"Los bosques arden por falta de limpieza"
Felipe Pineda, creador de un sistema de aprovechamiento energ¨¦tico de basuras
El complejo proceso de eliminaci¨®n de basuras constantemente est¨¢ requiriendo innovaciones y perfeccionamientos. En ocasiones, el deseo de hacer. desaparecer al m¨¢ximo todo resto lleva a la creaci¨®n de materias nuevas como el producto brit¨¢nico bioplastic, compuesto realizado a base de materias org¨¢nicas que se descompone totalmente desapareciendo, una vez requerido su uso. Los envases de botellas, objetos empleados, etc¨¦tera, construidos con ese material, entran en un proceso de desintegraci¨®n similar a la de los seres vivientes, cuando son depositados en los estercoleros o plantas de tratamiento.Un empresario espa?ol, Felipe Pineda, ha creado, a consecuencia de una serie de afortunados hallazgos cient¨ªficos, un m¨¦todo m¨¢s pr¨¢ctico todav¨ªa de eliminar basuras. El m¨¦todo logra transformar los restos de bosque y la basura org¨¢nica en unos cilindros denominados briquetas, tan combustibles como el carb¨®n y, desde luego, de mayor poder calor¨ªfico que la le?a. Los restos de nuestros usos diarios: troncos de lechuga, restos de comida, toda clase de envoltorios, papeles..., son, as¨ª, transformados en un eficac¨ªsimo combustible, de un alto poder energ¨¦tico.
Un hallazgo casual
La historia del descubrimiento comenz¨® un 10 de junio de 1974 cuando el Ayuntamiento de Soria contrataba a la empresa del se?or Pineda para la limpieza de los montes de su propiedad. Una serie de hechos fortuitos conduc¨ªa a los descubrimientos que hoy van a desarrollar Anvar, de Francia (Agence Nationale de Valorisation de la Recherche) y, la empresa nacional Adaro, del Instituto Nacional de Industria, entidad que trabaja en la utilizaci¨®n de recursos mineros.
El trabajo de limpieza de los montes al que se aplic¨® la citada empresa, denominada Forest, es conocida por el nombre de limpias y tiene por objeto, quitar el matorral, podar los ¨¢rboles j¨®venes y destruir, quem¨¢ndolos in situ, todos los desechos vegetales. Gracias a estos trabajos y a la vigilancia, no hay incendios forestales. ?Los bosques no arden porque tengan m¨¢s visitantes -asegura el se?or Pineda- sino porque no est¨¢n podados, limpios de matorral y eliminados los desechos de las cortas. ?
En la d¨¦cada de los a?os cincuenta, se empez¨® a intentar comprimir los desperdicios para emplearlos en el encendido de las locomotoras del ferrocarril. ?Ante la imposibilidad del manejo de un volumen de material tan grande, iniciamos al principio de la d¨¦cada de los a?os sesenta -prosigue su descripci¨®n-, la aventura de pulverizar y luego aglutinar los desperdicios vegetales. Son ya m¨¢s de diecis¨¦is a?os que llevamos en este cometido, yjam¨¢s pensamos que la tarea que hab¨ªamos iniciado pudiera ser tan dura y dif¨ªcil. Ya quedan atr¨¢s los momentos de des¨¢nimo, en que pens¨¢bamos qu quer¨ªamos conseguir algo que t¨¦cnicamente era imposible.?
Pero el empe?o en este intento por comprimir los restos del bos que conducir¨ªa al descubrimiento ?La casualidad y la observaci¨®n meticulosa nos ense?¨® un camino que nadie hab¨ªa previsto. Compramos una m¨¢quina para fabricar las briquetas, los peque?os cilindros combustibles que resultaban de la concentraci¨®n, y seg¨²n el vendedor, una empresa suiza, la m¨¢quina era capaz de compactar cualquier clase de restos del bosque. La realidad fue muy otra. La m¨¢quina no serv¨ªa. S¨®lo era capa de compactar el serr¨ªn. Tras muchos fracasos nos llevamos la sor presa de comprobar que utilizando un material que varios meses ante no hab¨ªa producido briquetas ahora las produc¨ªa. Nos dimos cuenta de que si intent¨¢bamos compactar r¨¢pidamente los restos no obten¨ªamos briquetas, pero si dej¨¢bamos los restos y desperdicios de bosque bastante tiempo al aire libre, vente¨¢ndolos peri¨®dicamente, entonces s¨ª se pod¨ªan obtener las briquetas.?
