Reestructuraci¨®n del Ministerio de Asuntos Exteriores
La reestructuraci¨®n pol¨ªtica y administrativa del Ministerio de Asuntos Exteriores constituye hoy una perentoria necesidad en favor de la adecuaci¨®n de este departamento a la nueva realidad pol¨ªtica del Estado y a su proyecci¨®n exterior. Marcelino Oreja est¨¢ interesado en esta operaci¨®n, con el deseo de convertir en ministerio pol¨ªtico lo que hasta ahora era esencialmente un departamento diplom¨¢tico.
Es en esta operaci¨®n, que el propio Marcelino Oreja califica de ?operaci¨®n portaaviones?, donde se incluye el proyecto de crear una Secretar¨ªa de Estado encargada de coordinar y dirigir las relaciones y negociaci¨®n de Espa?a con las Comunidades Europeas, con vistas a un futuro ingreso de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica en el ¨¢mbito del Tratado de Roma. La nueva Secretar¨ªa de Estado (y no un ministerio, como proponen algunos, y como ocurre en Grecia) parece cosa ya aprobada por el presidente Su¨¢rez, quien estar¨ªa de acuerdo con la idea de que dicha Secretar¨ªa dependa del jefe de la diplomacia hispana.Este es, sin duda, el principio de la ?operaci¨®n portaaviones?, que tiende a dar entidad pol¨ªtica al palacio de Santa Cruz, contra la simple labor diplom¨¢tica y de coordinaci¨®n que desempe?aba el Ministerio. Tambi¨¦n, el nacimiento de dicha Secretar¨ªa tiene como objetivo el control del comercio exterior del Estado.
El ejemplo de la Secretar¨ªa de Estado para relaciones y negociaciones con la CEE puede ser definitivo. Marcelino Oreja intenta que esta Secretar¨ªa est¨¦ conformada por t¨¦cnicos y especialistas en las cuestiones que ser¨¢n claves en la negociaci¨®n con la Comunidad, y no exclusivamente con diplom¨¢ticos. Aqu¨ª aparece la imagen del portaaviones: especialistas y t¨¦cnicos de otros departamentos (Industria, Comercio, Justicia, Hacienda, Trabajo, etc¨¦tera) entrar¨ªan, como funcionarios de pleno derecho, en la plataforma de Exteriores.
A pesar del acuerdo de principio de Su¨¢rez, el debate no est¨¢ cerrado, porque los ministerios t¨¦cnicos tendr¨¢n tambi¨¦n algo que decir. Y, sobre todo. ser¨¢n las distintas tendencias de UCD quienes, en v¨ªsperas de reajuste ministerial en ciernes -en el que puede entrar ya en juego esta Secretar¨ªa- intenten colocar su ?hombre Europa? en tan preciado puesto, que ser¨¢ el n¨²mero dos del palacio de Santa Cruz, hoy d¨ªa controlado por ?los T¨¢cito? en, casi exclusiva. Aqu¨ª son ya varios los nombres que se avanzan, como los de Salvador S¨¢nchez Ter¨¢n y Jos¨¦ Ram¨®n Lasu¨¦n.
Otras reformas
La ?operaci¨®n portaaviones? no tiene la intenci¨®n de queda clausurada en el tema de la Secretar¨ªa de Estado. El ministro Oreja desea extenderla a casi la totalidad de su departamento para darle un mayor contenido pol¨ªtico con la incorporaci¨®n definitiva de t¨¦cnicos y especialistas. Es por ello que Oreja desea crear un gabinete de planificaci¨®n, e incluso reorganizar algunas direcciones generales para hacerlas m¨¢s operativas ante la situaci¨®n pol¨ªtica internacional y los intereses geopol¨ªticos de Espa?a, entre los que se encuentra Europa y Africa como primeros objetivos.
Tambi¨¦n se incluye en lo proyectos la idea de crear departamentos y especialistas en cuestiones muy concretas (OTAN, energ¨ªa, etc¨¦tera). Pero estos primeros pasos de reforma pol¨ªtica y administrativa de Asuntos Exteriores quedar¨ªan incompletos si no se abordan otras cuestiones imprescindibles
1. El replanteamiento de la pol¨ªtica exterior espa?ola -cuya filosof¨ªa fue definida por Oreja ante el Pleno del Congreso- ante problemas concretos, con opciones claras y definidas que incluyan, en temas claves para el inter¨¦s del Estado, el sentir de la mayor¨ªa de las fuerzas pol¨ªticas con representaci¨®n en las Cortes y, en general, que representen a la nueva situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola.
2. La b¨²squeda de una credibilidad diplom¨¢tica exterior mediante la anunciada y esperada amplia combinaci¨®n de embajadores que, en puestos claves, den una nueva imagen pol¨ªtica y profesional, en contraste con las opciones partl darias y entusiastas de la democracia org¨¢nica, que patrocinaron un n¨²mero reduc do, pero sensible, de diplom¨¢ticos
3. La instauraci¨®n de una pol¨ªtica informativa de Asuntos Exteriores, para dentro y fuera de nuestras fronteras, lejana de las pr¨¢cticas propagand¨ªsticas y anticuadas de la oficina de informaci¨®n diplom¨¢tica, y de acuerdo con el esp¨ªritu de libre opini¨®n e informaci¨®n
4. Reforma del protocolo y de las formas elitistas del cuerpo diplom¨¢tico, ya sobrepasadas hace a?os en las primeras canciller¨ªas del mundo, en busca de una sobriedad que contraste, por lo menos, con el triste espect¨¢culo de la comitiva presidencial de L¨®pez Portillo durante su reciente visita a Espa?a.
5. Necesidad de una seria mejora del presupuesto actual de Exteriores con tres objetivos claros: aumento de la presencia hispana en el exterior; reorganizaci¨®n del Ministerio y ampliaci¨®n de su infraestructura para una mejor operatividad, y replanteamiento a fondo de la situaci¨®n laboral y econ¨®mica desus diplom¨¢ticos, funcionarios y administrativos (en Madrid y embajadas), estos ¨²ltimos sometidos a tratamientos dispares e injustificables. Por supuesto, clarificaci¨®n y soluci¨®n de problemas internos del Ministerio, tales co mo la escandalosa utilizaci¨®n del Montep¨ªo por privilegiados funcionarios, que recientemente fue objeto de p¨²blico debate
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