La Democracia Cristiana holandesa forma nuevo Gobierno con escaso apoyo parlamentario
Despu¨¦s de cuatro a?os de Gobierno de ?centro-izquierda?, los holandeses tienen un nuevo Gobierno de ?centro-derecha?, fruto de la coalici¨®n entre dem¨®crata-cristianos y liberales. ?Supondr¨¢ esto un retroceso en material de bienestar social? ?Lograr¨¢, superar la crisis econ¨®mica? ?Se mantendr¨¢ durante cuatro a?os, a pesar de su fr¨¢gil mayor¨ªa parlamentaria? Estos son algunos de los interrogantes que se plantean los holandeses ante la formaci¨®n del nuevo Gabinete que presidir¨¢ el dem¨®crata-cristiano Andreas Van Aja.Las elecciones del pasado 25 de mayo dieron la victoria al Partido del Trabajo (socialdem¨®crata), situ¨¢ndolo como primera formaci¨®n il¨ªtica holandesa. Todas las previsiones apuntaban a la continuidad de la coalici¨®n gubernamental anterior, es decir, un Gobierno de centro-izquierda, que un¨ªa la socialistas, dem¨®crata-cristianos y una peque?a formaci¨®n de liberales del izquierda.
M¨¢s de seis meses de discusiones fueron necesarias para con vencer a unos y otros de que no exist¨ªan posibilidades de continuar con las mismas bases de Gobierno. Los socialistas, fuertes con 53 esca?os en el Parlamento, quer¨ªan un programa de Gobier no ?progresista?, asentado en los cuatro pilares de su viejo programa: Participaci¨®n obrera en la gesti¨®n empresarial, control en los beneficios, reforma del control de la propiedad del suelo y promoci¨®n de las inversiones.
El proyecto, con ciertas reservas, fue aceptado por los democristianos. Surgieron, a continuaci¨®n Iitigios sobre el reparto de carteras ministeriales. Los socialistas no quer¨ªan que Andreas Van Agt continuase en el Ministerio de Justicia. Era una forma de apartar a uno de los m¨¢s ac¨¦rrimos enemigos de la liberalizaci¨®n del aborto. Fue el punto culminante que rompi¨® toda posibilidad de Gobierno, socialista-democristiano.
Los liberales
Los liberales, calificados de conservadores y representantes del gran capital, aprovecharon el vac¨ªo y ofrecieron a los democristianos una alternativa de Gobierno. En poco m¨¢s de dos. semanas se Reg¨® a un acuerdo, que recoge otra vez los cuatro proyectos de Gobierno ?progresista?, debidamente recortados. El nuevo Gobierno contar¨¢ con mayor¨ªa parlamentaria de dos esca?os (77 esca?os en un Parlamento de 150) y deber¨¢ afrontar las reservas de siete diputados del ala izquierda de la Democracia Cristiana, que no aprobaron el nuevo programa de Gobierno. Los socialistas se preparan para un per¨ªodo de ?oposici¨®n?, que esperan ser¨¢ corto. Reconocen, sin embargo, que por ?errores t¨¢cticos? quedan al margen del poder.
Los sindicatos, unidos entre dos formaciones de inspiraci¨®n socialista y democristiana, est¨¢n a la espectativa. Amenazan con huelgas, aunque una reactivaci¨®n econ¨®mica, con nuevas inversiones, podr¨ªa calmar las reivindicaciones de los sindicatos, sobre todo porque el Gobierno de ?centro-derecha? no supondr¨¢ un retroceso en los logros sociales de Holanda, que cuenta con un sistema social de los m¨¢s avanzados del mundo.
Van Agt, un jurista tranquilo y conservador
Casi todos los caricaturistas de la prensa holandesa dibujan al futuro primer ministro con h¨¢bitos eclesi¨¢sticos. Algunos incluyen una corona de santificaci¨®n.
Andreas Antonius Mar¨ªa Van Agt, 46 a?os, es hombre de ley. No tiene grandes simpat¨ªas por los pol¨ªticos. Personalidad cat¨®lica, su imagen es la del conservador de las tradiciones en un pa¨ªs que, desde los a?os sesenta vive pr¨¢cticamente en continua transformaci¨®n social.
