La derecha francesa, desunida
Tras la ruptura entre el Partido Socialista y el Comunista, la semana pasada, ahora se ha consumado la desuni¨®n de la derecha francesa, luego del anuncio hecho por el l¨ªder gaullista, Jacques Chirac, en el sentido de que se desliga de compromisos firmados recientemente y de que presentir¨¢ candidatos ¨²nicos en alrededor de cien circunscripciones a las elecciones legislativas del 12 y 19 de marzo pr¨®ximo.
Chirac dijo, sin embargo, que en la segunda vuelta ordenar¨ªa a su partido votar por el candidato mejor colocado de la actual mayor¨ªa gubernamental. Chirac manifest¨® que no existen desacuerdos con el resto de la mayor¨ªa en materia de ?pol¨ªtica fundamental?, sino solamente en cuestiones de ?t¨¢ctica electoral?. El primer ministro, Raymond Barre, expres¨® que la decisi¨®n de Chirac s¨®lo constituye un ?incidente electoral?.Lo que todo el mundo ya sab¨ªa en Francia fue oficializado anteanoche por Jacques Chirac al anunciar que en el seno de la mayor¨ªa existe un frente antichiraquista destinado a mermar la fuerza del potente partido gaullista en las pr¨®ximas legislativas, y as¨ª reforzar el centrismo inspirado por el presidente de la Republica, Valery Giscard d'Estaing.
Esta es la raz¨®n que provoc¨® el ?golpe? del alcalde de Par¨ªs, anunciando que el acuerdo firmado con las dem¨¢s formaciones de derechas para presentar candidatos ¨²nicos en un centenar de circunscripciones quedaba anulado. De igual manera, record¨® su actitud distante respecto de los ?objetivos de acci¨®n? enunciados d¨ªas pasados por el primer ministro, Raymond Barre.
La nueva ?espantada? del l¨ªder gaullista dio lugar ayer a un ballet de reuniones y declaraciones de todos los l¨ªderes de la mayor¨ªa, gaullistas incluidos, en favor de la ?desdramatizaci¨®n? del asunto. Se trata de una peripecia, afirm¨® el primer ministro. Barre parece ser, por el momento, el perdedor ante la postura intransigente de los gaullistas frente a los partidos giscardianos (centristas, radicales y Partido Republicano), ya que su papel te¨®rico de ?jefe de la mayor¨ªa? se presenta irrealizable.
La desuni¨®n de la derecha no es, sin embargo, comparable con la de la izquierda. Los gaullistas, que en la gran mayor¨ªa de los casos se presentar¨¢n solos en la primera vuelta, han afirmado que en la segunda se pronunciar¨ªan por el candidato mejor colocado de la actual mayor¨ªa gubernamental. Por el contrario, en la izquierda, el Partido Comunista, s¨®lo votar¨¢ en favor de los candidatos socialistas si obtienen en la primera vuelta un porcentaje que le satisfaga y que, a nivel nacional, se situar¨ªa alrededor del 25 %, seg¨²n anticip¨® el l¨ªder del PCF, Georges Marchais, el s¨¢bado pasado. Por otra parte, el poder favorece la uni¨®n, aunque sea aparente, de quienes lo ocupan.
La batalla legislativa ha quedado planteada ahora de manera clara: la ?caza de votos? o el ?cada uno para s¨ª? ser¨¢ la ¨²nica ley en la primera vuelta. Esta guerra ?salvaje?, entre chiraquistas y giscardianos, y entre comunistas y socialistas, hace prever una campa?a ramplona en el plano de las ideas.
En lo que concierne a la lucha sorda giscardismo-chiraquismo, el presidente Giscard d'Estaing acaba de ofrecer una nueva prueba de su estrategia permanente (destruir al gaullismo y atraer a los socialistas) en el nuevo prefacio que escribi¨® para la edici¨®n de bolsillo de su libro Democracia francesa, aparecida ayer. Tras calificar de ?considerable? el acontecimiento que ha constituido la ruptura entre comunistas y socialistas, estima que su acercamiento a estos ¨²ltimos no es viable a¨²n. ?Pero ya llegar¨¢ el d¨ªa -dijo- en que el debate podr¨¢ realizarse en t¨¦rminos desapasionados.?
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