Dirigir la Orquesta Nacional
Aunque yo fuera un snob, que no lo soy, me hubiese informado algo antes de escribir, como el se?or Umbral, sobre el sentido dictatorial y vitalicio de mi cargo como director de la Orquesta Nacional de Espa?a. Me lo dec¨ªa el s¨¢bado por la tarde en mi camerino -yo no voy por el bar de las Cortes- el ex subdirector de Bellas Artes Ram¨®n Falc¨®n: ?Fuiste t¨² precisamente el que se opuso, cuando se dieron los coeficientes a la orquesta, a que tu puesto fuese estable.?Cualquier director de orquesta sabe que para tener ¨¦xito necesita de la colaboraci¨®n de los profesores que dirige y de la aceptaci¨®n del p¨²blico que le escucha. De otra manera no es posible hacer m¨²sica, y menos durante quince a?os. Pero existe un tercer factor: las personas que por raz¨®n de sus cargos nos mandan: ministros, subsecretarios, directores generales, comisarios, subcomisarios, etc¨¦tera. En mis a?os de titular, en estos puestos ha habido de todo: desde los que han hecho una labor positiva hasta los que han sido nefastos. Si hay que buscar ?una peste de peque?os dictadores?, ser¨ªa mejor espigar entre las personas que han ocupado estos cargos. Pero, por favor, no me incluya a m¨ª entre ellos.
Precisamente contra estos se?ores he tenido que luchar para que no hicieran de la Orquesta Nacional una finca particular. He tenido la valent¨ªa de hacerlo solo y las m¨¢s de las veces por escrito. Le sorprender¨ªa grandemente las cartas que les he dirigido. En el peri¨®dico La Vanguardia, de Barcelona, public¨® el fallecido Del Arco una peque?a muestra en forma de intervi¨².
A pesar del cari?o que he sentido y siento por los profesores de la Orquesta y nuestro p¨²blico, he pedido en m¨¢s de una ocasi¨®n mi relevo. Siempre alguien me convenci¨® para que no lo hiciese. La ¨²ltima vez, hace unos meses, fueron los profesores de la Orquesta Nacional los que me pidieron que retirase la petici¨®n de rescindir el contrato que hab¨ªa cursado al director general de M¨²sica, se?or Aguirre, a lo cual ¨¦ste se uni¨®.
En su art¨ªculo dice Umbral: ?En cuanto muri¨® Franco pusieron el despido libre. Y uno de los primeros en ser libremente despedido ha sido Fr¨¹hbeck de Burgos.?
La verdad es todo lo contrario. Un a?o despu¨¦s de la muerte de Franco fui libremente contratado por el Ministerio de Educaci¨®n para tres temporadas, a raz¨®n de doce semanas cada una, de las cuales ahora s¨®lo se cumplir¨¢n dos.
Creo que he contado siempre con el apoyo de los profesores, ya que no hace ni siquiera un mes pidieron por escrito mi permanencia. Si hubiera asistido a los conciertos de viernes, s¨¢bado y domingo, hubiese visto que tambi¨¦n cuento con el respaldo del p¨²blico. Fue ¨¦ste el que, empleando las palabras ?admisi¨®n?, ?dictador?, etc¨¦tera, se dirigi¨® al se?or Aguirre y no a m¨ª.
Sigue Umbral: ?La que ha liado la derecha musical con el relevo de un director vitalicio.? De vitalicio, nada, como he demostrado. Adem¨¢s, durante estos quince a?os he dirigido m¨¢s veces en el mercado libre internacional que en Espa?a, y a mejor precio, por lo que he sido fuertemente criticado (esto es demostrable). Creo tambi¨¦n que es en la otra orquesta del Estado, la de la Radiotelevisi¨®n Espa?ola, en donde no se puede relevar a los directores sin darles un cargo semejante. En la Orquesta Nacional el puelto de director no es estable ni vitalicio, entre otras razones porque a m¨ª me pareci¨® siempre un disparate.
En cuanto a ?la derecha musical?, no entiendo de d¨®nde lo saca. Las orquestas sinf¨®nicas son en todo el mundo mayoritariamente de izquierdas. ?Y es que el p¨²blico es todo de derechas, aunque sean musicales? ?Cree usted de verdad que la izquierda espa?ola es tan inculta como para no ir a nuestros conciertos? Incidentalmente, le dir¨¦ que los primeros que pidieron la dimisi¨®n del director general de M¨²sica y su equipo dirigente fueron las Juventudes Musicales de Madrid, y ¨¦stos no creo que sean de derechas.
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