El documento episcopal sobre la Constituci¨®n recuerda anteriores injerencias

M¨¢s de mil cristianos comprometidos en parroquias y peque?as comunidades de Vallecas han expresado al presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, cardenal Enrique y Taranc¨®n, sus puntos de vista sobre el documento que la asamblea plenaria de la Comisi¨®n Episcopal ha publicado acerca de la futura Constituci¨®n.? Sin negar el derecho de que todos los estamentos del pa¨ªs se pronuncien acerca de un acontecimiento tan importante como es el de la nueva Constituci¨®n -dice el escrito enviado al cardenal Taranc¨®n- creemos que en el contexto de nuestra historia reciente podr¨ªa entreverse que una intervenci¨®n del Episcopado tendr¨ªa, como de hecho ha tenido, unas resonancias que van m¨¢s all¨¢ de la letra del texto y, que recuerdan anteriores injerencias y presiones de la jerarqu¨ªa paria controlar espacios de la vida social espa?ola que no son propiamente de su competencia.

Los obispos son, evidentemente, miembros significados de la Iglesia, pero en modo alguno pueden creerse que constituyen toda la Iglesia ni siquiera que pueden hablar siempre en su nombre sin tener en cuenta la voz del pueblo de Dios.?

Entrando propiamente en el texto del documento episcopal, los cristianos de Vallecas afirman que no se puede evitar la impresi¨®n de que se busca mantener para la Iglesia la mayor parte posible de poder, de presencia, de garant¨ªas, aun por encima de las que se con ceden a los dem¨¢s ciudadanos. ?Creemos por el contrario -dicen- que la Iglesia debe aceptar noblemente el pluralismo entre todos los espa?oles, sean mayor¨ªa o minor¨ªa y no buscar nada que sea o parezca privilegio. La Iglesia debe preferir siempre lo m¨¢s d¨¦bil a lo m¨¢s fuerte y debe preocuparse m¨¢s de anunciar el Evangelio y de defender al hombre que de anunciarse y defenderse a s¨ª misma. Finalmente y ya en el caso de haber hecho una declaraci¨®n colectiva en nombre de la Iglesia, encontramos que faltan propuestas que se deber¨ªan haber hecho con toda claridad para expresar nuestra actitud de respeto, de conciliaci¨®n y de realismo ante la nueva sociedad pluralista espa?ola. Por ejemplo: que los cat¨®licos no queremos imponer a los dem¨¢s nuestra concepci¨®n del matrimonio sino que aceptamos la posibilidad de que pueda legislarse el matrimonio civil y el divorcio civil para aquellos que no comparten nuestra fe, que si reconocemos de momento que la situaci¨®n de nuestra Iglesia nos obliga a aceptar una ayuda econ¨®mica del Estado nos comprometemos en un plazo concreto y lo m¨¢s breve posible, a ir creando en nuestras comunidades la con ciencia de que debemos ser los mismos creyentes los que paguemos de nuestros bolsillos lo que cuesta el sostenimiento de la Iglesia y sus obras para mayor libertad evang¨¦lica, mayor responsabilidad y clarificaci¨®n en nuestras filas y mejor testimonio de que valoramos seriamente nuestra fe como lo principal de nuestras vidas.?