Una oleada de huelgas agrava la situaci¨®n del Gobierno colombiano
La grave crisis social por la que atraviesa Colombia no se ha atemperado en las ¨²ltimas semanas, sino que, por el contrario, ha empeorado de m¨ªanera notable. A las posturas reivindicativas de determinados sectores laborales del pa¨ªs, el Gobierno del presidente L¨®pez Michelsen, responde con declaraciones de ilegalidad de las huelgas, detenciones de dirigentes sindicales y el mantenimiento del estado de sitio, lo que provoca una peligrosa espiral de descontento a la que pocos ven una f¨¢cil salida.
La ¨²ltima de las convocatorias huelguisas ha sido hecha recientemente por los trabajadores del cemento, que son m¨¢s de 100.000 en todo el pa¨ªs. El paro de este sector, cuya fecha concreta no ha sido anunciada todav¨ªa provocar¨¢ la paralizaci¨®n de numerosas obras p¨²blicas y construcciones, con el consiguiente desempleo de otros miles de obreros.Esta huelga ensombrece, por sus previsibles consecuencias, las perspectivas de arreglo en otros sectores laborales tambi¨¦n en conflicto. Los trabajadores de la Empresa Nacional de Petr¨®leos, Ecopetrol, permanecen en huelga desde hace dos meses, sin que el Gobierno colombiano ceda un ¨¢pice en sus planteamientos. La huelga, declarada llegal por el Gobierno de Bogot¨¢, ha desatado una inusitada ola de violencia en la zona petrol¨ªfera de Barrancabermeja. Por lo menos han sido veintisiete los atentados con explosivos a las instalaciones petrol¨ªferas de la zona, que han ocasionado muy cuantiosas p¨¦rdidas. M¨¢s de sesenta dirigentes sindicales permanecen detenidos bajo la acusaci¨®n de encithezar el movimiento huelgu¨ªstico.
L.a huelga del petr¨®leo ha afectado gravemente a la econom¨ªa colombiana, casitanto corno otro paro que mantienen desde hace m¨¢s de una semana todos los empleados del Ministerio de Hacienda, tambi¨¦n en demanda de mejoras salariales.
Derrota previsible
Toda esta situaci¨®n hace cada d¨ªa m¨¢s problem¨¢tica la labor del Gobierno liberal de L¨®pez Michelsen cuyo partidod dif¨ªcilmente obterldr¨¢ nuevamente la victoria en las elecciones generales del pr¨®ximo a?o. Esta perspectiva supone un aut¨¦ntico cambio en la orientaci¨®n pol¨ªtica colombiana. Nunca un presidente de Colombia hab¨ªa obtenido la elecci¨®n con tan amplio margen de votos como lo hizo L¨®pez Michelsen hace cuatro a?os. La abultada victoria del actual jefe del Estado hizo pensar que se avecinaba una larga etapa de Gobierno liberal. Pero, desde hace un a?o, las cosas han cambiado radicalmente. Los desaciertos de L¨®pez Michelsen, las crisis internas del Gobierno, la inflaci¨®n, el aumento del costo de la vida y el descontento salarial de la mayor¨ªa de los sectores laborales del pa¨ªs han conseguido que la popularidad y el apoyo al presidente L¨®pez Michelsen hayan desaparecido casi por completo, incluso en el seno de su propio partido.El Partido Liberal, que hasta ahora aparecia como un grupo homog¨¦neo, fuerte, api?ado en torno a su l¨ªder, es ahora un mosaico de divisiones y enfrentamientos. La situaci¨®n favorece claramente al Partido Conservador.
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