"Los eurocomunistas se oponen a Mosc¨², pero son revisionistas"
Tras la crisis de octubre de 1976 y la posterior eliminaci¨®n de la llamada ?banda de los cuatro?, quisi¨¦ramos- que nos explicara si la influencia pol¨ªtica de los ?radicales de Shanghai? se dej¨® sentir en alg¨²n momento del pasado en la pol¨ªtica internacional de China.Yu Chan. Es cierto que hubo interferencias de la ?banda de los cuatro?; sin embargo, su influencia no afect¨® a los grandes ejes de nuestra pol¨ªtica exterior. La raz¨®n estriba en el hecho de que nuestra pol¨ªtica internacional era dirigida en todo momento personalmente por nuestro presidente Mao Tse-tung y tambi¨¦n por Chou En-lai.
EL PAIS. Para empezar a hablar de algunos aspectos de la pol¨ªtica internacional de su pa¨ªs quisiera que nos centr¨¢semos en Europa ¨¢rea a la que China parece prestar una gran atenci¨®n. ?Podr¨ªa explicarnos brevemente el punto de vista del Gobierno chino sobre la actual situaci¨®n pol¨ªtica en Europa, en particular en relaci¨®n a la OTAN y el Mercado Com¨²n?
Y. Ch. Para resolver el problema de qui¨¦nes son nuestros amigos y de qui¨¦nes son nuestros enemigos en el mundo, seguimos las ense?anzas del presidente Mao formuladas en su teor¨ªa sobre los Tres Mundos. El presidente Mao se refiri¨® por primera vez a los Tres Mundos en una conversaci¨®n sostenida en 1974 con el presidente Kaunda, de Zambia. El d¨ªa 10 de abril del mismo ano Teng Hsiao-ping, en su intervenci¨®n en la VI Asamblea General de la ONU, explic¨® por primera vez la idea y el alcance de la teor¨ªa de los Tres Mundos. Dicha intervenci¨®n hab¨ªa sido revisada personalmente por el propio presidente Mao Tse-tung.
Para nosotros, en el Primer Mundo, formado por Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, el enemigo principal es el socialimperialismo sovi¨¦tico. Los pa¨ªses del Tercer Mundo (Asia, Africa y Am¨¦rica Latina) constituyen el principal contingente en la lucha contra las dos superpotencias. En lo que se refiere al Segundo Mundo (Europa, principalmente), entendemos que son amigos que podemos y debemos ganarnos. Qu¨¦ duda cabe que los pa¨ªses de Europa Occidental tambi¨¦n participan en la opresi¨®n de los pa¨ªses del Tercer Mundo, pero al mismo tiempo hay que reconocer que son v¨ªctimas de los intentos de hegemon¨ªa de las superpotencias y que en su ¨¢rea est¨¢ amenazada principalmente por la URSS. Las naciones europeas deben defender su propia seguridad. Ser¨ªa sin duda ideal que lo pudieran hacer solas, pero hay que reconocer que la fuerza de estos pa¨ªses es totalmente insuficiente y, en este sentido, es una necesidad objetiva la unidad de Europa y de Estados Unidos. Pero surge un problema: Estados Unidos no quieren acordar un trato de igualdad a los pa¨ªses de Europa Occidental y con frecuencia, los atropellan pol¨ªticamente. En este sentido nosotros estamos al lado de los pa¨ªses europeos para exigir un trato de igualdad. En otras palabras, los pa¨ªses europeos libran una lucha contra Estados Unidos en defensa de su independencia y, al mismo tiempo, se unen a Estados Unidos para hacer frente a la URSS. Puede estar seguro de que si la Uni¨®n Sovi¨¦tica sustituyera a Estados Unidos la revoluci¨®n proletaria, en Europa se demorar¨ªa muchos a?os m¨¢s. Ya en su ¨¦poca, Marx y Engels se?alaban que la Rusia zarista era el gendarme de Europa y hac¨ªan un llamamiento a los pa¨ªses europeos para luchar contra el zarismo.
EL PAIS. Siguiendo con Europa, ?cu¨¢l es su opini¨®n sobre el eurocomunismo?
Y. Ch. Los partidos que propugnan el eurocomunismo quieren ser independientes y se oponen a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, se oponen al hegemonismo en las relaciones entre partidos. Estimamos que esto es positivo. Sin embargo, las v¨ªas que plantean para llegar al socialismo no son correctas. Los partidos eurocomunistas no hablan ya de hacer una revoluci¨®n proletaria ni de establecer la dictadura del proletariado, en definitiva, mantener intacto el capitalismo. De esta forma, ?c¨®mo puede alcanzarse el socialismo? Por todo ello no mantenemos relaciones con estos partidos ni estamos de acuerdo con sus posiciones sobre las v¨ªas para llegar al socialismo que, entendemos, son revisionistas.
EL PAIS. Cambiando de tema, nos gustar¨ªa que nos hablara de un aspecto de la pol¨ªtica internacional china que ha sido muy controvertido. Me refiero a Chile.
Y. Ch. Ciertamente muchos no han entendido por qu¨¦ no hemos roto nuestras relaciones diplom¨¢ticas con un pa¨ªs que vivi¨® un golpe de Estado fascista y una masacre. Nosotros protestamos contra estos hechos enviando un mensaje de simpat¨ªa tras la muerte del presidente Allende. ?Qu¨¦ hacer?, nos dijimos, ?romper o no? Para nosotros en Chile no hay solamente un Gobierno determinado, sino tambi¨¦n un pueblo al que no podemos abandonar en momentos de dificultades. Por otro lado, en la pr¨¢ctica diplom¨¢tica esta pol¨ªtica es la habitual. Cuando en 1933 Hitler protagoniz¨® una masacre en Alemania, la Uni¨®n Sovi¨¦tica tampoco rompi¨® las relaciones diplom¨¢ticas. Cuando en, 1965 tuvo lugar en Indonesia una masacre peor que la de Chile, la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que ha roto con Pinochet, no rompi¨® relaciones con Indonesia, sino que ayud¨® al nuevo r¨¦gimen. Nosotros no hemos actuado de manera igual y puedo desmentirle los rumores de pr¨¦stamos econ¨®micos al actual Gobierno chileno. Si tuvi¨¦ramos que romper las relaciones diplom¨¢ticas con un pa¨ªs cada vez que tiene lugar una masacre de comunistas y de revolucionarios, el primer pa¨ªs con el que habr¨ªa que romper las relaciones es con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, para nosotros el primer pa¨ªs fascista del mundo.
EL PAIS. Espa?a es un pa¨ªs con vocaci¨®n pol¨ªtica europea, pero tambi¨¦n tiene relaciones de gran amistad con los pa¨ªses ¨¢rabes y de Am¨¦rica Latina. ?Podr¨ªa ello contribuir a una pol¨ªtica de distensi¨®n mundial frente a las superpotencias?
Y. Ch. Me es dif¨ªcil dar una respuesta concreta a esta pregunta. En primer lugar, creo que ser¨ªa muy positiva la plena integraci¨®n de Espa?a a Europa para hacer frente a la amenaza que representa la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Por otro lado, hay que se?alar que las relaciones de los pa¨ªses del Segundo Mundo con los del Tercer Mundo deber¨ªan establecerse en pie de igualdad. Si Espa?a pudiera promover la unidad de los pa¨ªses europeos y desarrollar en pie de igualdad, las relaciones con los pa¨ªses del Tercer Mundo, ello ser¨ªa sumamente beneficioso para la paz mundial.
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