La CIA financi¨® m¨¢s de mil libros en las ¨²ltimas d¨¦cadas
La intervenci¨®n de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana en el ¨¢mbito editorial se ha extendido por todo el mundo y ha afectado a una amplia gama de publicaciones, algunas de ellas poco conocidas y otras ya cerradas. En algunos casos, seg¨²n fuentes fiables, no hubo un esfuerzo por moldear la l¨ªnea editorial, a pesar de que se entregaban, sustanciosos subsidios, pero en otros casos, esa l¨ªnea era virtualmente dictada por la CIA.Una de las operaciones de la CIA en Estados Unidos consisti¨® en la financiaci¨®n de publicaciones cuyos editores hab¨ªan huido de La Habana a Miami despu¨¦s de la toma del poder por Fidel Castro en 1959. Los subsidios -que en algunos casos se elevaron a varios millones de d¨®lares- fueron pasados a las publicaciones a trav¨¦s de una editorial ?fantasma? de la CIA en Nueva York llamada Foreign Publications Inc.
Entre los receptores de esos subsidios se encontraban, seg¨²n las fuentes, Avance, El Mundo, Prensa Libre, Bohemia y el Diario de las Am¨¦ricas. Adem¨¢s, se inform¨®, igualmente que la CIA hab¨ªa financiado la AIP, una agencia de prensa para radio de Miami, cuyos programas se enviaban, libres de tasas, a m¨¢s de cien emisoras de radio de Centro y Suram¨¦rica.
Al principio, la CIA trat¨® de introducir n¨²meros de las publicaciones financiadas dentro de Cuba, pero el plan fracas¨® despu¨¦s de que los exiliados cubanos que aceptaron llevarlos en barco se negaron en el ¨²ltimo minuto a aproximarse a la costa cubana.
De todas formas, los subsidios continuaron y las publicaciones fueron ampliamente le¨ªdas en la comunicad cubana de Miami y, en el caso de Bohemia, una revista semanal que recibi¨® m¨¢s de tres millones de d¨®lares en total, tambi¨¦n en toda Am¨¦rica Latina.
Un millar de vol¨²menes
En un tiempo, la agencia de inteligencia norteamericana apoy¨® al peri¨®dico brit¨¢nico Encounter, pero fuentes de la agencia precisaron que el Congreso de Libertad de Cultura, el grupo con base en Par¨ªs a trav¨¦s del cual la CIA canaliz¨® los fondos, hab¨ªa apoyado tambi¨¦n otras publicaciones.
El Congreso, fundado en 1950 como respuesta a la Conferencia de Escritores Sovi¨¦ticos celebrada ese a?o en Berl¨ªn, ha reconstruido su imagen desde que cort¨® sus lazos con la CIA, e incluso ha cambiado de nombre.
En Estados Unidos, Atlas Magazine, un resumen de la prensa mundial, utiliz¨® en ocasiones traductores empleados por la CIA. African Forum y African Report fueron publicados con dinero de la CIA pasado a la Asociaci¨®n Americana de Cultura Africana y al Instituto Afro-Americano. En Estocolmo, la publicaci¨®n Argumenten recib¨ªa fondos de la CIA a trav¨¦s de un canal tan complejo que incluso su director era incapaz de saber de d¨®nde le ven¨ªa el dinero. Lo mismo suced¨ªa con Combate, un bimensual latinoamericano.
Hace ya tiempo se habl¨® de las relaciones de la CIA con el editor de libros Frederick- Praeger. Pero Praegerera s¨®lo uno de los numerosos intereses editoriales, incluyendo algunos de los m¨¢s famosos del ramo, que imprimieron y distribuyeron m¨¢s de mil vol¨²menes producidos o financiados de alguna manera por la agencia a lo largo de las tres ¨²ltimas d¨¦cadas.
Otras prestigiosas editoriales que recibieron fondos de la CIA, de acuerdo con funcionarios pasados y actuales de la agencia, fueron Franklin Books y Walker Co., propiedad de Samuel Sloan Walker, en un tiempo vicepresidente. del comit¨¦ de Europa Libre, y Samuel W. Meek, un ejecutivo retirado estrechamente vinculado a la CIA.
