El existencialismo, y el amor
El existencialismo es una filosof¨ªa de la ingenuidad o de la candidez rom¨¢ntica, que nace de una conciencia desesperada de la soledad. El joven siente como nadie la prisi¨®n de s¨ª mismo que le aherroja y escapa de ella saliendo a la existencia. As¨ª inicia la b¨²squeda o caza del dios ignoto del amor absoluto o de la verdad metaf¨ªsica y total. A esta huida de s¨ª mismo en procura de s¨ª, los existencialistas le llaman movimiento trascendente. Nuestra vida se convertir¨ªa, pues, en un peregrinaje constante hac¨ªa la trascendencia. Si se comprende la existencia desde el punto de vista del Ser, como quiere Heidegger, desaparece la existencia individual en el anonimato de la universalidad. Por el contrario, acentuando la particularidad ¨ªntima, conquistarnos la existencia, somos existenciales reales.En esta obra de Emmanuel Levinas, la soledad individual es el punto de partida de la verdadera existencia y la totalidad, que es el infinito u horizonte sin fin de la existencia, se crea por la inquietud desesperada del Otro. Pero, curiosamente, esta huida de s¨ª es la ra¨ªz de la soledad creadora, del ego¨ªsmo absoluto. Para Levinas el yo no es una identidad que se crea por una falsa oposici¨®n interna o autodi¨¢logo que, en realidad, es un mon¨®logo. Por el contrario, es la b¨²squeda, el ¨¦xtasis, en un estado extremo de tensi¨®n. ?Existir es gozar por el mero hecho de existir?, afirma Levinas. Y el Deseo, que aparece en el hond¨®n de esta felicidad paradis¨ªaca, la destruye. ?Es la desdicha del dichoso?, dice con certera f¨®rmula. Sin embargo, el Deseo o inquietud de la existencia nos concentra y solidifica en un apretado haz. El desesperado de amor huye para afirmarse a s¨ª mismo, apurar las esencias de la soledad, porque ¨²nicamente el que est¨¢ solo quiere el recogimiento. Levinas describe todas las exteriorizaciones de esta soledad b¨¢sica: el hogar, la morada, el campo, la casa, todo cuanto nos aprisiona en el recinto del yo enclaustrado, nos confirma y asienta.
Totalidad e infinito
(Ensayo sobre la exterioridad) Emmanuel Levinas. Ediciones S¨ªgueme. Salamanca, 1977.
La metaf¨ªsica de Levinas es una apertura al invisible, al desconocido, al Otro. A diferencia de Buber y Marcel, que interioriz¨¢n el T¨² en el Yo, Levinas se abre a la totalidad exterior del mundo. De aqu¨ª procede su ate¨ªsmo religioso, pues para ¨¦l toda presencia u objetivaci¨®n del Yo es la falsificaci¨®n t¨ªpica de las religiones tradicionales. Dios, para Levinas, es una person¨ªficaci¨®n del Yo. De esta forma se logra la paz de la conciencia, la satisfacci¨®n anticipada. Por el contrario, Levinas sostiene que el Deseo constante es la b¨²squeda de Dios, que no est¨¢ ni puede estar nunca presente.
Tampoco al yo solitario le basta con vivir encerrado en su casa, para luchar contra la muerte. La soledad cerrada no nos garantiza frente a lo imprevisible. Para continuar viviendo en este estado de dicha desdichosa y perpetuarnos, necesitamos trabajar y adquirir, mediante la posesi¨®n de cosas, la certidumbre de nuestra unidad perecedera. As¨ª llegamos al colmo de nuestra identidad, a los l¨ªmites del ego¨ªsmo: somos soledad de soledades. Entonces se manifiesta m¨¢s imperiosa que nunca el ansia de amor. Por ello, el existencialismo concluye en una teor¨ªa de la existencia amorosa, para dar salida a la prisi¨®n del alma.
Para el existencialismo el Otro es el ¨²nico que puede darnos nuestra identidad verdadera. Luego es por un ego¨ªsmo generoso que aspiramos al Amor. Pero como el Otro es a su vez un, yo que lucha tambi¨¦n por afirmarse, el amor se transforma en necesidad rec¨ªproca. Dependencia que se satisface como una apetencia ego¨ªsta y cruel. Esta sumisi¨®n atormentada de uno mismo hacia Otro es una trascendencia esclava. En el cap¨ªtulo Fenomenolog¨ªa del Eros, Levinas nos describe el combate de ego¨ªsmo rec¨ªproco de los amantes para unirse, analizando con profunda sutileza la ternura, la compasi¨®n, la caricia, la pasi¨®n carnal. Y llega a la conclusi¨®n de que el Amor es la Trascendencia misma en la que se realizan los Deseos mutuos, sin poder vencer los ego¨ªsmos particulares de los amantes. ?Amar es tambi¨¦n amarse en el Amor.?
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