?Es nuestro gran sentido democr¨¢tico lo que permite un respeto, total de las opiniones o el comportamiento del vecino?, declara un colega holand¨¦s. La tolerancia del aborto -no legalizado-, la libertad sexual, la casi legalidad del uso de drogas ?d¨¦biles?, los sindicatos de soldados o los m¨²ltiples ?comit¨¦s de acci¨®n? que canalizan la oposici¨®n extraparlamentaria, se expresan al lado del m¨¢s perfecto conservadurismo, que protagoniza el futuro primer ministro, Van Agt.
Su actuaci¨®n como ministro de Justicia, durante el Gabine te anterior, dirigido por el socialista Jocip, Den Uyl, fue muy criticado en ocasiones, sobre todo por la fuga del multimillonario Pieter Menten, que funcionarios del Ministerio de Justicia tuvieron que ir a buscar a Suiza, antes de ser condenado -hace unos d¨ªas a quince a?os de c¨¢rcel por el asesinato dejud¨ªos en Polonia, al lado de los nazis. ? Para el partido, Van Agt ha sido el hombre del compromiso y ser¨¢ un buen primer ministro?, dicen los miembros de la CCDA (Agrupaci¨®n de Dem¨®crata- Cristianos), que re¨²ne en una sola formaci¨®n a los tres partidos confesionales, entre ellos los cristianos hist¨®ricos, ala ?derecha?, el Partido Cat¨®lico, y el Partido Antirrevolucionario, ?ala izquierda? de la trilog¨ªa.
Sus pocos conocimientos en materia de pol¨ªtica econ¨®mica y asuntos internacionales son lagunas que pueden cubrirse con un buen equipo ministerial, dicen en la CCDA.
?Preferimos huelgas a socialistas en el Gobierno?
El joven l¨ªder de los liberales, Hans Wieghel, de 36 a?os, ocupar¨¢ el cargo de vicepresidente y ministro del Interior en el nuevo Gobierno.
La entrada del Partido Liberal (VVD) se interpreta como una barrera de los medios econ¨®micos holandeses a los proyectos socializantes del antiguo Gabinete de Joop Den UyI. ?Preferimos: las huelgas a que los socialistas est¨¦n en el poder?, dicen los grandes empresarios.
Los liberales critican la gesti¨®n del anterior Gobierno, especialmente en materia.de pol¨ªtica energ¨¦tica. El gas natural (del que Holanda es el primer productor europeo) fue explotado para crear un sistema social casi perfecto. Medicina, ense?anza y asistencia social gratuita, seguro de desempleo, c¨®modo retiro. ?Se deb¨ªa pensar tambi¨¦n en invertir particularmente cuandose sab¨ªa que el gas natural puede acabarse a comienzos de la d¨¦cada de 1980?, denuncian los liberales.
Los costos de las empresas holandesas son m¨¢s altos que en otros pa¨ªses europeos. Por primera vez, la balanza comercial fue deficitaria en el segundo trimestre de este a?o,
Son indicadores que hacen meditar a los dirigentes econ¨®micos de un pa¨ªs que, por temor al socialismo o por obligaciones de la crisis econ¨®mica internacional, invirtieron m¨¢s capital en, Estados Unidos en los ¨²ltimos dos a?os, que el invertido por americanos en Holanda desde el fin de la segunda guerra mundial. ?Lograr¨¢ cambiar el rumbo un Gobierno de centro-derecha?
? Los sindicatos no se muestran entusiastas ante el nuevo Gobierno, pero ser¨¢n realistas y comprender¨¢n que un exceso de huelgas va en contra de los intereses de los propios trabajadores?, declar¨® un diputado liberal. Los liberales esperan cambiar el rumbo de las inversiones y crear una situaci¨®n pol¨ªtica estable, que devuelva la confianza a los empresarios.
?Holanda puede pasar siete meses sin Gobierno, si la Shell, Unilever y Philips contin¨²an bien?, comentaba ir¨®nicarriente un periodista.
El problema radica en que, como en otros pa¨ªses, la crisis pol¨ªtica se suma a la crisis econ¨®mica. Democristianos y liberales se preparan a afrontar las dos en el pa¨ªs de los tulipanes.
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