La formaci¨®n pol¨ªtica
Hora es de decir que en el llamado desmontaje de las instituciones franquistas nos estamos pasando, la formaci¨®n pol¨ªtica un suponer, o sea que ahora la quitan y los profesores de tan recia asignatura, que han dedicado su vida al tema podr¨ªan quedarse en la mism¨ªsima r¨²e. (Digo podr¨ªan porque el potencial se ha convertido en e¨ªtiempo verbal period¨ªstico por antonomasia, desde que lo inventaron Apost¨²a y Oneto, o sea que se lo sacaron, ya que es un tiempo que no compromete a nada y lo dice casi todo).Es lo mismo que pasa con Solchaga, el locutor de televisi¨®n, que menos mal que es aseado y tiene un restaurante, porque se dice que le han quitado de las horas buenas de locuci¨®n porque da mucha imagen franquista, ya que fue ¨¦l quien ley¨® muchos de aquellos partes facultativos firmados por el equipom¨¦dico habitual, y parece que los le¨ªa serio y preocupado. No los iba a leeer en plan Tip y Coll, el hombre. A lo mejor le habr¨ªan fusilado al amanecer.
O lo de los Coros y Danzas, que no me canso de poner ejemplos Han quitado la Secci¨®n Femenina donde tengo yo dos primas muy dispuestas, y han quitado los Coros y Danzas (que me ha dicho la viuda de Luis Felipe Vivanco que algo hicieron por el folklore, aunque poco), y ahora est¨¢n todo el rato por la pantallita dando.recias danzas regionales y a?osos aires agrarios.
?De d¨®nde se han sacado ese material sino de los Nodos y las filmaciones de los Coros y Danzas? O sea, que estamos viviendo est¨¦ticamente de las rentas del franquismo, estamos haciendo almoneda, prender¨ªa y mercadillo de la cultura franquista porque es lo que tienen a mano los que al fin y al cabo son depositarlos secretos del secreto legado del jefe y su tiempo. Y si hay que depurar a un locutor se le depura, o se le relega, aunque, puestos a depurar senores con connotaci¨®n de la cosa, se nos iban a quedar las Cortes, por ejemplo, en una escena del sof¨¢ entre Carrillo y Felipe.
Yo no s¨¦ si hace falta la formaci¨®n pol¨ªtica para los estudiantes, pero en todo caso hace falta la formaci¨®n, porque estos d¨ªas se anuncia La religiosa de Diderot como ?una de las novelas m¨¢s pol¨¦micas de los ¨²ltimos a?os?. O sea que el personal no tiene idea de hasta d¨®nde llegan aproximadamente los ¨²ltimos a?os. Yo, que nunca tuve formaci¨®n, tuve en cambio formaci¨®n pol¨ªtica.
Yo estaba de botones en un banco a los catorce a?os y los lunes nos daban una hora de libertad vigilada para ir al Frente de Juventudes, o sea obligatorio, a recibir nuestra correspondiente formaci¨®n pol¨ªtica, aunque no tuvi¨¦semos de la otra, y all¨ª cant¨¢bamos Prietas las filas - a ver qu¨¦ vida-, nos com¨ªamos una ensalada hist¨®rica ali?ada con Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera e Isabel la Cat¨®lica a partes iguales y, al final nos daban el Juventud, que es lo que a m¨ª me hac¨ªa m¨¢s ilusi¨®n y donde descubr¨ª la prosa de Ignacio Aldecoa y el verso de Jaime Campmany, que entonces era poeta, y no s¨¦ si tambi¨¦n ahora.
De modo que tengo un alto concepto de la formaci¨®n pol¨ªtica, bien sea franquista o mas¨®nica, porque la formaci¨®n pol¨ªtica sirve para no creer luego en la pol¨ªtica, cuando uno es mayor, como la catequesis sirve para pecar a braga quitada en cuanto se supera el trauma. Pero me parece -que es a lo que iba- que hay en estos momentos como una fina hipocres¨ªa solapada y dilu¨ªda en los posfranquistas/antifranquistas que depuran a un locutor, dejan en la calle a los profesores de formaci¨®n pol¨ªtica y recuperan la labor coreogr¨¢fica de los Coros y Danzas sin decirnos de d¨®nde viene. Cuando cada uno de los asesores del presidente Su¨¢rez designe a su vez un equipo de asesores del asesor, a lo mejor con tanto asesoramiento se tratan estas cosas m¨¢s despacio, se pierden menos, objetos en la v¨ªa p¨²blica y se pone en claro que no van a ser s¨®lo los franquistas de a pie los purgados, mientras que los franquistas de limousine saltan ahora al carro de fuego de la democracia.
Todos se han. apresurado a abandonar la carroza de plomo candente de la dictadura, pero recuerdo siempre una cosa que me dijo don Wenceslado Fern¨¢ndez-Fl¨®rez mientras pase¨¢bamos entre las siete columnas del bosque animado, o sea los bulevares de Alberto Aguilera, donde viv¨ªa:
-Mire usted, joven. Los hombres de este siglo somos flechas sin blanco, porque todos los ideales decimon¨®nicos en que nos educaron, resulta que eran mentira y fenecieron con la Grand Guerre.
Flechas sin blanco los posfranquistas/antifranquistas. Pero los de a pie -y esto me parece humanamente grave-, van a ser adem¨¢s flechas sin sueldo.
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