El Sindicato Social-Comunista italiano favorable a un "eurosindicalismo"

La decisi¨®n de la Confederaci¨®n General Italiana de Trabajadores (CGIL), el mayor sindicato de inspiraci¨®n social-comunista de la Europa occidental, de abandonar la Federaci¨®n Sindical Mundial (FSM) ha sido acogida con satisfacci¨®n y aplauso por el mundo sindical y pol¨ªtico democr¨¢tico italiano. Se habla, incluso, de nacimiento de un ?eurosindicalismo? paralelo al ?eurocomunismo?.

La FSM, que acaba de tener en Budapest la reuni¨®n peri¨®dica de su comit¨¦ ejecutiva, para preparar el congreso de abril pr¨®ximo, que tendr¨¢ como sede Praga comprende los sindicatos que orbitan en torno a los partidos comunistas y cuenta con unos 150 millones de afiliados, de los cuales 110 millones militan en los sindicatos de la URSS. Desde 1974, la CGIL hab¨ªa pasado de ser ?afiliada? a la FSM, a ser simple ?asociada?, acerc¨¢ndose, como contrapartida, a la Conferencia Europea de los Sindicatos (CES). El objetivo fundamental de la CGIL es, no s¨®lo la unidad sindical interna italiana, sino la de la Europa occidental.A la pr¨®xima reuni¨®n de la FSM la CGIL acudir¨¢ s¨®lo como ?observadora?. Las razones que han movido al secretario de la CGIL, Luciano Lama, para dar este importante paso traslucen una posici¨®n cr¨ªtica: que en lodocumentos de la FSM emerge .siempre una ?exaltaci¨®n acr¨ªtica de los pa¨ªses de la ¨®rbita sovi¨¦tica?. Pero lo m¨¢s importante es que Lama ha denunciado sin pe los en la lengua la visi¨®n maniquea de contraponer a los sindicatos ?socialistas?, donde los trabajadores han conquistado el poder, con los~ ?capitalistas?, donde los trabajadores son s¨®lo unos simples explotados. En definitiva, Lama quisiera que los pa¨ªses del ?socialismo real?, incluidos, sobre todo y ante todo, los trabajadores checoslovacos, adoptaran al menos algunos principios b¨¢sicos del estatuto de los trabajadores italianos, conquista de la que el sindicalismo italiano se siente orgulloso.

In¨²tiles han sido los buenos intentos y prop¨®sitos del secretario general de la FSM, Pierre Gensou, por tener al m¨¢ximo o ?salvar? a los italianos. Lama, sin embargo, no se ha dejado conmover y ha pasado de lo que era hasta ahora una cr¨ªtica interna a una actitud pr¨¢cticamente de ruptura. Lo ha hecho acaso cuando ha visto que tambi¨¦n el sindicato franc¨¦s comunista ha cambiado decididamente de actitud. Su delegado, el secretario de la Confederaci¨®n General de Trabajadores de Francia (CGT), Georges Seguy, dijo tambi¨¦n claramente: ?Continuar defendiendo que todo el bien est¨¢ de una parte y todo el mal de otra no nos hace ya dignos de cr¨¦dito.?