes para garantizar as¨ª que no se pretende distorsionar los hechos. En el caso de Ulrike Meinhof no se presen t¨® a los medios de informaci¨®n un informe convincente sobre las circunstancias de su muerte. Raspe y Baader hab¨ªan sido vistos por ¨²ltima vez, antes de su intento de suicidio, a las veintitr¨¦s horas del lunes durante el reparto de medicamentos. Gudrun Ensslin, que no los recibi¨®, fue vista por ¨²ltima vez a las diecis¨¦is horas, al retirarse a su celda. Raspe a¨²n viv¨ªa al ser encontrado, y falleci¨® a las diez de la ma?ana en un hospital de Stuttgart.
En la conferencia de prensa que ofreci¨® el ministro de Justicia del estado de Baden Wuertenberg, al que pertenece Stuttgart, no supo explicar c¨®mo llegaron las pistolas a las celdas de los ?suicidas?.
Uno de los periodistas alemanes le pregunt¨® al ministro, evocando el suicidio, en mayo, de Ultricke Meinhof, si los terroristas no hab¨ªan sido asesinados por sus carceleros.
El ministro respondi¨® que todos los detalles acerca del ingreso de las armas a las celdas y las circunstancias de las tres muertes ser¨ªan establecidas por la investigaci¨®n ya iniciada.
Temores entre los abogados
Diecisiete abogados de Berl¨ªn Occidental defensores de extremistas han puesto ayer en duda la veracidad de las declaraciones sobre el suicidio de los dirigentes del grupo Baader-Meinhof.
Dichos abogados han enviado un telegrama a Hans Jochen Vogel ministro de Justic¨ªa alem¨¢n manifestando el ternor de que sus clientes ?no sobrevivan al aislamiento total? aplicado en virtud de recientes medidas antiterroristas.
Los firmantes afirman que ?tienen la impresi¨®n de que la posiblilidad de una ejecuci¨®n de presos pol¨ªticos como represalia de la que al parecer, habl¨® aver en la televisi¨®n el historiajor galo Mann hijo de Thomas Mann- se ha traducido va en hechos?. Los abogados exigen el derecho a visitar inmediatamente a sus clientes.
Por otra parte. Otto Schily. defensor de Gudrun Ensslin ha pedido autorizaci¨®n al ministro de Justicia de Baden Wuertenberg para presenciar la autopsia de la joven. Tambi¨¦n ha solicitado que Irmgard Mociler, que sobrevivi¨® al intento de suicidio preste declaraci¨®n como testigo tan pronto sea posible.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.