El silencio
Entre toda la prosa necrol¨®gica que se le ha hecho a Charles Chaplin, no he visto nada que hablase del silencio. Pero hab¨ªa que decir esto: la materia de su arte era el silencio.Diego Gal¨¢n lo ha explicado por la televisi¨®n:
-Chaplin resolvi¨® muy bien el paso del cine mudo al sonoro.
Yo dir¨ªa que se qued¨® para siempre en el mudo, en el silencio, que sigui¨® siendo, ante todo, un mimo en el mundo y en el cine de la palabra. Otro artista del silencio, Albert Boadella, de Ell Joglars, ha sido noticia por los mismos d¨ªas navide?os en que mor¨ªa el gran maestro del silencio. ?Han maniatado el silencio? ?Puede ser culpable el silencio? Mar¨ªa Luisa Ponte, que ha llevado desde la barricada la reciente huelga de actores, en Madrid, me felicita con un zapato de raso que trae dentro unos higos y unas pasas. Nada m¨¢s. El lenguaje del silencio.
Charles Chaplin lo dijo todo sobre el hombre, pero lo dijo en silencio. Cuando muere, nuestra sensibilidad est¨¢ ya m¨¢s cerca de Groucho Marx, que es, por el contrario, el genio de la verborrea. Groucho, con su profusi¨®n de palabras, anula el lenguaje, pone en evidencia el silencio que hay detr¨¢s de los t¨®picos. Su verborrea es otra forma de silencio.
?Y este Albert Boadella, este catal¨¢n? No le he visto actuar nunca. Mas parece que los grandes c¨®micos son los c¨®micos del silencio. ?Por qu¨¦ la risa habla en silencio? Quiz¨¢ porque ha estado siempre prohibida. Los personajes absurdos de lonesco y Beckett hablan para no decir nada. Hay una frase de un personaje femenino de lonesco que resume y caricaturiza toda la sabidur¨ªa burguesa, amonedada en t¨®picos:
-Para cocer las viruelas, son mejores las cazuelas.
No mucho m¨¢s inteligible que los refranes de nuestras t¨ªas. Puesto que el lenguaje vulgar encubre un vac¨ªo, un silencio, los grandes cr¨ªticos han decidido hablar desde el silencio. La elocuencia del silencio es la elocuencia de Chaplin, de Buster Keaton, de Groucho, que reduce la verborrea del cine y de la vida a pur¨¦ de palabras, a sopa de ganso, como dir¨ªa ¨¦l.
?Es culpable el silencio?, repito. A Chaplin, el gran silencioso, lo expulsaron de Estados Unidos. ?Se ha maniatado siempre el silencio? Un actor es un hombre que cobra por sonreir. A Buster Keaton le pagaban por no sonre¨ªr. Los que trabajamos en la palabra escrita, creemos que todo puede decirse con palabras. Durante cuarenta a?os se ha penado la palabra, en Espa?a. ?Es tambi¨¦n punible el silencio? Chaplin hizo la cr¨ªtica completa de los tiempos modernos, de las luces de la ciudad y la quimera del oro (no son t¨ªtulos, son conceptos), silenciosamente. Dice Kierkegaard que nadie puede resistirse a la gran interrogaci¨®n del silencio.
He escrito estos d¨ªas alg¨²n art¨ªculo enfrentando a Groucho Marx y a Charles Chaplin, con motivo de la muerte de ¨¦ste. Ahora comprendo que no son sino los dos lados del silencio. Rilke dec¨ªa que la m¨²sica es el otro lado del aire. El palabreo que no dice nada y el silencio que lo dice todo. Els Joglars, en nuestros d¨ªas, han elegido las grandes elocuencias art¨ªsticas del silencio y el mimo. El dibujante Ops, paseando por los parques del horror de la mano de Kafka y de Melville, decidi¨® no poner texto a sus dibujos, en vida de Franco, mientras no pudiera decirse todo. Su silencio no era una inmolaci¨®n, sino otra forma de elocuencia. M¨¢ximo, en este peri¨®dico, suele dibujar cosas mudas.
?Alguna vez ha sido maniatado el silencio? El silencio es la materia prima de Charlot, el barro de su idioma, el ¨¢mbito de su tragedia. El silencio del cine mudo, m¨¢s que una deficiencia o un atraso t¨¦cnico, era el plano contrastante para el absurdo de las jergas y los gestos. Basta quitarle el sonido a nuestro televisor, cuando habla Fraga, para obtener la r¨¦plica de lo que est¨¢ diciendo. El silencio es conflicto, hoy, entre nosotros, cuando muere el hombre que hizo la cr¨ªtica general del mundo en silencio.
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