Vilallonga, el marqu¨¦s de Bradom¨ªn de la Junta Democr¨¢tica
Se apellida Vilallonga y Cabeza de Vaca y naci¨® el a?o veinte en el n¨²mero 9 de la madrile?a calle de Serrano. De ni?o, ungi¨® su cabeza la mano p¨¢lida y cansada de don Alfonso XIII. Ahora es como un Rodolfo Valentino sobreviviente. Se peina como Valentino, pero en plata, porque se le ha blanqueado la melena. Fue algo as¨ª como el marqu¨¦s de Bradom¨ªn de la Junta Democr¨¢tica, en Par¨ªs.-Yo combat¨ª con los nacionales, bajo una bandera que se llamaba Oriamendi, pero entonces no sab¨ªamos qui¨¦n era Franco. No era m¨¢s que un general. Durante la guerra no hab¨ªa franquismo. El franquismo vino despu¨¦s, y entonces yo me fui.
Dir¨ªa que recuerdo sus colaboraciones en el Destino de los a?os cuarenta, porque todo hombre, a cierta edad, recuerda mucho m¨¢s de lo que recuerda. Lo que s¨ª es cierto es que se fue a la Argentina a recriar caballos, y como en la vida de un arist¨®crata de izquierdas se cruza siempre un plebeyo de derechas, a Vilallonga se le cruz¨® Per¨®n y es cuando se instala en Par¨ªs, cuando hace cine, escribe, se casa, se vuelve a casar y conspira contra el R¨¦gimen de Franco, en la mejor tradici¨®n liberal, conspiratoria y exillada de los grandes espa?oles.
Yo siempre le veo ecuestre, me lo imagino a caballo, pero la primera vez que le vi fue en el cine y estaba ¨¦l a caballo de una actriz francesa. Milene Demongeot, en una pel¨ªcula de Agnes Vard¨¢ Cleo de 5 a 7, de aquellas de la nouvelle vague, que, seg¨²n Merleau-Ponty, hab¨ªa auspiciado Mairaux para que los intelectuales del cine dejasen en paz al general De Gaulle.
-El marqu¨¦s de Villaverde.
-?Qui¨¦n es el marqu¨¦s de Villaverde.
-?Eres un playboy?
-Hombre, a mis a?os...
Es m¨¢s que nada ese cabalierazo espa?ol que de vez en cuando se impone al mundo con su donjuanismo, su liberalismo o su estatura. Porque hay que ver cuando un espa?ol sale alto.
Est¨¢ casado con Syliane, una francesa veinte a?os m¨¢s joven que ¨¦l, que ha, sido modelo de Vogue y me pide que la lleve a una buena zapater¨ªa de Serrano. La llevo a Loewe.
-Mi mujer tiene hoy una industria de alta costura y gana mucho m¨¢s que yo.
-?Encuentras muy cambiada Espa?a?
-Son los mismos.
Lleva trajes grises, fuma largos puros y parece muy preocupado en la literatura y en la vida, por la marca de los perfumes, el a?o de los vinos y la genealog¨ªa de las pieles. A Franco lo llama siempre Aqu¨¦l. Lo cual viene a ser, aunque en peyorativo, como cuando los falangistas llamaban a Jos¨¦ Antonio El Ausente. El se?or de Vilallonga habla un castellano perfumado de galicismos y empedrado de catalanismos, pero es r¨¢pido en las respuestas y casi dulce de voz.
-Emilio Romero.
-Es un vencido y yo amo a los vencidos. Odio siempre a los vencedores. Me fui de Espa?a, de aquella Espa?a, porque era una Espa?a de vencedores.
Un periodista catal¨¢n le pregunt¨® el otro d¨ªa si no era demasiado f¨¢cil ser antifranquista en Par¨ªs. Conjest¨® r¨¢pido:
-Era m¨¢s f¨¢cil ser franquista en Barcelona.
Como un hermoso segund¨®n valleincianesco, como un Cara de Plata, el se?or Vilallonga, ¨¢guila de blas¨®n, enciende los puros en buenos fuegos y calienta el co?ac en buenas manos. Ha escrito mucho en franc¨¦s, como Blanco White y Fernando Arrabal. Me parece que va a poner un restaurante en Par¨ªs. Escribe art¨ªculos, entrevistas, novelas.
-A los entrevistados hay que ponerles el talento que no tienen.Prepara una saga novelesca sobre Espa?a, siempre Espa?a, aunque prefiere quedarse a vivir en Par¨ªs. Ortega hubiera escrito en torno a ¨¦l una Psicolog¨ªa del hombre interesanle. Dice que duda mucho, cada ma?ana, antes de ponerse a escribir. Yo le digo que primero hay que escribir y dejar las dudas para despu¨¦s. Cunde m¨¢s.
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