Curro Luque, artista con capote y muleta
Plaza de Las Ventas. Novillos de Luis Fr¨ªas, bien presentados, flojos; pelea desigual en varas; manejables excepto los dos ¨²ltimos.Palomo II: Bajonazo (palmas). Estocada contraria y tres descabellos (silencio). Estocada corta atravesada y tres descabellos (silencio). El Maletilla de Oro: Buena estocada (aplausos). Dos pinchazos y estocada corta delantera (silencio). Curro Luque: Estocada desprendida y tres descabellos (vuelta). Cogido en el sexto, pas¨® a la enfermer¨ªa, donde fue asistido de puntazo leve.
En el ¨²ltimo de la tarde se produjeron dos cogidas impresionantes. En ambas pareci¨® que Curro Luque ten¨ªa cornada, y m¨¢s en la ¨²ltima, pues no pudo incorporarse y su gesto era de dolor intenso cuando le llevaban a la enfermer¨ªa. Afortunadamente, s¨®lo fue un puntazo. Ese novillo , cuajado y serio, result¨® dif¨ªcil. Incierto, se quedaba en el centro de la suerte y derrotaba. No debi¨® entenderlo as¨ª Luque, pues empez¨® la faena de muleta con una pedresina. Esper¨® la embestida en el centro del ruedo y aguant¨® con valor la fuerte acometida, en la que pas¨® el pit¨®n roz¨¢ndole la axila, de forma espeluznante. Luego sigui¨® con derechazos. El torero se equivocaba, pues antes de intentar la filigrana debi¨® enmendar los defectos del animal, mediante un trasteo de castigo, que es el recurso adecuado para estos casos. De aquellos derechazos no pudo sacar ni uno limpio, y las consecuencias fueron varios achuchones y las volteretas dichas.
En su otro enemigo, Luque hab¨ªa deleitado con un toreo de empaque. Novillo noble, de temperamento apagado y fuerzas justas, permiti¨® que el espada le hiciera una faena de corte excelente, buenos derechazos y naturales ligados con el de pecho, y un final con rodillazos y adornos, quiz¨¢ innecesarios. Pero a¨²n estuvo mejor este torero con el capote, lo cual hay que destacar porque es modalidad inusual en esta ¨¦poca. Instrument¨® ver¨®nicas en las que paraba y templaba de maravilla, aunque se envaraba en el remate; un precioso quite por gaoneras soltando la punta del capote, que recog¨ªa por la espalda con serenidad y armon¨ªa, de forma que se pasaba muy cerca los pitones y lig¨® todos los lances en un palmo de terreno; otro por delantales, con aroma de acabada torer¨ªa, y dos largas cambiadas de rodillas, una de ellas a porta gayola. Curro Luque, que caus¨® buena impresi¨®n en su debut hace pocas semanas, la ratific¨®, y con creces, el domingo en Las Ventas.
El resto del festejo apenas tiene historia. Bien presentados los novillos, perd¨ªan las manos, sin embargo: rodaban por la arena. Por mucha bondad que llevaran dentro (y algunos la ten¨ªan con toda evidencia), acababan tardos, con poco recorrido y se defend¨ªan. El cuarto fue tan inv¨¢lido que era imposible ligarle dos pases. Por excepci¨®n, segundo y quinto resultaron m¨¢s enteros, pero ambos sacaron genio y este ¨²ltimo era incierto adem¨¢s, defecto que acentu¨® a medida que su matador le instrumentaba un trasteo sin sentido. El llamado Palomo II y el llamado Maletilla de Oro -quienes, por cierto, no lucieron nada con el capote-, pon¨ªan voluntad y eso es todo. El De Oro tambi¨¦n cogi¨® los palos, en el quinto fue, para prender con mucha vulgaridad un par y dos medios, con salida precipitada hacia el olivo, que tomaba desordenadamente. En compensaci¨®n, uno y otro estuvieron breves con la espada.
En cuanto a cuadrillas, el conjunto no mejor¨® en nada lo que ha sido la t¨®nica de la temporada: ning¨²n pe¨®n torc¨® a una mano, los picadores abusaron de la carioca. Quienes intervienen en la reforma del reglamento ah¨ª tienen argumentos para hacerla ¨²til: reforzar los art¨ªculos que prohiben a los subalternos torear a dos manos y que obligan a los picadores a hacer la suerte por derecho. O establecer responsabilidades para los presidentes que no sancionan estas transgresiones, como tienen ordenado. Por ejemplo. el funcionario Santa Olalla, que ocupaba el domingo el palco y no sancion¨® a nadie. Que sepamos, claro...
Babelia
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