La garganta profunda de Linda Lovelace
La garganta de Linda Lovelace, una norteamericana de veinti¨²n a?os, es tan famosa ya que incluso su libro, donde la describe, nos sobra.Pero esas p¨¢ginas est¨¢n ah¨ª, para jolgorio de quienes no han podido ver la pel¨ªcula. Con esta narraci¨®n. mal escrita, reiterativa y sobreabundante, podr¨ªan imaginarse los diversos cuadros que integran ese orgasmo perpetuo de la feliz ex colegiala cat¨®lica.
Todos sabemos que la se?orita Lovelace tiene numerosas habilidades sexuales, entre las cuales se halla la del empleo multiforme de sus capacidades bucales. La existencia de la garganta como material er¨®tico la descubri¨® tard¨ªamente dentro de su precoz evoluci¨®n sexual. Pero le ha sacado tal partido econ¨®mico, placentero que incluso confia ahora en que la cr¨®nica.cinematogr¨¢fica de sus habilidades contribuya a cambiar la propia industria filmica.
Dentro
Linda Lovelace. Cupsa Editorial Madrid, 1977.
Su optimismo es candoroso. Garganta profunda -Deep throat: ¨¦se era el t¨ªtulo del filme que da ahora origen a este libro- habr¨¢ cambiado tanto la historia del cine como Dentro habr¨¢ revolucionado el mundo de la literatura.
Para mayor desgracia, de Linda Lovelace, el libro acaba siendo tan puritano como lo ser¨ªa el de los seres a quienes ella pide disculpas en el caso improbable de que los haya ofendido.
Su profundo fallo ha radicado en la necesidad que ha sentido de introducirle moralejas a un texto que pretende ser de ruptura. Para acabar con la moral que a ella la atac¨® en la instituci¨®n religiosa en la que fue educada se invent¨® una aventura sexual que se inicia con sus propias compa?eras de.colegio, contin¨²a con los t¨ªos de ¨¦stas y culmina en el ejercicio de todas las habilidades que intuy¨®. El amor libre fue el corolario de su aprendizaje. Pero se siente fil¨®sofa de s¨ª misma e inventa una nueva moral. A sus hijos los va a educar de otro modo, pero los va a educar; retirar¨ªa de la televisi¨®n todas aquellas pel¨ªculas violentas e inundar¨ªa de sexo la peque?a pantalla; nos har¨ªa padecer gargantas profundas y otras innovaciones er¨®ticas que ella va enumerando como si narrara el cuento de la lechera y ella fuera la alegre y optimista vendedora del l¨ªquido elemento.
Por supuesto, es un libro poco recomendable. Es curioso que ella lo haya escrito, porque suyas son tambi¨¦n estas palabras, al comentar un texto que le ha parecido inaguantable: ?Creo que no era otra cosa que un libro que hablaba claro, sin ning¨²n esnobismo est¨²pido. La franqueza al escribir es algo que aprecio, y s¨¦ distinguir cu¨¢ndo es verdadera y cu¨¢ndo es pacotilla de un falso novelista. Todo amante del sexo lo puede decir. Se lee el t¨ªtulo, la nota de la editorial en la cubierta y se dice ?albricias!... ?Esto est¨¢ hecho para m¨ª! Se paga el doble de su valor, se lo lleva uno a casa y se descubre que es un pesti?o.?
Sin embargo, el volumen tiene sus utilidades. Algunas son obvias e indescriptibles. Otras est¨¢n en los manuales sexuales, que Linda Lovelace se apropia con un desparpajo parecido al que utiliza para usar su garganta y sus restantes ¨®rganos tanto en su famoso filme como en la vida real. Dentro tiene la originalidad de explicarnos c¨®mo un personaje ha sido capaz de asimilar la ense?anza de esos manuales, aplicarlos a su propia existencia e inventar una nueva f¨®rmula con la que no s¨®lo ha cambiado el signo econ¨®mico de su vida, sino con la que pretende variar el rumbo de la propia industria del cine. El sentido del humor de Linda es tan profundo como su m¨ªtica garganta privilegiada.
Babelia
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