Los liberales brit¨¢nicos envueltos en nuevos esc¨¢ndalos
El esc¨¢ndalo que rodea ahora al Partido Liberal brit¨¢nico con motivo de nuevas denuncias de actividades irregulares de algunos de sus miembros, amenaza con hundir a¨²n m¨¢s a una de las fuerzas pol¨ªticas cruciales del Reino Unido.El nuevo l¨ªder, David Steel, ha visto en este per¨ªodo como ha descendido la popularidad de su partido, a pesar de que no decrece la simpat¨ªa que despierta la figura de este joven pol¨ªtico. El Partido Liberal ha perdido todas las elecciones parciales convocadas a partir de junio del a?o pasado. Adem¨¢s, su porcentaje de votos ha sido tan m¨ªnimo que en casi todas las contiendas electorales sus dep¨®sitos se han quedado en manos del Estado. El Frente Nacional, el grupo neofascista, se ha beneficiado de esta profunda crisis liberal.
Los problemas de los liberales no nacen s¨®lo del esc¨¢ndalo que el a?o pasado provoc¨® la dimisi¨®n de Jeremy Thorpe, al que Norman Scott, un modelo masculino, acus¨® de haber tenido relaciones homosexuales con ¨¦l. Ahora la resucitado la cuesti¨®n. Aparentemente, un ex presidiario complicado en un incidente con el citado modelo ha declarado que alguien bien conectado con el Partido Liberal le hab¨ªa ofrecido dinero para que matara a Scott antes de que el modelo hablara.
La acusaci¨®n es grave y Jeremy Thorpe ya se ha defendido. El no sabe nada del asunto y recibe gustoso la idea de una investigaci¨®n polic¨ªaca, que ya est¨¢ en camino.
La pr¨®xima semana Jeremy Thorpe se va a defender m¨¢s formalmente, en una declaraci¨®n p¨²blica a la que al parecer le ha obligado David Steel, para impedir que el asunto se complique todav¨ªa m¨¢s en perjuicio del Partido Liberal.
Ya se especula aqu¨ª, sin embargo, que la primera v¨ªctima pol¨ªtica del suceso va a ser, por supuesto, Jeremy Thorpe, que presionado por todas estas denuncias, y quiz¨¢ por su propio grupo parlamentario, acabe por decisi¨®n propia una carrera pol¨ªtica que hasta hace poco m¨¢s de un a?o si no era brillante al menos resultaba muy prometedora.
La segunda v¨ªctima es el Partido Liberal. El ?esc¨¢ndalo Thorpe? no es el ¨²nico problema. En el ¨²ltimo congreso de los liberales, un diputado desafi¨® p¨²blicamente a su l¨ªder por continuar el pacto parlamentario que mantiene con el primer ministro, Callaghan. En la misma asamblea, un grupo de j¨®venes protagoniz¨® un incidente embarazoso ante las c¨¢maras de televisi¨®n cuando se decidi¨® en contra de un debate sobre el tema del desempleo. Lo que se dedujo entonces fue que David Steel, a pesar de su simpat¨ªa personal, no era capaz de mantener un partido s¨®lido y unido, que fuera capaz de superar situaciones como ¨¦sta, sin resultar mortalmente herido.
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