Un portavoz de Frankl?n confirm¨® que el editor hab¨ªa recibido fondos de la fundaci¨®n Asia y ?de otra peque?a fundaci¨®n para un proyecto africano, las cuales apa recieron como apoyadas por la CIA en 1967?. El portavoz a?adi¨® que ?Franklin desconoc¨ªa entonces esas vinculaciones?.
Walker dijo, a trav¨¦s de su secretar¨ªa, que su editorial ?nunca hab¨ªa publicado libros en nombre de la CIA ni ning¨²n libro, viniese de donde viniese, que no mereciera la pena de ser editado.
"El Campesino"
Otra casa que edit¨® libros a cuya publicaci¨®n contribuy¨® la CIA fue Charles Scribner's Sons, que en 1951 lanz¨® el libro El camino de Yenan, de Eudocio Ravines, a partir de una traducci¨®n proporcionada por William F. Buckley Jr., agente de la CIA durante vanos anos al principio de la d¨¦cada de los cincuenta. Tambi¨¦n en 1951, la editorial G. P. Putnam's Sons, que public¨® el libro Vida y muerte en la Rusia sovi¨¦tica, de Valent¨ªn Gonz¨¢lez, el famoso Campesino de la guerra civil espa?ola.
Seg¨²n ejecutivos de ambas casas, ni Putnam ni Scribners estaban al tanto de cualquier implicaci¨®n de la CIA en esos libros, as¨ª como tampoco la Doubleday Company, que, en 1965, edit¨®, bajo el t¨ªtulo Los papeles de Penkovsky, lo que se suponla que era el diario del coronel Penkovsky, el doble agente sovi¨¦tico. El libro utilizaba incluso la forma en que la CIA transcrib¨ªa el nombre del coronel.
Algunos de los libros publicados a instancias de la CIA fueron bien recibidos por la cr¨ªtica y en ciertos casos llegaron a convertirse en ¨¦xitos, comerciales. ?Al menos en una ocasi¨®n -de acuerdo con un informe del comit¨¦ de inteligencia del Senado- una revista de libros suministrada por una agencia editorial y publicada en el New York Times fue redactada por un escritor de la CIA con contrato?.
El informe no identifica ni el libro ni el autor de la revista, pero aparentemente se trata de Escapar de China roja, la historia de un desertor de la CIA publicada por Coward, Mccann y Geoghegan. Jack Geoghegan, presidente de la editorial, afirm¨® que nunca supo que el libro hab¨ªa sido preparado para su publicaci¨®n por la CIA.
Otro ¨¦xito editorial publicado en 1962, del que fuentes de los servicios secretos afirmaron que fue editado con ayuda de la CIA, es On the tiger's back, de Aderogba Ajao, un nigeriano que march¨® a estudiar a una Universidad de Alemania del Este y regres¨® a su pa¨ªs para contar su decepci¨®n.
"La nueva clase", de Djilas
La organizaci¨®n Praeger, comprada por Encyclopaedia Brittannica, en 1966, comenz¨® a estar implicada con la CIA a partir de 1957, fecha en la que public¨® La nueva clase, laobra clave del conocido disidente yugoslavo Milovan Djilas. ?Ese fue mi primer contatto con la CIA?, afirm¨® Praeger, quien a?adi¨®, en su descargo, que, por aquellas fechas, incluso ?desconoc¨ªa lo que era la misma CIA?.
Praeger declar¨® tambi¨¦n que, m¨¢s tarde, public¨® de veinte a veinticinco libros en los que la CIA ten¨ªa alg¨²n inter¨¦s, ya fuese en la escritura, en su publicaci¨®n o en la distribuci¨®n.
Entre los libros de Praeger influenciados por la CIA se encuentran The anthill, un trabajo sobre China de la escritora francesa Suzanne Labin, y dos libros sobre la Uni¨®n Sovi¨¦tica escritos por Gunther Nollau, agente del Servicio de Seguridad de Alemania Occidental y posteriormente su jefe. Nollau fue descrito, en una cr¨ªtica del New York Times, ¨²nicamente como ?un abogado alem¨¢n que huy¨® hace algunos a?os de Alemania del Este?.
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