Todo el hallazgo radica, por tanto, en el manejo adecuado de procesos de fermentaci¨®n, manejo' que hace posible la actividad de un tipo especial de bacterias, rompiendo las peptinas de los vegetales, facilitando de esta forma la m¨¢xima evaporaci¨®n del agua y transformando as¨ª los restos en productos altamente combustibles. ?Profundizamos en el aspecto bioqu¨ªmico donde adem¨¢s de bajar el contenido de humedad -narra el se?or Pineda- debilit¨¢bamos e tejido vegetal con lo cual lleg¨¢ba mos a un nuevo cuerpo que no ten¨ªa exactamente las mismas caracter¨ªsticas de la materia org¨¢nica anterior.? De hecho, se ha logrado un caldo de cultivo, en las instala ciones de Soria, que est¨¢ siendo sometido a detenidos estudios en centros de experimentaci¨®n franceses. Pero suced¨ªa durante mucho tiempo, que las misteriosas bacterias, activadoras del proceso, desaparec¨ªan al ser trasladadas hasta all¨ª, hecho que ha sido interpretado como un fen¨®meno de criticidad. Un cami¨®n cargado de la basura del centro, recientemente ha logrado trasladar, al fin, los microorganismos a estudiar, hasta los centros de investigaci¨®n.
B¨²squeda de apoyo
Una vez logrado el m¨¦todo de tratamiento de los restos que los convert¨ªa en productos altamente combustibles, el se?or Pineda intent¨® lograr buscar apoyo para el desarrollo de sus descubrimientos. ?Teniendo que vender un producto nuevo, acudimos a diferentes ferias y en la de Barcelona tomamos contacto con el mundo exterior que se interesaba por nuestros trabajos.? Otro hecho fortuito fue la causa de este encuentro. El Ministerio franc¨¦s de Agricultura, tambi¨¦n hab¨ªa adquirido otra m¨¢quina de las que no funcionaban, y t¨¦cnicos de aquel organismo se sorprendieron al comprobar que alguien estaba haciendo uso de los aparatos. As¨ª comenz¨® lo que se constituir¨ªa en el apoyo b¨¢sico a las experiencias de Soria. ?Francia mostr¨® un inter¨¦s grande desde el primer momento -prosigue el se?or Pineda- y tuvimos la colaboraci¨®n de uno de sus mejores t¨¦cnicos en combusti¨®n, para mejorar bastante nuestro proceso. Nuestra empresa, que es de peque?as dimensiones, se encontr¨® ante la disyuntiva de tener que desembolsar un dinero que no ten¨ªa para patentar dicho proceso a nivel mundial. Cre¨ªmos entonces y creemos hoy, que el mejor camino era apoyarnos en organismos p¨²blicos que tuvieran la misi¨®n de desarrollar y defender a los investigadores, para la expansi¨®n y defensa de los resultados obtenidos de su investigaci¨®n. Este, y no otro, es el motivo de nuestros compromisos con Anvar, organismo franc¨¦s de apoyo a la investigaci¨®n.?
Precisamente este organismo franc¨¦s es la entidad que comercializa ahora, en todo el mundo, la patente de la invenci¨®n del equipo espa?ol, excepto en Espa?a. Para que esto fuese posible, se requer¨ªa que la patente estuviese a nombre de un franc¨¦s. As¨ª se podr¨ªa, mantener el apoyo de Anvar. El s¨²bdito franc¨¦s Daniel Loas fue la persona que ha desempe?ado este papel, existiendo un contrato, a su vez, en el que se reconoce la invenci¨®n del se?or Pineda. ?Hemos obtenido una investigaci¨®n libre de cargas para Espa?a -nos aclara ¨¦ste ¨²ltimo- y una participaci¨®n, tambi¨¦n, para Espa?a de todas las instalaciones que se monten en el resto del mundo. Verdaderamente los resultados son espectaculares. Convertirnos en energ¨ªa los dos grandes problemas de Espa?a y del mundo.?
? Para nosotros -concluye-, todo esto es ya cosa conocida. Nuestra preocupaci¨®n es qu¨¦ clase de energ¨ªa es la m¨¢s necesaria, calefacciones, electricidad, carbono fijo para los altos hornos de fundici¨®n, etc¨¦tera. Por ello, y para despejar a¨²n muchas inc¨®gnitas creemos que debe montarse en Soria una instalaci¨®n que continuar¨ªa siendo piloto y que nos permitir¨ªa avanzar m¨¢s. Este nuevo paso deber¨ªa darse con unas directrices del Ministerio de Industria, para que determinara la clase de energ¨ªa a pr¨®ducir, de acuerdo con la empresa nacional Adaro, para la separaci¨®n de las basuras, y el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, para determinar y concretar los aspectos cient¨ªficos de nuestro proceso.?
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